Cuando le conté a mi hijo mayor, después de echar un buen polvo con él, que había estado follando con el hijastro de mi amiga Andrea, me imaginaba su reacción, me dijo:
-Pues si tú te has follado al hijo, yo quiero hacerlo con Andrea.
Como digo su reacción no me extrañó, de un lado mi hijo era un verdadero depredador sexual de maduritas, quería follarse a todas las que pudiera, de otro lado Andrea, pese a ser una cincuentona conversaba un cuerpo espectacular, cuando vamos juntas por la calle los tíos se quedan embobados mirándola.
Y como no podía negarle nada a mi niño, preparé uno de mis guisos favoritos, y a una hora donde sospechaba que Andrea iba a estar sola en casa, mandé a mi hijo a llevárselo, lo que ocurrió, según me conto él fue lo siguiente:
Cuando llegué a casa de Andrea, la amiga de mi madre, esta me recibió con una falda por encima de la rodilla, aunque sus piernas estaban cubiertas con unas medias negras muy sexys, y una blusa muy escotada que dejaba ver generosamente dos tetas de muy buen tamaño, me invitó a sentarme u me trajo una cerveza, y no pusimos a conversar de temas muy normalitos, aunque yo no podía dejar de mirar sus tetas, el tema derivó a hablar de los dolores de pies que tanto ella como mi madre padecen, y mi madre aunque no contaba lo nuestro, al parecer si contaba que yo le daba masajes en ellos.
-Que envidia me da, dijo ella.
-¿Envidia por qué? Dije yo, si tú quieres yo te doy un masaje ahora mismo.
Ella me sonrió, se quitó los zapatos y sentada de lado, en el sofá, primero se quitó los zapatos, y puso sus pies descalzos, aunque como he dicho cubiertos por unas medias negras, sobre mis piernas, yo comencé a masajeárselos, mientras ella me decía:
-Lo haces divinamente.
Pero la verdad es que en esta postura todas sus piernas, hasta la altura de su tanga quedaron a mi vista, yo le acariciaba los pies, mi madre me había acostumbrado a hacerlo algunas veces antes de hacer el amor, y hacérselo a Andrea me estaba poniendo cachondisimo, cuando terminé ella me dijo:
-Gracias, mi amor, no veas como me has relajado.
Pero en ese momento ella se dio cuenta del estado en que estaba mi polla y me dijo:
-Cariño, perdona no me había dado cuenta de que lo que me estabas haciendo te estaba excitando.
-No pasa nada, dije yo, pero el asunto es que necesito aflojar mi pantalón porque mi polla va a hacerlo reventar, espero que no me consideres muy atrevido.
-Para nada, dijo ella, comprendo lo que te pasa, imagina que soy tu madre.
Yo en ese momento pensé:
-Si supieras lo que hago con mi madre, jajaja.
El asunto es que me desabroché el pantalón y a la vez que el short, me los bajé para dejar mi polla al aire.
-Dios mío, dijo Andrea al ver mi miembro, lo tienes enorme y esta durísimo.
Creo que debo masturbarme un poco a ver si se me baja, le dije, y luego añadí, aunque si no se si es muy atrevido por mi parte, pero yo te he dado un masaje, dame tu otro a mí.
-Andrea me miro con cara de sorprendida, pero para mí alivio dijo:
-Está bien, pero esto debe de quedar en un secreto entre nosotros,
Ella con una amplia sonrisa en la boca agarró mi polla y comenzó a masturbarme, la muy zorra sabía hacerlo muy bien, y de otro lado ver moverse sus tetas a mi lado me resultaba muy caliente, así que la pregunté:
-Andrea podría chuparte las tetas, mientras me masturbas.
Miré su cara y vi la amplia sonrisa lo que me indicaba que iba por el buen camino, ella dijo:
-Está bien, pero todo lo que pase entre nosotros se debe quedar entre nosotros, no quiero que ni tu madre ni mi marido.
-De acuerdo, dije yo, aunque no iba a cumplir lo de mi madre.
Andrea se quitó la blusa y el sujetador y ante mi vista quedaron dos tetas increíblemente deliciosas, yo me puse a chupárselas, era algo delicioso, mientras ella acariciaba mi polla, ella comenzó a gemir, mientras no dejaba de mirar mi polla con ganas, así que di el paso siguiente, la pregunté:
-Andrea, ¿Me la chuparías?
La noté, nuevamente, sorprendida, pro no de manera desagradable y me contestó:
-Hace mucho que no lo hago, desde que me casé con mi marido dejamos de hacerlo por miedo de que nos pillara el niño.
-Bueno, dije yo, pues practica conmigo para que no se te olvide.
Ella sonrió nuevamente, y me pidió que me pusiera de pie, lo hice, entonces ella se arrodilló ante mí, y sacando su lengua comenzó a deslizarla por todo lo ancho y largo de mi polla, no se la notaba que llevará una temporada sin practicarlo puesto que su forma de hacerlo era deliciosa, si su marido había renunciado a sentir esto, debía dejarnos a los demás disfrutarlo, y esta sensación aumentó cuando ella se metió mi polla en su boca y comenzó a chupármela, que esa señora debería de chupar una polla a diario fue algo que quedó claro en mi cabeza.
