Lo que les voy a contar sucedió aproximadamente hace 2 años cuando mi esposa y yo ahorramos lo suficiente para poder comprar una casa.
Todo sucedió en julio del 98 cuando mi esposa y yo fuimos a recoger las llaves de nuestro nuevo hogar, un fraccionamiento recién inaugurado, alejado de la ciudad con grandes áreas verdes, sin contaminación, donde únicamente se respiraba tranquilidad.
Mi esposa de 29 años y yo de 30 decidimos que antes de ocuparla debíamos acondicionarla a nuestro gusto. Para esto acordamos ir el fin de semana para checar y hacer una lista de lo que debíamos comprar y hacer algunos cambios con la finalidad de vivir lo más cómodo posible en nuestro nuevo nidito de amor.
Llegamos un sábado en la mañana y ya algunos vecinos ya estaban en sus jardines, unos cortando el pasto, otros lavando su coche, otros instalando sus antenas de televisión, en fin, un sábado normal para todos. Pero conforme me acercaba a nuestra casa divise una silueta femenina que arreglaba sus flores en el patio contiguo a mi casa. Estaba en cuclillas y no podía ver cómo era físicamente, cuando nos estacionamos y nos disponíamos a bajar del auto se levantó para saludar a sus nuevos vecinos.
¡Hola! que tal, ¿ustedes son los nuevos vecinos que compraron esta casa?
-¡hola que tal buenos días! si, acabamos de comprarla y venimos a traer algunas cosas y tomar medidas para hacer las cortinas. –conteste-
Mi nombre es Manuel, ella es Paty, mi esposa.
Mucho gusto mi nombre es Ana Lidia y también nos acabamos de cambiar la semana pasada.
Mientras sé llevaba esta conversación protocolaria yo ya estaba admirando todo ese monumento de mujer, traía puesto short blanco un tanto holgado, pero se apreciaba perfectamente bien unas piernas torneadas, una camiseta que al parecer era de su esposo ya que le quedaba bastante grande, pero aun así no podía esconder esas tetas, no muy grandes pero sí bastante firmes, un rostro de niña bonita a pesar de ser de unos 28 años, su cabello negro hasta los hombros y su tono de piel color canela que hacían combinación con sus ojos verdes.
En esos momentos se abre la puerta de la vecina y sale un señor de unos 35 años.
¡Mira Alejandro! ellos son nuestros nuevos vecinos.
Una persona bastante seria, para mi gusto bastante aburrido y por supuesto que en esos momentos me los imagine haciendo el amor y tratando de visualizar a Anita desnuda.
Paso un mes después de este encuentro y decidimos mudarnos a nuestra nueva casa, por más que me asome constantemente por la ventana no pude V a mi vecinita en todo el fin de semana.
El lunes siguiente salí al trabajo una hora más temprano para ver exactamente cuánto tiempo hacía de mi nueva casa a la oficina, pero al salir me asome al jardín de Anita y ya no estaban su auto. Con una mueca de disgusto me fui al trabajo.
Ese día era el cumpleaños de mi esposa y solicite un permiso para salir más temprano del trabajo y pasar a comprar un pequeño pastel y una flores. Cuando llegue a casa, cuál fue mi sorpresa que mi esposa estaba platicando con Anita y su esposo Alejandro a la puerta de mi casa.
¡Buenas tardes! ¿Cómo están?
Le di un beso a mi esposa y cuando le di la mano a Anita para saludarla me jalo hacia ella y me dio un beso en la mejilla.
¿Cómo estas Anita?
Bien Manuel ¿y tú?
Me volteo hacia Alejandro y le extiendo la mano
Alex, como estas
Y le di la mano para saludarlo.
Por qué no pasan a la casa, les invitamos un café y un pedazo de pastel, es que hoy es el cumpleaños de Paty.
En serio Paty porque no nos dijiste.
Mi esposa esbozo una sonrisa y dijo:
Pasen están en su casa.
Todo transcurrió normal en casa, Anita se sentó en un sillón junto a su marido, yo me senté enfrente de los dos platicando boberías mientras mi esposa preparaba algunos bocadillos.
