Les comentare esta historia que sucedió hace ya algunos años en Bogotá, Colombia, fue totalmente realidad y aun al recordarla me excito mucho, aunque por cuestiones del destino ya me separé de esta mujer.
Se suponía que era una reunión swinger planeada hace semanas por Jorge, un amigo que cobraba módicas cuotas a las parejas por organizar y conseguir el sitio para reunirnos a beber e intercambiar parejas; a la reunión asistirían unas 5 o 6 parejas, pero por mentiras de los asistentes resultaron llegando 5 hombres y solo 2 mujeres, contando a mi exesposa, ella de baja estatura, gordibuena, tetona, piernona, de bella sonrisa, con mucho gusto por el aguardiente y el sexo; y Sandra delgada, menudita, de tetas pequeñas y un cuerpo más bien aniñado.
Jorge que iba a venir con Patricia, la esposa, pero llego con Alejandro, un chico con ojos de loco (decía mi ex), y que no conocíamos; el dueño del apartamento era un señor de edad se notaba que era un viejo verde mañoso y muy morboso, le diré “el viejo”, pues no recuerdo su nombre y para aquel tiempo ya tenía sus años encima, aunque se le veía vigoroso y bonachón y decía que su esposa llegaría en cualquier momento (algo que nunca sucedió), decía que era enfermera y estaba de turno.
José Y Sandra eran nuevos para nosotros, los conocimos ese día, se notaba que José era machista, solía presumir de su desempeño sexual, era bien presentado, acuerpado, y Sandra su compañera era un poco orgullosa, casi petulante, pero después descubrí que era por el miedo a lo que pasara en estas reuniones.
Desde un comienzo cuando Sandra vio el grupo estuvo en desacuerdo, decía que no le gustaba la superioridad de hombres del grupo, en un momento le propuso a José irse, pero llegamos al acuerdo de que solo habría intercambio entre la pareja de José y la mía, los demás mirarían y solo participarían si las chicas lo aprobaban.
La noche inicio con una recolecta para comprar trago y pasantes, cuando Jorge y Alejandro iban a salir a comprarlas les dije que los acompañaba, y en secreto les dije que si mi ex se embriagaba yo les autorizaba a manosearla hasta que se excitara y que avanzaran todo lo que ella dejará.
Regresamos al apartamento con muchos paquetes, aguardiente, maní, papas, paqueticos, en fin, de todo un poquito; lo primero que observe era el morbo con que el viejo miraba las piernas y el escote de mi ex, y como la atendía y la cortejaba, ella ya se había quitado los zapatos, y cruzaba las piernas sobre el sofá mientras su falda se subía un poco, sus piernas se veían hermosas, y su blusa semitransparente dejaba ver su brasier negro talla 38, el cual guardaba unas tetas grandes y deliciosas.
La charla y las bromas en segundo sentido se fueron adueñando de la noche, yo ya tomado les decía cada vez que podía a los hombres que le cogieran el culo a mi mujer cuando bailaran con ella, que la manosearan, pues me excita mucho ser cornudo para mí era una situación ideal, y casi que ni reparaba en la presencia se Sandra, pues estaba muy seria y casi no hablaba, aunque si bailaba y al igual que mi esposa se dejaba abrazar.
Eran como mas 2 de la mañana cuando fui al baño, pensé que ya no iba a pasar nada esta noche, coincidí con José en que nos fuéramos para su apartamento, lleváramos más trago e hiciéramos intercambio de parejas.
Pero cuando salí del baño quede atónito, mi mujer estaba sentada en el sofá, Jorge y Alejandro a ambos lados de ella besándola y sobándole las tetas, su blusa totalmente abierta y trataban de quitarle el brasier mientras el viejo acariciaba sus piernas desnudas y abiertas sobre las rodillas de cada uno de ellos, el viejo se dedicó a besar sus piernas y subía a su la vagina por encima de los calzones, la muy puta solo se reía y se dejaba hacer, ya estaba ebria; mire a José y a Sandra, ella estaba asombrada, solo miraba, y José se tocaba el bulto por encima de su pantalón. Yo solo me volví a sentar y me serví un trago de aguardiente, me encantaba ver como mi mujer gemía con su amante de turno, para esa época solo habíamos tenido dos intercambios, lo de hoy nunca había pasado, y como ella dijo en algún momento a Sandra “le figuro”.
