Nací con un particularidad que me destaca desde muy chica, soy culona, la verdad no me molesta pero me acompaña como un sello distintivo en mi familia, casi una cuestión de herencia genética, las mujeres llevábamos el culo en nuestra sangre. Mi abuela era culona, mi mamá es culona, yo soy culona. En realidad no me molesta pero es medio incomodo tener un faro que atrae la mirada de hombres y mujeres. Ya de adolescente llamaba la atención de profesores y de los padres de mis amigas, muchas veces lo tapaba con algún buzo o una remera que me ataba en la cintura.
El tiempo fue pasando y tuve que aceptar mi herencia, convivir con mi culo, hasta aprender a quererlo. Supe hacerlo mi arma de seducción y una herramienta para conseguir cosas. Una de las cosas más importantes en mi vida fue conseguir a mi marido, si lo atrape con el culo, era él más lindo y más deseado por mis amigas. Desde el primer momento lo enloquecí, me besaba el culo y lo chupaba todo el tiempo, mientras erramos novios siempre me pedía el culo y yo nunca se lo daba, creo que mantener el deseo vivo hizo que lo llevará al altar.
Pasó el tiempo y con mi marido la pasamos muy bien, pero obvio en el primer año le tuve que entregar el culo, sino creo que me mataba, tuvimos dos hijos, Gabriela y Martín que son la luz de mis ojos, ahora son dos adolescentes estudiosos, Gabriela es la preferida de mi marido, Martín siempre pelea con él y llega a no hablarse por meses cuando se pelean.
A Martín de 19 años, le falta un año para entrar en la Universidad, y Gabriela, de 18, es la pequeña de la familia. Él no es muy estudioso pero zafa bastante con las notas y aprueba, todo lo contrario con su hermana que siempre rinde todo bien, igual que yo cuando era chica.
No me quiero olvidar de decirles mi nombre es Paula, tengo 36 años y quiero describir un poco mi cuerpo, aunque ya les dije que el culo es la frutilla del postre, mi cuerpo es el postre, tetas proporcionadas con una caída natural, pezones no muy oscuros pero bastante puntiagudos cuando me excito y por suerte tengo una cintura de avispa. Lo mío es todo natural.
Como describir el culo sin una foto, bueno hagan esto, pongan la manos al frente y sepárenlas unos cuarenta centímetro, hagan la prueba lo van a poder sentir, separen los dedos de las manos lo más que puedan y ahora dejando fijos los brazos levanten las manos al cielo, como rezando al Dios culo, ese es mi culo, sé que lo pueden sentir entre sus manos. Imaginen que con el movimiento de sus manos lo pueden abrir y cerrar para ver el pequeño asterisco rosado que protegen los gordos cachetes. Así soy.
Todos en casa me tocan el culo, se van a reír pero es cierto, casi como un Buda de la suerte. Mi marido cuando llega de trabajar me da un beso y me da una palmada en la cola. Mi hijo muchas veces pasa corriendo y entra a la cocina cuando estoy cocinando y ¡plaf! en vez de saludar me pega en culo. Mi hija es más cariñosa y me lo pellizca. Son terribles, pero no me molesta, me río y lo tomo como algo natural.
Pero de repente un día la inocencia cambio. Estaba por empezar a lavar ropa y pasa corriendo Martín por detrás mío hacia la puerta.
-¿A dónde vas?
-Me llamó Javier, tenemos un partido.
-Sí hay ropa sucia tráela
-No sé. Creo que hay algo. Anda a buscarla.
-Pero, lo podrías hacer vos
-No, me tengo que ir
Me terminó de decir eso casi en la puerta, como siempre tuve que ir a su habitación para ver si había dejado ropa sucia. Termino de meter lo que tenía de ropa en el lavarropa y voy a su habitación. Como siempre todo tirado en el piso, calzoncillos, remeras, medias y pantalones. Los recojo del piso y empiezo a poner sobre la cama, mientras estoy en este trabajo veo que el estúpido dejó la computadora prendida. Me acerco para cerrarle la sesión y apagarla.
Cuando veo la pantalla veo que tiene lo que parecía una página porno, me fijo bien y no era eso, era la página de una red social donde sus amigos de colegio habían formado un grupo para compartir fotos, pero no era sólo eso.
