Solo será una aventura, te cogerán y si no te gusta… jamás lo volverás a hacer.
Con los ojos desorbitados mire a Alejandro sin dar crédito a lo que me estaba sugiriendo, ¿estas loco? Fue mi respuesta cargada de coraje e indignación; ¿Por qué me dices semejante tontería? Soy tu esposa no una “puta”
―Bueno piénsalo este día, ya me darás una respuesta hoy en la noche… por cierto te deje una nota bajo la almohada léela por favor.
Lo mire salir de casa para ir al trabajo, con lagrimas en los ojos me senté en el sofá, apreté mis manos con fuerza haciéndome daño, en silencio buscaba una respuesta a mis interrogantes con respecto a su actitud… un poco mas calmada me dispuse a hacer las labores de la casa, no fue hasta después del medio día que recordé las ultimas palabras que me dijo antes de salir, fui a la recamara y busque bajo la almohada, ahí estaba una hoja de cuaderno escrita por su puño y letra.
―¡Silvia! Se que será muy difícil que comprendas mi actitud, pero es algo que me gustaría pensaras con calma y tomes una decisión acertada; sin que te sientas obligada a hacerlo o lo tomes como algo necesario, solo tu serás quien decida que responder… pues nada, resulta que después de 5 años de matrimonio me siento atrapado por la rutina, y se que tu lo estas igual, todo es entorno a lo sexual, quizá si experimentamos algunas cosas nuevas, como tener sexo con alguien que no sea nuestra propia pareja, nos devuelva esa sensación de placer que hoy ya estamos lejos de sentir, si después de intentarlo no nos favorecen los resultados; olvidaremos el asunto y nunca existirá reproche alguno de ambos, si aceptas que lo platiquemos detenidamente… esta noche cuando llegue a casa; me gustaría encontrarte con aquel vestido rosa que tantos recuerdos nos trae, si no lo deseas… solo viste de forma común y yo entenderé que debo olvidar mi locura, P.D. te amo.
En ese momento comprendí que Alejandro tiene razón, las relaciones sexuales ya no tenían el fuego de 2 años atrás, continué mis labores de forma común sin dejar de pensar en el asunto, después de salir a comprar algunas cosas y ya de regreso en casa tome una decisión.
Mire el reloj, justo en una hora Alejandro estaría de regreso, así que me di un baño y me esmere en mi arreglo personal, el vestido rosa escotado al frente dejaba mirar la mitad de mis tetas, me queda justo a medio muslo, debajo solo mis pantaletas negras de encajes, como complemento las zapatillas negras de tacón de 12 centímetros de aguja.
Pinte mis uñas de color negro, maquillaje discreto y peine mi cabello con una cola de caballo, fui a la sala y espere que el llegara a casa… solo unos minutos después escuche cuando se abría el zaguán para meter el auto, esta ves no Salí como todas las tardes ahí lo espere quería darle la sorpresa.
―¡Silvia gracias por esta agradable sorpresa! Me hace muy feliz saber que podremos hablar del tema sin llegar a la discusión, ¡que linda estas con tu vestido rosa!
Me puse de pie y camine a su lado, me abrace a su cuello y lo bese como no lo hacia en mucho tiempo, después de unos minutos me dijo lo siguiente.
―¡Espera Silvia! Quiero que tomemos una copa, para relajarnos mientras hablamos ¿te parece?
¡Si Alejandro! La verdad esta ves si que me hace mucha falta esa copa.
Sin dudarlo tome la copa de un solo trago, respire hondo y le hice las primeras preguntas sobre aquel asunto… Alejandro, ¿Por qué piensas que es necesario que me entregue a otros hombres?
―Mira, antes de responder a tus preguntas ¡por favor quítate tu vestido! Solo déjate las pantaletas puestas.
Me quite el vestido y espere de pie sus indicaciones.
―Ahora vamos a jugar un poco, siéntate en el sillón separa las piernas a los costados y cierra los ojos mientras yo hablo, tu solo quédate en silencio y podrás hablar cuando yo te lo indique, ¿de acuerdo?
Si, estoy de acuerdo… pero antes de hacerlo; ¿puedo tomar otra copa?
―Claro amor, enseguida te la sirvo.
Nuevamente tome la copa de un trago, separe las piernas y cerré los ojos esperando que el iniciara el juego.
―Pues todo eso de que tengas sexo con otros hombres, ha surgido por la necesidad de renovar la pasión y salir de la rutina, creo que seria fantástico y bueno veras… hace unas semanas eh tenido un sueño erótico, voy a contarte cada detalle de mi sueño, tu solo escucha no abras los ojos e imagínate cada momento de lo que yo te diga, deja que tu mente vuele y ya después me dirás que te parece.