Le quitaron la blusa y la botaron al piso, ella les colaboro, sus grandes tetas salieron por los lados de su brasier, Jorge se lo desabrocho y lo arrojo sobre el espaldar del sofá, solo se escuchaban los gemidos de mi mujer, era un espectáculo ver como parecían perros encima de ella, por fin ella junto sus piernas y colaboro para que sus calzones dejaran ver su vagina brillante y lubricada, le abrieron las piernas lo más que se podía y el viejo seguía dándole lengüetazos a la vez que abrazaba su culo, Jorge y Alejandro le besaban y chupaban las tetas y le daban besos con lengua, era una imagen de lo más morboso, provocador y excitante que he vivido.
De nuevo vi a José que se puso de pie y empezó a desnudarse, Sandra lo miro con desaprobación, pero a él pareció no importarle, allí estaba mi mujer, desnuda y a la merced de estos desaforados sexuales, ella que decía que solo estaría con José cuando Sandra lo hiciera conmigo, pero las cosas se salieron de control gracias a lo puta que se ponía al estar borracha.
Cuando Jorge, Alejandro y el viejo empezaron a desnudarse, les dije que solo se la culearía el que se colocara condón, mi mujer me miro y me dijo con voz burlona: “así se hace, cuídame, cabrón”, a lo que todos rieron, esas palabras me excitaron mucho, yo era el cabron y mi mujer la puta que todos se iban a culear esa noche.
El viejo pidió que se pusieran de pie, corrimos la mesa de centro y convertimos el sofá en una amplia cama entre bromas y risas, mi mujer se dejó caer desnuda en el centro y de nuevo todos cayeron encima a besarla y manosearla en un completo desorden, el primero en colocarse el condón fue José, y empezó a ubicarse para penetrarla, su verga era gorda y como de 15 centímetros, él es panzón y muy velludo, debe medir 1, 70 m, no sé en qué momento corrió al viejo que hacía oral a mi mujer y ocupo su lugar metiendo su verga en la vagina de mi mujer, ella empezó a gemir ante las envestidas del gordo, el gordo se demoró como 20 minutos, recuerdo ver su frente sudorosa y a mi ex gimiendo con los ojos cerrados como una perra en celo, los demás mantenían sus piernas abiertas mientras las acariciaban y besaban sus tetas, el viejo se complacía besándole los dedos de los pies y chupándolos.
Cuando finalizo el gordo, se quitó y Jorge rápidamente ocupo su lugar, su verga es más larga como de 19 centímetros, coloco las piernas de ella sobre su pecho y se la metió despacio hasta el fondo, ella tuvo que sacar de su boca la verga de Alejandro para quejarse ante el tamaño de la verga que la estaba invistiendo, gritaba y gemía, mientras ellos le decían que vulgaridades (que perra eres, que puta más deliciosa…!), ya se había perdido la cordura.
José le dijo a la mujer que como habíamos quedado, que ella solo iba a estar conmigo, ella me miro con cara de pocos amigos y yo preferí decirle que no se preocupara, que no había lio, además no es bueno estar con alguien que no está del todo de acuerdo.
En eso Jorge se vino duro también un buen rato dándole, y seguía Alejandro, pero ella pidió un descanso y agua, se sentó en el sofá, todos tomamos un trago, y al rato Alejandro le dijo que no lo fuera a dejar con ganas, ella lo miro le sonrío y le hizo señas con la mano, llamándolo, él se acostó y ella se subió encima, se metió ella misma una verga de aproximadamente 18 centímetros, de un chico de 25 años aproximadamente, la muy rígida (me dijo ella después), los demás miramos el espectáculo, alejo le sobaba las piernas, ella se movía como la más experimentada de las putas, duraron como 15 minutos y Alejandro no aguanto más, se derramo al tiempo que ella tenía un orgasmo, lo sé porque se pone roja y cierra y aprieta los ojos.