Tomo la silla de su escritorio y me siento a investigar que estaba mirando, al fin y al cabo soy su madre y quería ver en que andaban sus amigos, sabía que mira pornografía y nunca me deja ver que hace pero ahora tenía la oportunidad, no me iba a enojar por lo que vería pero era mejor saberlo.
Era un listado de comentarios sexuales entre los compañeros y fotos de mujeres de espalda, específicamente de sus culos, pero no desnudos, eran fotos que parecían caseras, la intriga no me dejaba parar. Comienzo a leer los comentarios y me doy cuenta que había una discusión entre ellos o más bien una competencia, no podía entender sobre qué cosa y seguí leyendo. Había un link que me llevaba a un blog y ahí estaban cargadas un montón de fotos de mujeres o más específicamente de sus culos, estaban clasificados, por los mismos chicos con números que representaban votos. En la segunda página estaba mi foto, estaba de espaldas y con un pantalón jogging que uso en casa, quedo fría, no podía creer que la foto de mi culo estaba en la web y estaba compitiendo sin saberlo con otras mujeres y siendo juzgada por mi hijo y sus amigos. Sigo leyendo y el título del blog era “Culos de mamás ardientes” y la cantidad de votos no sólo se limitaba a los compañeros de mi hijo, no daban los números, eran muchos más.
Vuelvo a leer los comentarios en la red social de mi hijo y me doy cuenta que había una competencia clandestina entre varios institutos y colegios, siempre nombraban a Natalie y había muchas peleas entre ellos.
Decido copiar las páginas en un papel para tener acceso desde mi pc, apago su laptop y trato de borrar las huellas de mi navegación.
En un principio estaba enojada, pero se me pasó rápido, ser el deseo de unos adolescentes me gustaba, la idea de decirle a Martín y reprenderlo no duró ni un minuto en mi cabeza. Pero que haría, mi curiosidad era más fuerte. No sabía qué hacer con esa información que me atormentaba.
Voy a mi habitación y me encierro, sabía que no había nadie en casa pero igual echo llave. Enciendo mi portátil y copio los link, mi curiosidad no me hace perder tiempo.
En seguida me posiciono en mi foto y veo la cantidad de votos que tenía, 2436. Primero siento vergüenza pero se me pasa enseguida cuando veo en qué posición estaba, 14. Yo siempre orgullosa de mi culo, redondo, suave, casi comestible, no podía creer cómo había quedada humillada por otros 13 culos, como si fueran los 13 Ronin que le dieron un golpe letal a mi orgullo.
Esto no podía quedar así algo se me tenía que ocurrir para ocupar un lugar en el podio y que mejor si podía lograr el primer puesto. Pero como lo haría o qué se me ocurriría, era algo que en ese momento todavía no sabía.
Empecé a ver mi competencia, a quienes tendría que vencer y a la tan mencionada Natalie. Había culos de todos los tamaños, pero corrían con una ventaja, muchos se veían casi en su totalidad, en short, con mallas, en calzas, hasta el mencionado culo de Natalie, sólo cubierto por una tirita roja, era algo imbatible, una diminuta tanga era el traje de baño de una mamá, era dorado, como el culo de una chica de Playboy, hermoso, trabajado en el gimnasio.
¿Quién era esa Natalie? ¿La madre de quién era? ¿Cómo podría averiguar sin levantar sospechas de mi hijo?
Pero se me ocurrió algo, cuando llegué mi hijo le preguntaría si conocía si alguna de las madres de sus compañeros estaba yendo al gimnasio porque quería tomar clases, estaba segura que le podría sacar en dónde entrenaba Natalie.
Espero hasta llegará Martín y lo encaro cuando veo que está solo.
-Hola ¿estás cansado?
-Más o menos
-Tengo ganas de tomar unas clases de gimnasia, no conoces alguna madre de tus amigos que vaya al gimnasio.
-Nnnno, a nadie
-¿seguro?
-No, de mis amigos no, pero sé que la madre de un chico del San Agustín practica crossfit
-¿Qué es eso?
-Es como un entrenamiento militar.