Anita llevaba un conjunto de vestir, la falda no era muy provocativa pero dejaba ver sus hermosas piernas, que las volteaba a ver cuándo su esposo no me veía. Cuando de pronto suena un teléfono celular y se levanta su Alejandro y se dirige hacia el recibidor para contestar una llamada a la cual me imagino que no quería que escuchara su esposa o yo.
Me quede platicando con Anita y cuando podía trataba de ver su escote que no era pronunciado pero si muy sugerente.
Durante tres meses hicimos una buena amistad y salíamos en ocasiones juntos a comer, al cine o tomar una copa, lo cual me hacía pensar cada vez más en ella, e incluso imaginarme que le estaba haciendo el amor, cuando en realidad se lo estaba haciendo a mi esposa.
Toda esta situación era una tortura para mí ya que por ser vecinos, ella casada y amiga de mi esposa era imposible intentar hacer algo para llevármela a la cama. Por tal motivo opte por verla como una fantasía y así tranquilizarme más.
En un bar del centro de la ciudad decidimos reunirnos y cenar con los vecinos, Alejandro comento que tenía que hacer un viaje de negocios a Brasil y que se tenía que ausentar por 3 meses y nos pidió a Paty mi esposa y a mí que si por favor podríamos auxiliar a la bella Anita en lo que se le pudiera ofrecer. Pidió compañía y distracción para Anita y así tratar de mitigar un poco la soledad que estaba próxima a ocurrir.
Claro que sí, conteste rápidamente
No te preocupes, nosotros no encargamos de que no se aburra en tu ausencia. -contesto mi esposa-
Continuamos platicando sobre los motivos de su viaje y cerca de las 2 de la mañana nos retiramos a nuestras respectivas casas.
El domingo siguiente, a eso de las 7 de la noche tocaron el timbre de la casa, estaba acostado viendo televisión y mi esposa grito:
Manuel baja que Alejandro quiere hablar contigo.
Más por cortesía que por ganas baje a ver que se le ofrecía a Alejandro.
¿Qué paso Alex como estas?
Bien Manuel, fíjate que compre una computadora para poder comunicarme desde Brasil con mi esposa, aunque se por chat, pero no sé cómo conectarla, quería ver si tú me puedes ayudar.
Con tal de ver a mi bella Anita era capaz de hace lo que me pidieran y acepte gustoso.
Claro que si Alex, espérame a que me ponga unos tenis y en un momento vamos.
Cuando entre al despacho donde querían poner la computadora lo primero que pude ver fue un hermoso par de nalgas. Era Anita que en esos momentos se encontraba en cuatro patas limpiando residuos de unicel que cayeron en la alfombra en el momento que desempacaron la computadora.
¿Qué haces Anita? -pregunte sin dejar de ver esas ricas y suculentas nalgas.-
Nada manolo limpiado estas basuritas que cayeron de la caja.
Atrás de mí entro Alejandro y me dijo:
Como la ves, esta bonita la computadora no.
Si la verdad está muy bonita. -me refería a su esposa-
La instalación fue realmente rápida, así que me ofrecí dejarle el Internet listo para utilizarlo. Ya conectado empezamos a navegar por la red y explicándole a Ana como podría ser más fácil buscar alguna información que necesitara. Alejandro se levantó del sillón en el que estaba sentado y comento:
Los dejo un momento, voy a preparar algunas cosas que me hacen falta para el viaje.
Alejandro tenía que partir al día siguiente, su vuelo salía a las 10 de la mañana y por ser vuelo internacional debía estar 2 horas antes en el aeropuerto el cual estaba a una hora y media de donde vivíamos.
Claro Alex no te preocupes.
Yo me quede con Ana y continué explicando el funcionamiento de la computadora para Internet. Me hizo varias preguntas que en lo personal se me hacían demasiado inocentes, pero era lógico, muy pocas veces había entrado al Internet. Seguimos con esta breve clase hasta que entramos a latín chat y empecé a explicarle como abrir salas privadas para cuando quisiera platicar con Alex. Pero cuando entramaos a la página principal, aparecieron distintos tipos de salas para chatear y una específicamente llamo la atención de Ana. Xxx era el título de la sala de charla y me pregunto con mucha curiosidad y morbo:
¿Oye Manolo en esta sala xxx que es lo que hay?