―Fue un sueño tan real que aun se me pone dura la verga cuando lo recuerdo, habíamos asistido a una fiesta ahí conocimos a un hombre muy elegante, el me pidió que te permitiera bailar con el, acepte y mire como te tomaba de la cintura y te atraía hacia su pecho, fueron varias las melodías que bailaron, en un momento dado yo fui al sanitario y al regresar ya no estaban, Salí corriendo y mire como subías al auto de aquel hombre, cuando yo llegue cerca te mire completamente desnuda a un lado de el, me miraste y comprendí que tu estabas con el por tu propia voluntad, trate de abrir el auto pero justo en ese momento se alejaron dejándome ahí a media calle, la imagen de mirarte desnuda con aquel hombre me había excitado pues me di cuenta que mi verga estaba dura y luchaba por salir del pantalón, justo en ese momento desperté y te mire dormida a mi lado, me levante en silencio fui al baño y me masturbe, desde ese día solo imagino que haces realidad ese sueño… ahora abre tus ojos y dime, ¿Qué piensas de mi sueño?
Abrí los ojos y lo mire con ternura, ven Alejandro toca mi vulva y comprenderás que opino… el toco mi rajita y comprendió el estado en que me encontraba, me bajo lentamente las pantaletas y me tomo de la mano para llevarme al sofá donde el me recostó y abriendo mis piernas me miro unos segundos mientras se desnudaba, después me penetro y me pidió le dijera que me había imaginado del sueño.
Me imagine a ese hombre, tomándome de mi cintura y atrayéndome hacia el, y cuando tu te distraías el me dio un beso, me resistí pero el se encargo de hacerme perder el miedo, después cuando tu fuiste al baño… me dijo al oído que saliéramos, yo lo seguí y subimos al auto, donde me despojo de mi vestido y de mis pantaletas, cuando tu llegaste el tenia sus dedos dentro de mi raja, a,a,a,a,a,a,a… cuando te mire él se apresuró a alejarse, me llevo a un motel, ahí me cogió de una forma deliciosa. Ah, ah, ah, ah, ah, ah, ¡creo que tendré un orgasmo! A, a, a, a, a, a,
Increíblemente esa noche fue mágica, el juego dio un sorprendente resultado, creo que el licor ayudo un poco, fueron momentos deliciosos mi mente viajaba imaginando escenas donde yo era la protagonista, en ese momento comprendí que estaba dispuesta a complacer a Alejandro, quien me agradeció esa noche entregada al placer, donde por ves primera ambos tuvimos un orgasmo al mismo tiempo.
¿Te gusto? Por mi parte fue algo fantástico, tu sueño me excito mucho gracias amor.
―Si que fue excitante, tu reacción fue sorprendente, ahora imagínate cuando lo hagamos realidad, será algo sensacional.
¿Y como piensas que sea esa relación? Más bien ¿con quien será?
―Tengo pensado algo pero aun no es un hecho, déjame pensarlo un poco más y ya te diré de qué se trata.
Los siguientes días fueron de mucha felicidad, todo cambio en nuestro matrimonio y aun no habíamos echo nada real, incluso yo pensaba que Alejandro había olvidado el asunto, pero no… una tarde llego a casa y me llamo a la sala, sus palabras me dejaron atónita.
El sueño se vuelve realidad cogiendo con un extraño:
Tengo la solución, eh comprado una revista de clasificados sexuales, buscaremos a alguien y lo contactaremos… ¿te parece?
Ambos miramos esa revista y los anuncios que ahí había, me sorprendió mirar muchos de la ciudad donde vivimos tanto de hombres como de mujeres, un poco nerviosa le señale a Alejandro uno que me llamo la atención… ¿Qué te parece ese?
― (soy hombre maduro, educado, limpio, busco mujeres de preferencia casadas e insatisfechas)
―Si quieres pasar una tarde placentera envía un mensaje.
¿Te gusta? Pues no perdamos tiempo Silvia, abre tu correo y envía el mensaje, tu decide que escribir yo no voy a oponerme a nada ahora es tu aventura.
Sin perder el tiempo, escribí un mensaje, un poco nerviosa y a punto de arrepentirme lo envié y en minutos recibí la respuesta.
¡Hola! Me llamo Silvia, soy casada y me gustaría conocerte.
―(Hola Silvia) yo me llamo Jorge, tengo 45 años y si será un placer conocerte, pero antes tienes que comprobarme que eres una mujer real… anota este numero y márcame sin demora.