-¿Le podes preguntar dónde entrena?
-Pero no la conozco.
-¿Pero cómo sabes que entrena?
-Todos saben, sale en Facebook
-¿es linda?
-Si
-¿más que tu mamá?
-jajaja Si
-Que malo. Soy tu madre, yo tendría que ser la más linda.
-Bueno, tu cola es más linda.
-jajaja pensaba que ibas a decir mis ojos
Fue una pequeña conversación que me sirvió para sacarle unos pocos datos sobre Natalie y como encontrarla, pero lo principal fue saber el interés que podía generar con mi culo.
Entre a la red social y pude averiguar datos sobre esta mamá, tenía una amplia variedad de amistades y era casi una celebridad en el mundo del crossfit, era una competencia muy dura por lo que veía, se me iba a hacer casi imposible poder competir. Decido ubicar el gimnasio para verla de cerca y ver si todo lo que tenía era real.
Pude averiguar hasta los horarios en los que entrenaba, la idea era aparecer por el gimnasio y compartir el entrenamiento con la excusa que estaba eligiendo uno para entrenar. Cuando llego al gimnasio y después de hablar con varias personas que me explicaron el tipo de entrenamiento que hacían me dejan participar en una de las clases, fue algo duro para mí que hacía mucho que no entrenaba pero el objetivo era otro, era ir al vestuario y poder ver a mi competencia.
Voy al vestuario y me saco la ropa para ducharme, veo que Natalie se estaba duchando a unos metros míos, me arrimo para poder verla. En verdad era hermosa, el culo parecía esculpido en mármol, las piernas musculosas brillaban por el agua. Me arrimo y me doy cuenta que soy mucho más alta, gracias a Dios en algo le podía ganar.
Decido entablar una conversación mientras nos duchábamos.
-Hola soy Paula
-Natalie.
-¿Hace mucho entrenas?
-Sí. Hace años. ¿La primera vez que venís?
-Sí, quiero achicar este culo un poco.
Mientras le decía esto me daba vuelta y le mostraba el culo, lo agarraba con las dos manos.
-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo?
-Pero el tuyo es perfecto.
-Jaja, no creas, es por la gimnasia, pero la mitad del tiempo me duele, estiramientos, desgarros, prefiero tenerlo como el tuyo que es hermoso, natural, más tiernito.
Mientras me decía esto me lo tocaba, yo la dejaba, lo estaba admirando la número uno, volví a tener esperanzas de poder sacarle el primer puesto. Pero para eso tendría que trabajar.
Ya había visto a mi competencia, ahora necesitaba un plan para entrar en competencia, subir puestos rápidamente y mi hijo era el único que tenía la llave para ese concurso.
Mi objetivo era que Martín me fotografíe, yo sé que cuando está en casa, tiene todo el tiempo el teléfono móvil en sus manos, así que tendría que mostrarle un poco más de piel para que me pueda fotografiar.
Al otro día mi hijo estaba en el living acostado en el sofá con el móvil en la mano, aprovecho la situación para ser su modelo y poder entrar en competencia. Llevaba puesto solo una remera y ropa interior, la remera es larga y muchas veces estoy así de entrecasa, sabía que si me agachaba un poco le podría dejar el culo expuesto para que lo fotografíe, así que me puse a sacar unas cajas que estaban sobre un mueble delante de mi hijo. Me estiré varias veces esperando a darle tiempo a fotografiarme, el resultado lo podría ver al otro día, un tiempo prudente como para que suba las fotos al blog, si hubiese sacado las fotos.
No se me pasaba más la hora, las expectativas eran muchas, recién cuando estoy sola en casa puedo revisar la página y ver si pudo cargar las fotos. La desilusión fue grande, el pajero no me saco ninguna foto o no las cargo, no sé, pero estaba quedando fuera del juego, por lo menos la posición la mantenía.
Tendría que usar otra estrategia ya que en cuatro días iríamos a la casa de un amigo de mi marido a pasar diez días aprovechando las vacaciones de verano de mis hijos. Se me había ocurrido algo.