Pues mira, en esta sala se puede tener sexo virtual. –respondí-
Me volteo a ver con una cara de asombro y de picardía.
No entiendo, que es sexo virtual.
Mira, es más fácil que entremos y lo veas por ti misma.
¿Qué nombre quieres que te ponga?
Se quedó pensativa por unos momentos y respondió.
Ana.
Solté una sonrisa pícara, lo cual llamo la atención de Anita y me pregunto:
¿De qué te ríes?
Lo que pasa es que cuando pones un nombre femenino te van a llover los galanes.
Ya que entramos a la sala de charla inmediatamente empezaron a llegar saludos y en otras ocasiones proposiciones sexuales. Un poco sorprendida y no sé si excitada, empezó a contestar a las personas que fueron más educadas. Así permanecimos un rato hasta que una persona del chat mando una dirección de fotos porno y me pregunto para que servía. Cuando le conteste que contenía fotos porno y que si le daba un clic en la dirección, automáticamente la mandaba a esa página. Hagan de cuenta que le hubiera dicho que en esa página regalaban dinero. Inmediatamente le dio un clic en la dirección y llego a la página de sexo diario, donde aparecía un listado de fotos pequeñas bastante excitantes. En ese momento volteé a verle la cara, ya que yo sentía más pena de estar viendo pornografía con ella, pero Ana estaba fascinada de lo que está viendo, enseguida volteo a verme con una cara de excitación y traviesa y me dijo:
Que no vaya a venir Alex, porque si me ve viendo esto si se encabrona.
Fue la primera vez que oí salir una grosería de su boca y ya con un poco más de confianza le dije que yo conocía algunas páginas porno que a lo mejor le interesaban, a lo que ella respondió con entusiasmo:
Órale vamos a verlas.
Empecé a escribir la página en la barra de navegación cuando me di cuenta que ya tenía una erección por la situación que estaba pasando. Ya que entre a la página había distintas categorías, una de ellas decía “bien dotados”.
Inmediatamente le di un clic a esa categoría y salieron 15 fotos aproximadamente de hombres con unas vergotas inmensas. Ana estaba atónita viendo tanta variedad de vergas, mientras la mía ya se reflejaba en mis shorts, tenía un bulto gigantesco que me había provocado el estar viendo pornografía con mi vecinita. Había la foto de un muchacho que no la tenía tan grande, de hecho la tenía más o menos de mi tamaño a diferencia de que este modelo era mucho más estético que yo y me atreví hacer un comentario:
Mmmm este no la tiene tan grande, ahí nos vamos él y yo.
En ese momento me volteo a ver con una cara de asombro y me dijo:
¡Cómo crees! ¿En serio?
¡Te lo juro, no es tan grande!
Me miro a los ojos y con admiración me dijo:
Yo creo que es inmensa.
En ese momento me imagen que Alex era de un pené demasiado pequeño. El tamaño de la verga que tenía el muchacho de la fotografía no excedía de 17 o 18 cm. y le comente a Ana:
Lo que pasa que ese es el tamaño estándar, ¿no lo sabias?
Se quedó mirando al monitor como si estuviera a punto de decir algo que pondría en evidencia a Alejandro, a lo cual me adelante y le dije afirmando:
Alex la tiene chiquita. -y solté una carcajada-
Anita se ruborizo y se empezó a reír.
Bueno si, si es de miembro pequeño, pero jamás pensé que hubiera tamaños como este – y señalo un tipo con una verga que le llegaba casi a la rodilla-
Cuándo me dijo eso miro hacia mi verga que como ya les había dicho la tenía a punto reventar. Automáticamente se volteo hacia el monitor y empezó a titubear.
Bueno tengo que ayudarle a Alejandro a empacar.
En esos momentos se me caía la cara de vergüenza y le comente que me tenía que retirar ya que mañana había que trabajar.