Las manos me temblaban mientras marcaba el número que me dio, ¿hola? Soy Silvia te envié un mensaje.
―¡Hola Silvia! Dime ¿Qué edad tienes?
25 años.
―Veo que tienes número local, eso me gusta… ¿Cuánto tiempo de casada?
5 años.
―Bien; ¿podemos vernos mañana para tomar un café y conocernos un poco?
Si, no hay inconveniente.
―Perfecto, mira yo estaré un poco desocupado a las 2 de la tarde, ¿crees poder a esa hora?
Si, si puedo.
―Perfecto, entonces te espero justo a las 2 de la tarde en la entrada de plaza victoria, ahí te buscare, ¿tienes alguna prenda poco común para distinguirte?
Tengo un vestido color naranja, podría llevarlo.
―Si, llévalo puesto, en la entrada de plaza victoria hay una tienda de dulces típicos, espérame justo ahí yo te reconoceré. Y por favor si no puedes ir por cualquier motivo avísame antes.
Al colgar el teléfono, Alejandro me miraba interrogante.
¿Qué paso? Anda dime que los nervios me carcomen.
¡Mañana mismo! Me espera a las 2 de la tarde en plaza victoria. Ahora tu responde a mi pregunta… ¿de verdad quieres que lo haga?
Desde luego que lo deseo, y por mi no hay problema, asiste a la cita y disfrútalo, solo te pido que seas cuidadosa si sientes que no es confiable, no te sientas obligada, y por cualquier cosa que pueda suceder anótame el numero de su teléfono y su correo y desde luego mantén encendido tu celular.
Después de hacer mis labores cotidianas, tome mi vestido naranja del closet, unas pantaletas negras de corte francés y las zapatillas blancas, después de un baño me arregle pinte mis uñas de color blanco y me recogí el cabello, me mire al espejo y quede satisfecha, Salí de casa a cumplir mi destino, al llegar a plaza victoria mire en todas direcciones pero no vi a nadie que me observara, estaba verdaderamente nerviosa.
Los minutos me parecieron una eternidad, sumida en mis pensamientos, imaginando como seria Jorge… de pronto una voz a mis espaldas me saco de mis pensamientos.
―¡Hola Silvia! Yo soy Jorge.
¡Hola Jorge! Es un placer conocerte.
Mientras el tomaba mi mano y la apretaba al tiempo que me daba un beso en la mejilla me dijo de inmediato.
―El placer es mío linda, dime algo Silvia… ¿quieres tomar un café o una copa?
Un café esta bien.
―Ok… ven entremos a ese café de allá, es un lugar discreto para poder platicar.
Jorge me miraba detenidamente, mientras me hacia algunas preguntas personales.
―Así que eres casada… ¿insatisfecha?
Si, creo que lo soy.
―¿Tienes hijos?
No, aun no los tengo.
―Mira yo soy casado, pero al igual que tu… vivo insatisfecho sexualmente con mi esposa, ella no esta de acuerdo con disfrutar a plenitud del sexo. Por eso me veo obligado a buscar encuentros, como veras ya soy un hombre maduro, pero puedo hacer gozar a una chica.
Veo que eres un poco tímida y eso me gusta, voy a pedirte un favor, pero si no quieres hacerlo solo me lo dices, no te obligare a hacer nada que no desees.
Si… dime ¿Qué deseas que haga?
―Espera primero dime algo, ¿Qué tipo de ropa interior usas?
Unas pantaletas comunes.
―Bien, ve a los sanitarios te quitas las pantaletas, las haces bolita y las traes de vuelta en la mano, si lo quieres hacer solo levántate y ve.
Me levante y fui alejándome en dirección al sanitario, podía sentir su mirada siguiendo mi caminar, tengo que reconocer que su apariencia me tenia impactada… muy alto, de cuerpo delgado, su mirada lo hacia parecer muy inquisidor, pero su sonrisa, me derretía por completo… deslice las pantaletas y las aparte de mi cuerpo, las doble con mucho esmero y fui de regreso a la meza, era la primer ves que hacia eso, estar sin nada debajo me hizo sentir morbo, aquí las tienes le dije al tiempo que se las daba en su mano, las cubrió por completo con su mano izquierda, se puso de pie y me dijo lo siguiente.
―Ahora regreso, no me tardo.
Al regresar me miro sonriendo y escuche sus palabras como hipnotizada.
―¿Estas excitada verdad?
Si, si lo estoy.
―¿Quieres ir a un lugar mas intimo?
Apreté mis piernas por instinto y le respondí sin titubear… ¡si lo deseo!
―Ven vamos, no perdamos el tiempo.