Tenía una casa a metros de una playa espectacular, un verdadero paraíso. La playa era mi excusa para planear algo con mi hijo. Primero tenía que sembrar el campo en la cabeza de mi esposo e hija. Yo conozco que les gusta y que no, que quieren hacer y que no, esa era mi ventaja.
Estábamos cenando los cuatro y les pido ayuda sabiendo la respuesta, primero a mi hija y después a mi marido.
-Gaby, mañana quiero ir temprano al shopping para comprar un traje de baño para usar en lo de Rubén (él amigo de Ricardo, mi marido), los que tengo están todos gastados.
-No, Ma, yo no puedo y sabes que me cansa elegirte ropa, nunca te conformas con nada.
-Pero no puedo ir sola, tengo que probar varios y no puedo entrar y salir a cada rato del vestidor para ir a buscar otro modelo. Si no me acompañas vos (lo dije mirando a Ricardo)
-¿No por qué yo? Sabes que no puedo mañana, tengo que ir al trabajo a la mañana.
-Pero si nadie me quiere acompañar, no voy de tu amigo.
-Pero no seas pesada, porque no te acompaña Martín, si está sin hacer nada.
-No, yo que voy a hacer, son cosas de mujeres.
-Dale, tarado, no te vas a transformar en maricón si acompañas a tu mamá. Aprovecha y pedí que te compre algo.
-¿Me acompañarías?
-Si me compras algo, sí.
-Ves que tu hijo es más fácil que la tabla del 1. Con un regalo enseguida cambia de opinión.
Por fin, todos contentos, logré mi objetivo sin mayor esfuerzo. Ahora tenía que pensar en cómo podría manipular a mi hijo.
A primera hora despierto a mi hijo para llevarlo de compras, quería que haya poca gente en los locales de ropa, para poder elegir sin que nadie nos moleste.
Ya en el shopping fui derecho a un local que vende ropa interior y deportiva, era un local muy grande y a esa hora de la mañana estaba prácticamente vacío. Uno puede elegir las prendas que quiera e ir probarlas en vestidores alineados a lo largo de una pared de 10 metros, como única puerta tienen cortinas de tela gruesa que no tocan el piso y dejan ver los pies del que se está probando la ropa.
-Voy a elegir varios y me los pruebo
-¿Necesitan algo? (Nos pregunta una vendedora)
-No, gracias. Puedo tomar varias prendas.
-Sí, no hay problema, pero no las puede llevar todas juntas al vestidor, es una regla de la empresa. ¿Quiere que se las alcance?
-No, es muy amable, mi hijo me las alcanza, no se moleste.
-No es ninguna molestia, pero como usted quiera, cualquier duda estoy en el mostrador.
Ya estaba, yo tenía en mis manos como diez modelos diferentes de trajes de baño y la vendedora nos había dejado solos, la monótona música ambiente de fondo me hacía recordar a las películas porno de los noventa.
-Martín me voy a probar todos estos. Me los vas alcanzando de a uno.
-Sí, no hay problema
Martin se sienta un banco largo que estaba enfrente de los vestidores, yo mientras entro a uno y llevo una malla enteriza, tuve la precaución de llevar todos modelos de talles más chicos que el mío, todo tenía un propósito.
-shsh, shshh, Martín ¿Podes venir? (le digo mientras saco la cabeza por un costado de la cortina)
-Sí, ahora voy.
Se arrima, yo ya me había calzado la malla enteriza roja, el talle chico era el responsable de hacer sobresalir mis tetas por los costados y de meter bien adentro del culo la tela, parecía que se la estaba comiendo.
-Mira ¿Te gusta? (lo dejaba asomarse por un hueco que dejaba la cortina).
-Mmm, a ver date vuelta.
-Dale ¿Cómo me queda?
-No me gusta el color y como te queda
-Bueno, espera que me pongo una de dos piezas
Corro la cortina y no cierra del todo queda abierta unos tres centímetros, me doy cuenta que Martín se queda cerca. Mientras estoy desnuda tomo un traje de dos piezas una bikini no muy chica pero lo suficiente para mostrar mejor mi culo.
Me pongo la tanga y de repente asoma la cabeza mi hijo por la cortina.
-Para, para, que todavía no estoy lista.