Al día siguiente Alex se marchó a Brasil dejando sola a mi amada y bella Anita, que por cierto no podía mirarla a los ojos después de lo que había pasado un día anterior. Ella también tenía un poco de vergüenza, por el trato tan frecuente que tuvimos los dos matrimonios me di cuenta que era una persona chapada a la antigua que la única experiencia sexual que tuvo, fue con su esposo.
Así transcurrieron algunas semanas y aquella situación embarazosa quedo en el olvido, tratándonos como si nada hubiese pasado.
Un viernes estando en mi oficina recibí una llamada de mi esposa diciéndome que se tenía que ir a Querétaro ya que sus padres viven ahí y que mi suegro había sufrido un accidente, se había luxado un tobillo y su mama no odia cuidarlo como lo especifico el doctor, también me pidió que si la podía recoger en la central de autobuses el domingo en la noche, a lo que conteste que no se preocupara, que se fuera con sus papas y que yo me las podía arreglar solo dos días.
Ese mismo día en la tarde cuando regresaba del trabajo, baje del auto y me disponía a entrar a mi casa cuando de repente oigo mi nombre.
Manolo
Era Anita que se asomaba por una ventana de su casa.
¿Qué paso Anita?
Ahorita que puedas vienes, es que se me trabo la computadora, no sé qué le hice y ya no responde ninguna tecla y no sé cómo arreglarla.
Sí, no te preocupes, me cambio y voy para allá.
En ese momento me imagine muchas cosas que podrían pasar, me imaginaba que por fin podría poseer a Anita, por fin podría conocer esas finas tetas, esas lindas nalguitas y suculenta panocha, pero la realidad me volvió a aterrizar, es imposible que yo pueda tener algún acercamiento de ese tipo, ella es una persona casada, que ama a su marido y que jamás ha experimentado relaciones con otro hombre que no fuera el ausente Alejandro.
Entre a mi casa mi quite el traje y me disponía a ponerme unos pants cundo me ataco otra vez la duda y decidí darme un baño. Es muy posible que no pase nada pero….. ¿Y si pasa?, mejor estar preparado para cualquier situación.
Saliendo del a ducha me puse lo normal, desodorante, talco en los huevos para no transpirar, talco en los pies y no podía faltar casi un litro de loción. Parecía un jovenzuelo en su primera cita.
Después de tocar su timbre aproveche el reflejo de su ventana principal para que todo estuviera en orden, bien peinado, limpio, revise mi aliento….. Ok, estoy listo.
Después de tocar el timbre se oye una voz del interior de la casa de mi amada.
-Ahí voy…un momento.
Pasaron unos 20 segundo y por fin la puerta se abrió.
¡Hola manolo!
¡Hola Anita! ¿Cómo estás?
¡Hay que guapo y que bonito hueles!
Obviamente ruborizado conteste.
Lo que pasa es que esta semana estuvo muy pesada y no hay como un buen baño para relajarse.
Pásale, ha por cierto ¿cómo está tu suegro? -pregunto mientras me ofrecía el paso- Paty me comento que se había lastimado un pie y que se tenía que ir el fin de semana a Querétaro.
Si, ¿tú crees? se lastimo un pie, pero afortunadamente no es nada grave.
Mientras nos dirigíamos al estudio donde se encontraba la computadora continuábamos platicando.
¿Y qué le paso a tu computadora?
No sé, de repente se trabo y no sé cómo destrabarla.
Ahorita la revisamos, no te preocupes.
¿No quieres un cafecito o una copita? para que te relajes.
Bueno, te acepto la copita
Ok yo la preparo y mientras por que no vas checando la computadora.
Vale.
Ella se dirigió al bar y yo subí al estudio. Ya en el estudio empecé a revisar la computadora y lo único que hice fue reiniciarla y mientras esto sucedía Anita me grito desde la planta baja.
Manolo
¿Qué paso?
Oye, no tengo refresco para tu copa, voy por el refresco y unos hielos al OXO que está en la entrada del fraccionamiento.
No te molestes, mejor déjalo y te acepto un cafecito.
No, hombre como crees, ahorita vengo, no me tardo.
Bueno, como quieras…. gracias.