Sus mamadas eran maravillosas, aunque intenté retrasarlo no pude evitar correrme y un rio de semen salió de mi polla y fue a para a su boca, llenándola por completo, no pudo evitar que una parte de este se desparramara por su boca e incluso parte de él cayó sobre sus tetas, pero ella ajena a todo se puso a lamer mi polla hasta dejarla completamente limpia.
En ese momento pené que debía de compensarla y la dije:
-Andrea, voy a comerte el coño.
-¿De verdad te apetece mi amor?, dijo ella, mi marido para hacerlo siempre me obligaba a depilarme el coño, y desde hace mucho tiempo ni, aun así
-Pues yo te lo voy a comer, dije yo, lo tengas como lo tengas.
Andrea pareció excitarse con mis palabras y en un visto y no visto se quitó la falda y las bragas dejando al aire un coño peludo, pero delicioso, que en ese momento me apetecía comerme, así que siguiendo mis indicaciones se tumbó en el sofá con las piernas bien abiertas, era una visión divina, así que me tumbé también en el sofá, bocabajo, dejando mi boca junto a su ciño y sacando mi lengua comencé a comérselo. Pese a los pelos, o quizá por ellos ese coño me supo muy delicioso, ella al sentir mi lengua sobre comenzó a gemir de placer mientras decía cosas como:
-Joder con el hijo de mi amiga Clara, su madre pensando que es un niño y el con una polla grandota y una lengua que volvería loca a cualquier mujer.
No era cuestión, al menos de momento de revelarle a Andrea el tipo de relación que teníamos mi madre y yo, aunque más adelante quizá habría que fomentar que ella tuviera algo parecido con su hijastro, pero en ese momento lo único que me importaba era hacerla gozar al máximo, de repente noté como ella apretaba mi cabeza con sus manos tuve la impresión de que estaba llegando al orgasmo, y efectivamente tras un gemido aún más fuerte que los demás noté como una gran cantidad de líquido inundaba su coño.
Ella tardó un rato en recuperarse y después dijo:
-Joder hacia muchísimo que no gozaba tanto, gracias, cariño.
Y diciendo esto me beso dulcemente en la boca, pero yo quería mucho más y me da que ella también, así que la dije:
-¿Follamos Andrea?
-Joder, dijo ella, me vas a convertir en una puta, desde que estoy con mi marido ninguna otra polla había entrado en mis agujeros, la tuya es la primera.
Desde luego para mí eso era un honor, que estaba dispuesto a aceptar, la pedí que siguiera tumbada en el sofá, yo me coloqué con una pierna doblada sobre el sofá y la otra en el suelo y en esta postura me puse un condón, y arrimando mi polla a su coño se la metí. Ella al sentir mi polla en su interior comenzó a decir:
-Cariño la tienes más grande que mi marido, y la mueves muy bien, me estas dando muchísimo placer, no pares por favor, ni mi marido en sus mejores tiempos me lo hacía así, sigue, sigue
Yo por supuesto la hice caso y seguí follandomela, su coño era delicioso y sus gemidos volverían loco a cualquier hombre, verdaderamente esta mujer necesitaba un macho que le diera placer de verdad, noté como ella se corría y yo seguí follandola hasta que me corrí también cuando lo hice y se la saqué ella me dijo:
-Mi amor me has hecho una mujer muy feliz
Y me besó dulcemente, después se fijó en mi polla y dijo:
-Creo que este pollón se merece una buena limpieza después del gran trabajo que ha hecho.
Primero con una expresión muy dulce en su cara me cogió la polla con sus manos y me fue sacando poco a poco el condón y dijo:
-Es una pena que esta leche se desperdicie.
Y sacando su lengua de la boca se puso a deslizarla por mi polla hasta dejarla completamente limpia, metió mi condón en una bolsita y dijo:
-Esto mejor tíralo tu dónde puedas, mi marido no lo puede ver.
La di la razón con mi polla bien limpia fui yo quien la pido:
-Chúpamela otra vez
Ella no se hizo de rogar y arrodillándose ante mi introdujo mi polla dentro de su boca y comenzó a chupármela, mientras lo hacía yo pensaba en que es una pena que hay maridos que no sepan apreciar la capacidad sexual de su mujer, y no sepan exprimirla a tope, aunque precisamente de eso disfrutaba yo, jajaja.
Cuando Andrea vio que mi polla estaba lo suficientemente dura me pidió que me sentara en el sofá y ella se puso encima de mi cabalgándome, mientras me decía:
-Es maravilloso encontrar un chico con una polla maravillosa, que además respete a las mujeres y les de placer.
Tener un primer plano de sus tetas mientras follabamos era un espectáculo maravilloso, a pesar de su edad, desnuda parecía una diosa y yo la adoraba, ella siguió cabalgándome mientras me decía:
-Hacia muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto, gracias, mi amor, y seguía follandome.