Salimos como si fuéramos un matrimonio, me tome de su brazo y camine imaginando lo que estaba por suceder… caminamos un par de calles hasta donde estaba su auto, ya dentro y mientras el lo ponía en marcha me pregunto lo siguiente.
―¿Qué sientes al caminar sin nada debajo?
Siento algo delicioso, pero me siento un poco extraña y también siento pudor.
―¿Nunca lo habías experimentado?
No, jamás.
―¿Con cuantos hombres has cogido antes de mí?
Solo con mi esposo.
―Uf, eso quiere decir que soy un afortunado, separa un poco tus piernas, quiero tocar tu rajita.
Separe las piernas y el estiro su mano, un escalofrió recorrió mi cuerpo entero al sentir que llegaba a mi vulva y abriéndose paso con los dedos, introducía dos en mi intimidad… estaba muy excitada la raja estaba demasiado mojada, sus dedos salieron escurriendo líquidos vaginales, me sonroje cuando lo mire dirigir sus dedos a su boca y limpiarlos sin ningún pudor.
―Ummm, que rico… estas muy excitada, veras como disfrutaremos la tarde.
Después de unos 25 minutos por fin llegamos a un motel, después de pagar entramos directo a la habitación, espere a que la puerta estuviese cerrada para bajar del auto… el se apresuro a llegar a mi lado y ahí a un lado del auto me tomo en brazos, me dio un beso apasionado al tiempo que sus manos desabotonaban mi vestido, el cual cayo al piso, ahora el sujetador cayo dejando salir mis tetas, estaban duras y mis pezones erguidos desafiantes y excitados como nunca lo habían estado.
Me tomo en brazos y camino hacia el interior de la habitación, yo me tome de su cuello y me deje llevar.
―¡Estas temblando Silvia! No temas, yo soy un caballero ante todo.
Ya dentro de la habitación me bajo y ahí de pie junto a el, me abrazo y nuevamente me beso, al tiempo que sus manos bajaban lentamente posándose en mis nalgas, las cuales aprisionó y estrujo con suavidad enloquecedora.
―Siéntate en la orilla del sillón, y separa las piernas, así esta bien.
Se quito la camisa frente de mi, su pecho estaba completamente cubierto de vellos, al igual que sus brazos, se arrodillo y planto su cara frente de mis piernas lentamente fue aproximándose a mi rajita, con voz nerviosa le pregunte sin dejar de lado mis nervios y el pudor que sentía en ese momento.
¡Espera Jorge! ¿Qué vas a hacer?
Me miro con asombro y me pregunto lo siguiente.
―Voy a mamar tu rajita… no me digas que nunca te lo han hecho.
No, no me gusta eso, mi esposo jamás lo ha intentado y yo creo que no deberías de hacerlo.
―Espera un momento, no puedes tener sexo sin disfrutar de un preámbulo, y el sexo oral es delicioso, deja que lo haga si después decides que me detenga lo hare, pero al menos deja que lo intente.
Sin responder, solo volví a separar las piernas tímidamente, cerré los ojos y trate de no mirar. Al primer contacto de su lengua me estremecí por completo, lentamente la deslizo por mis labios vaginales, repitió la misma acción varias ocasiones, poco a poco fui perdiendo el pudor, ahora yo misma trataba de abrir mas las piernas, verdaderamente era algo delicioso y sublime.
Se aparto un momento y me dijo las siguientes palabras.
―¿Quieres que me detenga?
No.
―¿Te gusta como te la mamo?
Si… mucho.
―Entonces no cierres los ojos quiero que mires como lo hago.
Mire nuevamente como dirigía su boca a mi rajita, esta ocasión su lengua toco mi pequeño botoncito rosado, me sacudí violentamente con aquella caricia y comprendí que había perdido mucho tiempo de disfrutar por mis falsos pudores.
Sus manos alcanzaron mis tetas, las tomo con suavidad y las masajeó mientras seguía mamando mi raja, ya no pude mas y deje escapar los gemidos de mi garganta… a, a, a,a,a,a,a,a,a, sigue por favor. Ay, ay, ay, ay, es delicioso.
Ahora su lengua entro a mi rajita y acariciaba mis labios internos, por fin lo mire ponerse de pie, me miro y me dijo.
―Ponte boca abajo, empinada en el sillón, elevas las nalgas para que disfrutes lo que hare enseguida.