A los 2 minutos de que salió al súper a comprar el refresco y los hielos, su computadora ya estaba lista y decidí meterme a Internet, ya que estaba abierto empecé a revisar el historial y la muñequita se la había pasado no sé cuánto tiempo viendo pornografía, cabe señalar que la mayoría eran unas páginas bastantes depravadas, lo cual me empezó a excitar y por mi mente cruzo la idea de ir a husmear a su recamara. Ya en su recamara empecé a buscar en los cajones de la cómoda el lugar en donde guardaba su ropa íntima hasta que di con ese tesoro.
Tenía amplia variedad de lencería bastante cachonda, como 8 o10 tanguitas de hilo dental, con encajes, unos sostenes diminutos, y un par de conjuntos de noche que apunto estuve de masturbarme con ellos. Las tangas me las lleve a la nariz tratando de rescatar algún olor a sexo, pero el intento fue en vano ya que todas las prendas olían a suavizante de ropa. Posteriormente me metí al baño buscando algún depósito de ropa sucia y encontrar la prenda buscada.
Había una canasta tejida de mimbre y al abrirla ahí estaba….. Un bikini hecho bolita… cuando lo extendí y busque la zona en donde el calzón hacia contacto con su rajita, había una mancha pequeña de orina, sin pensarlo me lo lleve a la nariz y aspire profundamente… que olor tan agradable, una mezcla de orines con sexo, exquisito, no tardo mi reacción cuando ya tenía otra vez bien parada mi verga. Después empecé a pasar mi lengua por la misma zona y había un sabor muy ligero a sexo, en ese momento me baje el pantalón y me disponía a masturbarme cuando oigo la puerta de entrada.
Manolo, ya vine
Aaah ok.
En ese momento me subí los pantalones y no sé por qué pero me guarde en la bolsa del pantalón su bikini. Posteriormente fui directo al estudio y me senté frente a la computadora y me metí a una página de MTV para que cuando subiera no sospechara nada.
Cuando subió con mi copa y la de ella me remordió la conciencia y pensé… ¿que estoy haciendo? tengo que ir nuevamente al baño y dejar el bikini en donde lo encontré.
Aquí tienes Manolin
Gracias Anita.
Le di un gran trago y le dije:
Te quedo riquísima
Ella también le dio un sorbo a su copa y volteo a ver su computadora.
¿Ya quedo?
Si, si quieres revísala, mientras paso al baño.
Ok
En ese momento deposite el bikini en donde lo había encontrado no sin antes darle la última olfateada y saboreada. Posteriormente me limpie la verga que la tenía empapada de la excitación que me había producido aquella minúscula prenda femenina. Cuando tire el papel higiénico en el cesto de la basura… ¡o sorpresa!…. un pantiprotector en el bote de basura, lo tome y repetí la misma operación que con el bikini, a diferencia del bikini este tenía un olor y sabor más fuerte, lo que ocasiono que otra vez se me endureciera la verga, después de unos segundos me dije – ¡pinché Manuel estas enfermo!- volví a depositar el panti protector en la basura y salí al estudio nuevamente.
Cuando entre ella ya estaba otra vez viendo pornografía en Internet, a lo que con naturalidad le dije:
Ya deja de estar viendo eso, nada más te atormentas, no está tu marido para que te atienda.
Ella soltó una risita picarona y me dijo:
Si verdad, ya lo extraño y eso que apenas tiene un mes fuera, todavía faltan 2 para que regrese.
Pues nada más imagínate tres meses fuera y te pones a ver pornografía… te vas a volver loca mujer.
Tienes razón.
Se quedó un momento callada pensando cómo hacer o formular una pregunta.
Oye manolo –en un tono más serio-.
¿Cada cuando tienes relaciones con Paty?
Me saco un poco de onda su pregunta, pero la intención que llevaba era más de pedirme un consejo a que buscara algo conmigo.
Paty y yo tenemos relaciones a veces cada tercer día, en contadas ocasiones una vez por semana….. ¿Por qué?
Es que fíjate que con Alex pasan hasta tres semanas y no tenemos ningún acercamiento sexual.
