Había cumplido mi fantasía de por fin hacerlo con un chico, mi doctor, después de nuestro caliente y delicioso encuentro mi padecimiento no volvió, al contrario.
Aún no tengo novia o alguna persona con la que este quedando, a estas alturas ya me siento como hetero curioso, debido a la experiencia que había tenido anteriormente pero para mí mala suerte mi doctor había tenido que marcharse a vivir a otra ciudad por lo que tenía que ser creativo y encontrar otro tipo de objeto o práctica que ayudará a satisfacer mis más calientes deseos.
Es por eso que después de un tiempo encontré una Sex Shop cerca de donde vivo, es por eso que la curiosidad me gano y me decido a visitar tan curioso y divertido lugar, al llegar me atendió una chica muy bella me miraba con curiosidad hasta que me preguntó que buscaba, yo le dije que buscaba un dildo anal realista y que fuera de un material suave, ella me recomendó algunos, todos de diversos tamaños, pero yo finalmente me decidí por uno de tamaño mediano ni tan grande ni muy pequeño, aunque también algo caro pero si quería disfrutar debía comprarlo si o si.
Finalmente salí de la tienda cabe recalcar que la chica solo me miraba con una mirada coqueta sin juzgarme o hacerse prejuicios sobre mí solo al salir me dijo que disfrutase de aquel caliente juguete.
Llegué a mi casa, me había duchado antes de irme por lo que tan solo al llegar, comencé con el juego, comencé a tocarme, acariciarme, todo por encima de la ropa, tocaba mi culo, sobaba mi pene por encima del pantalón de mezclilla, acariciaba mi cuello, mientras esto ocurría me imaginaba a quien fuera mi primer hombre tocando cada parte de mi.
Finalmente fui quitándome cada prenda sin perder el delicioso toqueteo que realizaba por todo mi cuerpo, pero no quería estar totalmente desnudo, recordé en ese momento que tenía un calzoncillo que por su forma me quedaba un poco pequeño y asemejaba a un sexy slip el cual me coloque, se me marcaba el culo y mi verga que ya estaba demasiado dura, finalmente estando semidesnudo, saque el juguete de su empaque, olía a plástico nuevo y se sentía muy suave, tenia la textura de un pene real, este dildo tenia algo especial, una ventosa que podría permitirme dejar llevar mi imaginación a dónde quisiera y haría de mis juegos los más calientes.
Finalmente acaricie la artificial verga con delicadeza, lo masturbaba y sentía cada centímetro de su dureza, finalmente comencé a chuparlo, cada centímetro lamidas laterales, succionaba el delicioso glande de aquel pene falso, finalmente decidí metermelo por completo a la boca, mi cabeza subía y bajaba, mi imaginación volaba recordando los románticos y ricos encuentros entre mi doctor y yo, escuchaba sus gemidos, recordaba como tomaba mi cabeza y controlaba el ritmo de las mamadas que le hacía.
Posteriormente y con la experiencia que había tenido últimamente en el sexo anal, mi culito ya pedía con urgencia ser penetrado por una rica verga, y sin más con la ventosa de mi juguete lo coloque en la pared, lo chupé un poco más para así tenerlo listo y que al entrar mi excitado orificio no sufriera ningún daño.
Tome un poco de saliva en mis dedos con los cuales acaricie mi entrada, se sentía tan bien, que inclusive trate de imitar el movimiento de una lengua como si estuviera recibiendo un beso negro, mi pene ya estaba más duro que un tronco, y ahora sí había llegado el momento en que mi pene artificial me haría pasar una de las mejores experiencias de mi vida.
Con mucho cuidado fui introduciendo ese rico falo en mi culito, el dolor fue prácticamente inexistente, pues como dije anteriormente la experiencia había hecho que mi culo se acostumbrara al rico mete-saca de una verga.
La sensación era de placer absoluto, al ser una verga artificial, tenía la libertad de controlar mis movimientos por lo que solo imitaba el común mete-saca y por momentos tomaba mi pene y lo comenzaba a sobar suavemente pues la diversión apenas comenzaba, mis gemidos eran deliciosos, pues no podía soportar tanto placer en ese momento, solo me limitaba a decir:
Aaaaaaah aaaaaaaah mmmmmmm mmmmmmm aaaaaaah que rico, más, más duro, así así así
Mi pene estaba por explotar por lo que decidí para y ejecutar otra posición, puse el dildo en el piso y decidí montarlo tal como hacía con mi doctor, era mi posición favorita, me senté sobre el y entro con facilidad, me sentía en la gloria era un placer inmenso, está vez mi imaginación pudo más que yo y mis palabras eran cada vez más excitantes recordando a mi doctor.
Si papi, dame duro amooor, si si si más duro, metemela hasta el fondo dame verga duro papi.
Arriba y abajo, hacía adelante y hacía atrás mis nalgas se veían muy sexys al realizar dichos movimientos hasta que no pude más y mi verga explotó en un rico orgasmo anal que me dejo exhausto, mi pene flácido después del placer y mi cuerpo de igual manera solo querían descansar imaginando como sería el esperando reencuentro entre mi doctor y yo mismo que relataré después, el cual fue el último pues después conocería a una tierna niña con la cual viví uno de mis momentos más románticos y llenos de erotismo.