Mi esposa y yo llevamos más de 20 años juntos. Al principio éramos muy pasionales pero el paso del tiempo y la llegada de los hijos ha ido enfriando el dormitorio. Mi esposa ya no se arreglaba tanto como antes excepto los últimos meses que se había apuntado al gimnasio y se vestía más provocativa. Eso empezó a generarme dudas de su fidelidad, y aprovechando la visita del fontanero dentro de dos días decidí ponerle una prueba.