¿Tanto? –pregunte asombrado-
Te lo juro, y lo peor de todo es que ahora que entro frecuentemente a Internet he leído que hay mujeres multiorgasmicas, y hablan del orgasmo como una cosa súper deliciosa….. Y la verdad es que cuando tengo relaciones con Alex hay una sensación de placer y no sé, si eso es un orgasmo….. El caso es que quedo con muchas ganas de seguir pero cuando Alex termina, me da un beso y se voltea para dormir.
¡Hay Anita! lo que pienso, por lo que me dices, es que nunca has tenido un orgasmo.
¿Tú crees?
En esos momento una idea cruzo por mi mente, Anita sin su marido, jamás ha tenido un orgasmo, mi esposa no está en la casa y además mi vecinita es un bombón. Tengo que hacer mi mejor esfuerzo y con un poco de suerte me tiro a mi bella Anita.
Fíjate que cuando tengo relaciones con Paty ella llega a tener hasta 4 orgasmos los cuales son bastantes visibles, por que empieza gemir y en ocasiones a gritar y su cuerpo se arquea y me abraza con más fuerza, si tú no sientes eso, quiere decir que no has tenido un orgasmo.
¡Hay manolo! pues no sé qué hacer.
Y se quedó totalmente callada hasta que intervine:
¿Nunca has tratado de masturbarte?
No, ¿cómo crees eso?
Lo que pasa es que si haces el intento de masturbarte podrías experimentar un orgasmo y si tu marido no es capaz de llevarte al mismo, debes hablarlo
¡Manolo, Manolo! no conoces a Alex, es muy egoísta.
Bueno, trata de masturbarte si quieres te digo como, es muy fácil.
Me mira como indecisa y me dice:
No se
Si mira es muy fácil, primero acaricias tus senos, tu misma vas a sentir el placer que te dan los senos e incluso puedes pellizcarlos suavemente. Después empiezas a acariciar tu sexo y con los dedos empiezas a frotar tus labios vaginales y después tu clítoris, si quieres puedes mojar uno de tus dedos con tu saliva y te lo introduces y donde sientas más rico empiezas a frotar con moviéndoos suaves de adentro hacia fuera.
Mientras le platicaba como masturbarse note cierta mirada lasciva lo cual me éxito al grado de provocar una erección.
No sé, me da pena conmigo misma.
Cuando dijo eso volteo a ver mi entre pierna y como traía pantalón deportivo no se pudo ocultar el tremendo bulto que ya se asomaba. Se quedó mirando por 2 o 3 segundos y volteo la mirada hacia mí y después hacia la computadora. Se quedó pensativa un instante y me dijo:
Manolo… tú me dijiste que el tamaño de tu miembro era de tamaño regular.
Si, -conteste bastante excitado- ¿por qué?
Lo que pasa es que Alex tiene su pené bastante pequeño y te quisiera preguntar si…..-titubeo-
¿Preguntar qué? -sin que se notara mi impaciencia-
¿Me podrías enseñar tu pené? es que quiero conocer uno más grande, para hacer una comparación, pero lo quiero conocer en vivo.
En ese momento dije para mis adentros… Anita te voy a dar la mejor cogida de tu vida.
Bueno, pero si me gustaría aclarar algo.
¿Dime?
Tú eres casada y yo también, espero que esto no salga de aquí ¿de acuerdo?
¡Es un trato!
Cuando me dijo que el trato estaba hecho casi brinco de alegría al saber que ese bizcochito no tardaría mucho en ser mío. Acto seguido me acerque un poco más a ella y empecé a desabrochar mi pantalón, ella miraba con atención y por lo mismo me hice un poco del rogar tardándome en desabrochar mi pantalón, ya que había desabrochado por completo lo deje caer hasta las rodillas y observaba como se quedaba pasmada viendo hacia mi entrepierna el bulto que estaba reprimido por mi bóxer, debo reconocer que ya se me había bajado lo hinchado de la verga, pero de todas formas seguía hipnotizada por el miembro más grande a lo que ella estaba acostumbrada.