El viejito dijo que él seguía, pero no aguanto mucho la excitación y se derramo en 5 minutos, mientras gramaba como un toro.
Ella se fue para el baño, y todos me felicitaban por tener una chica tan caliente y complaciente, aunque yo sé que estaban pensando palabras que no me dijeron; Sandra por su parte estaba callada, solo los miraba a ellos mientras comentaban y servían más trago.
Cuando mi ex salió del baño completamente desnuda, todos la miramos y nos volvimos a excitar, ella se metió en la mitad de todos, destapo un paquete de papas y pidió un trago, el viejo se lo sirvió rápidamente y se lo alcanzo diciéndole linda tu solo dinos que deseas, ricurita.
Seguimos bailando desnudos un rato, ya la sacaban a bailar de a dos, uno se le pegaba por delante y el otro por detrás, entre risas y lujuria, era muy excitante.
Le dije al oído a mi ex que si no me iba a dar nada, y se rio diciéndome que el espectáculo era lo que me daba, pero yo me senté en sofacama mostrándole mi verga parada y ella se acomodó encima abrazándome mientras se metía mi verga poco a poco, yo les hice señas de que su culo estaba libre y empezaron a tocarla y el viejito corrió y trajo un aceite y unos guantes de látex, yo enseguida le dije que eso se tiraba los condones y el me dijo que era a base de agua…
Mi ex dijo que pasito que nunca había hecho doble penetración, pero si le habíamos dado por el culo ya en dos ocasiones… la cuestión fue muy excitante, el viejo le metía un dedo lubricado por su ano y ella no paraba de gemir y de quejarse, luego fueron dos dedos, su ano fue cediendo a la vez que gemía mas fuerte, ellos empezaron a ponerse de acuerdo y esta vez dejaron al viejo de primero, el viejo se ubicó detrás de ella, cerrando mis piernas y empezando a metérselo despacio, mi ex abrió sus ojos como platos al sentir que el glande entro, el viejo avanzo despacio, ella y yo quedamos quietos.
Todos miraban atónitos como invadían dos vergas al tiempo su intimidad, a ella se le salieron dos lagrimas mientras gemía y se quejaba, me decía al oído, h… p así me querías ver?, Uds. Son unos malp… dos… yo podía sentir o cuando la otra verga va entraba en su ano, ella suplicaba que despacio y cuando el viejo la metió por fin completa, ella me dijo, mira cómo me están dando verga, hoy soy la más puta por dejar que me usen así, yo de contestaba eres la zorra mas hermosa, y ellos la consentían diciéndole perra hermosa, eres la mas puta de las putas.
Eso me excito más, pero me contuve para no venirme, empezaron a rotar, cada un duraba uno o dos minutos y ella abrió los ojos y me decía que le dolía su ano cada vez que cambiaban entre ellos; al rato ya se había dilatado lo suficiente para que ella se meneara y gimiera de placer, después me dijo que era una sensación indefinible, que se había sentido llena, invadida, deliciosa.
Al final quedo botada en la cama, desnuda, usada, y con una sonrisa de puta satisfecha, finalmente a ella le gustaba ser el centro de atracción.
Mi exesposa fue al baño después de un corto sueño y al salir me dijo que estaba agotada que quería que nos fuéramos para la casa, nos vestimos, todos se despidieron de ella con beso en la boca y palmadas en las nalgas, pedimos un taxi, y en el taxi ella se sentó de lado, me decía que le dolía todo, hablamos de lo sucedido, el taxista solo nos escuchaba y miraba por el espejo mientras ella me decía que se había sentido rico y que los muchachos se habían portado bien, aunque a ratos muy desaforados.
Llegando a la casa me desnude y no podía de la excitación, sentía que el pene me estallaba, ella me comprendió y me dejo penetrarla, me decía que le dolía todo, yo la sentía más abierta que de costumbre, mientras yo le decía que era la más puta, que estaba orgulloso y que quería repetir la experiencia, me vine en cuestión de 5 minutos y quede dormido rápidamente.
Duramos un tiempo sin hablar del tema, hasta que un día me dijo: “Jorge no ha llamado?”