Di la vuelta, me acomode como me dijo y separe las piernas, pensé que seguiría mamando mi rajita, pero no, ahora se fue contra mi ano, no proteste, lo deje hacerlo y comprendí que ya no era momento de sentir pudores, así que me dispuse a disfrutar. Su lengua parecía de fuego, las caricias en mi ano me estaban enloqueciendo y mi raja ya escurría de líquidos vaginales, nuevamente se aparto y me pidió me sentara normal.
―¿Alguna ves has mamado una verga?
No… jamás.
―Pues hoy aprenderás a dar el mismo placer que recibes, ¿quieres intentarlo?
Si, estoy dispuesta… en silencio se desabotono el pantalón, lo dejo caer al piso y ¡oh dios mío! Un trozo de carne luchaba por salir del bóxer, lo bajo lentamente sin dejar de mirar mi reacción.
―Mira como me tienes Silvia, vamos es todo tuyo. Ponte de pie.
Me levante y admire esas lindas piernas velludas y largas, sus huevos estaban duros y que decir de esa hermosa verga erecta, sus venas enrojecidas y parecería que estaban por estallar.
―Arrodíllate y abre la boca, suavemente mete mi verga, asiiiiiii oh que rico, vamos hazlo mas despacio como si fuera una paleta… oh.oh.oh.oh.oh.oh. Que ricura.
No lo podía creer, todavía creció un poco mas su verga, me acople rápido y le tome gusto, ahora ya no quería dejar de mamarle su verga, un sabor agridulce me inundo el paladar… en ese momento me aparto y se sentó en el sillón, me tomo de la cintura y comprendí que el momento supremo del placer estaba por venir.
¡Espera Jorge! No me lo metas en el ano.
―No pequeña, ese momento llegara pero ahora solo quiero llenarte de leche la raja.
El roce de los vellos de su cuerpo me hacían disfrutar mas del momento, poco a poco me fue sentando en su verga, la cual se abría paso en mi raja, como un hierro hirviendo entro y en un momento sentí dolor, pero poco a poco me trague toda esa verga, ahora tomada de mi cintura, me levantaba y me dejaba caer antes de que saliera toda su verga…. Sus manos apretaban mis tetas y pellizcaban mis pezones hinchados por la excitación, a,a,a,a,a,a,a,a,a,a, mas fuerte por favorrrrrrrrrrrrr, a,a,a,a,a,a,a,a,a, sorpresivamente se puso de pie y me tomo de las piernas estando ensartada, la penetración fue total, sentía sus huevos chocar con mis nalgas, nuestros cuerpos estaban bañados en sudor, al mismo tiempo explotamos en un orgasmo de plena satisfacción.
Todavía después de descansar unos minutos, tomo su verga con su mano derecha, y me pidió me recostara en la cama, con movimientos fuertes se apretaba la verga, en segundos se derramo y mojo mis vellos púbicos, me pregunto con su linda sonrisa.
―¿Quieres bañarte?
No, prefiero hacerlo en casa ya es tarde.
―Espera voy por tus pantaletas.
Al regresar me entrego mis pantaletas, me las puse y de inmediato se mojaron con la leche de ambos que aun salía de mi raja.
Me arregle un poco el cabello y salimos del motel.
―¡Silvia! Fue algo fantástico, quisiera volver a verte.
Si, yo igual lo deseo.
―¿Me dejarías romperte el culito algún día?
No se, me da miedo.
―Vamos yo te voy a preparar, solo promete que seré yo el afortunado de hacerlo.
Si, te lo prometo, tu serás quien lo haga… me llevo a un par de calles de mi casa, ya estaba obscuro, al bajar me dijo que pronto me llamaría, apresure mis pasos para llegar a casa, sin duda Alejandro ya estaba impaciente.
Al entrar Alejandro estaba sentado en el sillón, para mi sorpresa completamente desnudo, lo mire y le pregunte con ansiedad… ¿Por qué estas desnudo?
―Silvia, no lo ves, estoy muy caliente solo de imaginar lo que estabas haciendo, ¿Por qué si cogieron verdad?
Si, claro que me cogió… ven vamos a la recamara te traje un recuerdito… lo tome de la mano y caminamos juntos a la recamara, me despoje del vestido y de la ropa interior, me tire en la cama y abrí las piernas, le mire a los ojos y le dije…. ¡mira como me dejo! Decidí no bañarme para que miraras su leche en mi raja, ¿te gusta?
―Estas bañada en leche, aun estas mojada, ¡que rico! ¿Me dejas cogerte?
Y así mientras le platicaba cada detalle de esa cogida, me cogía montado sobre de mi, ya tendría yo tiempo de enseñarle lo que estaba aprendiendo… por lo pronto estoy a punto de ir nuevamente con Jorge y quizá esta ves le entregue mi ano virgen.