Lentamente empecé a bajar mi bóxer, y poco a poco fue saliendo la bestia que tenía entre mis piernas y como iba saliendo el falo, note que quería acercarse más para verlo mejor, aproveche para acercarme más y dejar mi verga completamente libre, cuando mi verga estuvo en libertad quedo pasmada y me dijo:
¡Es muy grande!
La vio por todos sus ángulos pero sin tocarla, la vi indecisa y le comente:
¿Quieres tocarla?
A lo que ella respondió bastante animada:
¿Puedo?
¡Claro que puedes! –Me acerque un poco más- ¡tómala!
Acerco su mano derecha un poco temblorosa y al principio el tomo con inseguridad, pero poco a poco fue tomando confianza. Claro que cuando sentí el primer contracto mi verga empezó a tomar fuerza y en su mano sintió como crecía.
Cuando tomo su máximo tamaño se veía en su rostro un dejo de alegría, como si fuera una niña con su muñeca nueva y fue cuando le dije:
¿Por qué no me masturbas?
Me volteo a ver con una mirada perdida y a la vez lasciva y empezó a hacerme una chaqueta. Yo me empezaba a retorcer de placer y Anita ya estaba con la excitación al punto máximo.
¿Me la chupas?
Con la cabeza asintió e inmediatamente se dirigió ese pedazo de carne a la boca, empezó con un lengüetazo en mi cabecita que hizo que casi perdiera el equilibrio a causa de la sensación, ya que me encontraba de pie. Después empezó a pasar su lengua por todo el entorno de mi falo, hasta que finalmente se la introdujo en la boca. Una sensación de placer se apodero de todo mi cuerpo, sentir esa boca tibia, húmeda y deseosa de placer, llegue pensar que provocaría una pronta eyaculación de mi parte.
Levántate, quiero acariciar tu raja que ha de estar bien jugosa.
Se puso de pie y comencé a besarla en la boca y en el cuello mientras mi mano derecha acaricia uno de sus senos y la izquierda tocaban esas nalgas que como lo había imaginado todo era firmeza. Empecé a levantar su vestido para llegar hasta sus bragas las cuales eran de hilo dental, esta bella prenda me hizo soltar un suspiro de excitación mientras ella jugueteaba con mi miembro.
¡Ooooooh, Manolo, Manolo! quiero que me cojas y que me metas esa vergota y me desgarres las entrañas.
En ese momento casi le arranque el vestido, le desabroche el sostén con mucha facilidad y empecé a bajar la tanga que traía. A su vez ella me quito la sudadera que traía para después arrancarme la playera hasta quedar totalmente desnudos, en ese momento la avente al sillón y me esperaba como si ya la fuera penetrar, en esos momentos me hinque, empecé a acercar mi rostro a ese monte de venus para finalmente llegar a mamarle esa rajita que ya estaba escurriendo los exquisitos y aromáticos líquidos corporales. Cuando introduje mi lengua por su vagina inmediatamente después empezó a decir:
¡Sigue Manolo!, ¡no pares por favor!, ¡sigue!, ¡que rico!, ¡no te detengas! ¡Sigue!
Me separe un poco para tomar aire y vi un hermoso culo, chiquito, respingón y pálido, ni tardo me acerque a chuparle ese delicioso ojete, mientras con un dedo se lo introducía en su rajita, mi lengua recorrió todo su ano y empecé a tratar de introducir mi lengua traviesa en ese pequeño orificio que despedía un olor delicioso.
¡Manuel ya cojéeme! ¡No puedo más quiero que me la metas ya por favor!
Me levante para hacer lo que prácticamente me estaba suplicando, cuando estaba de pie Anita volteo hacia me verga de la cual salía un líquido baboso y transparente y como un imán se pegó para devorarlo y no dejar escapar un sola gota. Empezó a mamar de una manera desenfrenada, yo ya estaba a punto de venirme, por tal motivo me separe de ella, casi, casi le arranque de sus labios mi verga, no quería soltarla, se aferraba a ella como si de ello dependiera su vida.
Abre la piernas que ya te la voy a hundir
Si hazlo ya, por favor
Se colocó en posición para penetrarla, levanto su piernas y las separo, yo me incline, puse en dirección mi falo con la ayuda de mi mano y de un solo golpe entro toda la estaca, nada más sentí como se erizo su cuerpo y clavo sus uñas en mi espalda.