En un momento dado se giró y siguió cabalgándome, pero esta vez de espaldas, en esta postura podía sentir su culo rozando mi cuerpo, y no pude evitar preguntarle si su culo era virgen.
-De joven alguna vez tuve alguna polla dentro, me respondió, pero hace tantos años que ya ni me acuerdo, seguro que ya está bien cerrado, como si nadie nunca le hubiera penetrado.
Eso me dio una idea sobre que hacer más adelante, pero en esos momentos solo quería gozar a tope, así que me resistí a mis deseos de correrme, ella me propuso:
-¿Y si nos tumbamos de medio lado en el sofá?
Quería follar con ella y la postura me daba igual, así que acepté su idea y me tumbé en el sofá, sin sacarla, mientras ella hacia lo mismo, de esta manera nos encontramos tumbados en el sofá, conmigo metiéndosela en su coño desde atrás, ella seguía gimiendo mientras me decía:
-Sigue así mi amor, sigue, no sabes cómo estoy gozando, me estás haciendo la mujer más feliz del mundo.
-Tu sí que me estás haciendo feliz, muy feliz, le dije yo.
Mientras los efectos de mi polla sobre su coño parecían estar haciendo efecto y ella dijo:
-Joder so cabron que tarde me estás haciendo pasar, los chicos de tu edad parecéis niños todavía pero ya sois hombres hechos y derechos.
Al menos nuestras pollas lo son, dije yo, y para intentar llevarla a mi terreno le pregunté, ¿Y tú hijastro tiene novia o se hace pajas?
Ella pareció un poco sorprendida por mi pregunta y dijo:
-Aún es muy joven, hace unos meses cumplió los dieciocho años.
-Con dieciocho años, yo intentaba verles las bragas a las profes de mi instituto, tocaba las tetitas de mis compañeras e incluso me hacía pajas pensando en mujeres como tú, la dije.
En ese momento sentí que se corría, así que aceleré el ritmo hasta correrme yo también, tras ello, ella se apartó y me quitó el condón y lo colocó al lado del otro y después me limpió la polla, sentí que podía aguantar otro salto, por lo menos y le dije:
-Andrea, ¿Y si te la meto por el culo?
-Pero cariño, dijo ella, ¿Tú crees que tu polla va a aguantar otro polvo?, me preguntó
-Si tú me la chupas y me la pones en forma, no tengo ninguna duda, la respondí.
-Está bien, dijo ella, me da que hoy es el día de robar cosas nuevas, dijo ella.
Me dio una nueva mamada a mi polla, que una vez más se puso durísima.
-Joder, dijo ella, lo que sois capaces de aguantar los chicos jóvenes, yo pensaba que nunca iba a tener una sesión como las que tenía cuando era jovencita.
-Te toca cumplir tu parte, dije yo.
Andrea se subió al sofá, y se puso a cuatro patas encima de él, aunque luego bajó una de sus piernas, para que su culo quedara más abierto y dijo:
-Mi amor, mi culo es todo tuyo.
Yo me puse detrás de ella, en el sofá, y arrime poco a poco mi polla a su culo hasta que se la introduje de un solo golpe:
-Mi amor, dijo ella, hacia tanto tiempo que no gozaba de esto que se me había olvidado cuantos se disfruta con ello, sigue penetrándome.
Sus palabras me animaron a seguir follandome su culo, era estrechito, pero era delicioso de penetrar, mi polla se encontraba muy a gusto en su interior, y mientras la penetraba ella me decía cosas tan deliciosas como:
-Mi amor hace tanto tiempo que no era tan feliz, llevaba años sin tener tantos orgasmos, te adoro.
Mientras me decía esto mis huevos chocaban con su culo provocando un sonido delicioso, decididamente esta mujer era divina, y la idea de conducirla a tener relaciones con su hijastro se fue introduciendo en mi cabeza, mientras ella me animaba a seguir penetrándola, con expresiones como:
-Mi amor, sigue dándome gusto, nunca había gozado tanto en mi vida.
La verdad es que yo con ella estaba pasando un rato divino, algo que me apetecía que se repitiera. Mientras mi polla seguía moviéndose dentro de su culo y disfrutando de una manera increíble, en un momento dado ella me dijo:
-Mi amor me estoy corriendo.
Y un fuerte gemido salió de su garganta, yo me sentía muy macho por estar siendo capaz de hacer gozar tanto a una mujer tan divina como ella, así que seguí moviéndome en el interior de su culo, hasta que sin poderlo evitar una gran cantidad de leche salió de mi polla y se estrelló contra su culo.
No podíamos seguir mucho más tiempo, así que tras esto me lavé y luego me vestí, ella me acompaño hasta la puerta, cuando esta se cerró yo tuve a la sensación de que esto solo había sido el principio de algo, quería volver a follar con ella, y dado lo que mi madre me había contado de su hijastro, igual no estaría mal favorecer que los dos follaran para que su relación mejorara.