Mhhhhhhhhh, ¡Manuel que rico!
No le di tiempo de decir nada, inmediatamente empecé a hacer movimientos rápidos y bruscos, nada más se podía escuchar en la habitación su gemidos y el sonido que hacia cuando chocaban mis muslos en sus nalgas. Así estuvimos cerca de 5 minutos, cuando ella empezó a balbucear:
¡Sigue Manuelito, sigue, mas, siento algo que se acerca, creo que es mi primer mmmhhhhhhhhhhhhhhhh, hooooooooo, si, que rico sigue por favor!
Anita estaba experimentando su primer orgasmo, nada más se sentía su cuerpo vibrar, como si recibiera una descarga eléctrica. Yo seguía bombeando, pero no podía dejar pasar la oportunidad de cogerme ese rico culito y le dije:
Ahora te quiero coger por tu ano, voltéate –con tono autoritario-
Si amor lo que tú me digas.
Se colocó de rodillas en el piso y recargo su cuerpo en el sillón, yo me acomode atrás de ella y le di una última mamada en el ano.
Ya mátemelo por favor, ya quiero sentirlo
Antes de separarme de le di un beso en su agujero y proseguí a enfilar mi estaca en ese diminuto orificio, empecé a empujar suavemente, procurando no lastimarla. Ya estaba adentro la cabeza de mi falo cuando me dijo:
Métemela de un solo golpe por favor. –Con un tono de desesperación-
Es que si te la clavo de golpe te voy a lastimar.
No termine de decir la última frase cuando ella se impulsó hacia atrás y literalmente se clavó en mi mazo, en ese momento se escuchó un grito desgarrador.
Aaaaaggggggggg, me duele
Te lo dije
Ya entro toda ¿verdad?
A lo que respondí:
Mi reina casi se te mete hasta los huevos
Empecé a moverme despacio y lo que al principio fue dolor se convirtió gradualmente en placer. No paraba de gemir y los movimientos cada vez eran más rápidos.
¿Manuelito dónde has estado toda mi vida?
Anita desde que te vi por primera vez, siempre quise cogerte de esta forma
Pues soy toda tuya papito, puedes hacérmelo cuando quieras.
Nuevamente empezó a gemir y a acelerar sus movimientos, eso indicaba que ya se acercaba al siguiente orgasmo.
¡Sigue Manuelito, que ya estoy llegando al siguiente, sigue por favor!
Ojala y podamos venirnos juntos yo también estoy a punto de venirme.
De pronto escucho un gemido de grandes dimensiones, Anita estaba teniendo su segundo orgasmo.
¡mmmhhhhhhhhhhhhhhhh, hooooooooo sí que rico mmmhhhhhhhhhhhhhhhh!
¿Ya te viniste verdad? Perra, ¿por qué no me esperaste?
No te preocupes corazón…. ¿te gustaría venirte en mi boca?
Fue algo que no me esperaba pero acepte gustoso. Empiezo a sacar lentamente mi verga de su culo, pero oohhh sorpresa… mi verga tenia residuos de mierda.
¡Ahora sí que me cagaste el palo!
Ella se giró y se sentó en el sillón y a su vez dijo:
No te preocupes Manuelito te lo voy a dejar como si estuviera nuevo.
Y empezó a mamar sin ningún tipo de asco. A mí en lo personal si me dio un poco de asco pero cuándo empezó a lamer mi fierro candente, el nivel de mi excitación llego límites nunca antes alcanzados. No tardaría mucho en venirme.
Sigue, sigue, que ya mero.
Empecé a sentir como una sensación de bienestar y placer corría por toda mi columna vertebral. El orgasmo se avecinaba.
Ya, ya, siiiiiiiiiii, mhhhhhhhhhh.
Anita como una profesional inmediatamente metió mi verga en su boca para no dejar escapar una sola gota de leche, yo sentí como si hubiese eyaculado litros de ese fértil líquido. Anita nada más tragaba pero no dejaba de mover sus labios sobre mi pené, como si quisiera exprimirme la última gota…