Su mirada se clava en mis tetas y las sigue mirando, yo con naturalidad termino de ponerme la parte de arriba.
-Bueno ahora ¿Cómo me queda?
-Un poco mejor, pero es muy grande, a ver date vuelta.
Me giro lentamente en el vestidor y veo su reacción por el espejo, clava su mirada en el culo.
-¿Y?
-Te queda mejor, pero proba otro.
-jajaja, no me estoy cansado, no te gusta nada. Porque mejor no elegís el modelo que te gusta y lo llevamos a casa y me lo pruebo allá, dale igual estos los llevo igual.
-Bueno, ahora elijo y lo voy pagar, es un regalo, pero lo ves en casa.
-jajajaja tengo que venir siempre con vos a comprar, papá nunca me compra nada.
No podía ocultar mi alegría y por su cara también la de él. Yo fui a la caja a pagar lo que había elegido y probado, después fuimos al auto. En el auto me sentía una adolescente, nos reíamos de cualquier pavada, estábamos ansiosos por llegar a casa.
Apenas llegamos a casa le pido que me muestre lo que me había comprado.
-Dale, a ver que me compraste.
-¿Te la vas a poner?
-No, después, ¿por qué tanto apuro?
-Bueno entonces te la doy después.
-jajajaja que vivo, bueno entonces vamos a mi habitación, ya que estás tan apurado.
Yo no aguantaba ver lo que había elegido y él tampoco, lo nuestro era descarado, pero era un juego en el que tratamos de demostrar otra cosa, indiferencia frente a la situación. Tira sobre la cama una pequeña bolsa de papel, dentro había una pequeña caja de cartón dorada que contenía el traje de baño.
Saco del sobre la caja y la abro, descubro con agrado un pequeño bikini dorado como la caja, era hermoso y muy chico.
-Es muy lindo, pero vos pensas que esto me entra.
-Claro que te tiene que entrar.
-jajaja, pero es muy chico, mira atrás, tiene una tirita, estás loco
-te lo tenes que poner, es un regalo.
-jajaja, pero con una condición, no te tienes que reír
-trato hecho.
-bueno, me lo pongo y te llamo para que veas como me queda.
Se retira de la habitación, yo no podía creer que estaba por hacer, pero estaba decidida y muy excitada como para dar marcha atrás. Me saco la ropa y quedo desnuda, me toco la vulva y la tenía toda mojada, tomo la remera de algodón que me había sacado y me la seco, no quería manchar el bikini.
Primero me pongo la parte de arriba, un diminuto pedazo de tela que apenas cubría mis pezones, las tetas se derramaban por los costados como queriendo escapar. Luego tomo la tanga y veo que delante tenía un pequeño triangulo que continuaba en una delgada tira dorada. Me la pongo y era descarada la forma en que se metía en mi cola, desaparecía entre mis rellenos cachetes. Me miro en el espejo por última vez y tomo coraje para llamarlo.
-¡Martín! Podes pasar.
Al segundo mi hijo abre la puerta y entra a la habitación, sus ojos me recorren de los pies a la cabeza, escaneando cada milímetro de piel.
-¿Y? ¿Cómo me queda?
-Estás hermosa. A ver date vuelta.
-jajajaja
Giro lentamente y quedo de espaldas, le mostraba el culo, podía sentir clavada su mirada.
-jajaja vos pensas que tu papá me va a dejar usar esto. Ni loco
-¿qué tiene de malo?
-parece que estoy en bolas.
-Pero ese culo es para mostrar.
-Martín, soy tu madre.
-¿Qué tiene de malo? Lástima la etiqueta, sino estarías para un afiche
-¿Qué etiqueta?
-La del culo.
Me doy giro y me miro en el espejo, tenía razón, entre mis nalgas salía una pequeña etiqueta de tela rectangular con la marca y el talle.
-jajaja, bueno quiero estar en un afiche, dale arrancala
Me subo sin pensar a la cama y me pongo en posición de perrito, en cuatro patas y le ofrezco el culo para que me arranque la etiqueta. Enseguida se arrima y se sienta en la cama, toma la tira que pasa entre mi culo y tira, como suponía no lo puede arrancar fácil, la tira se separa del culo y me doy cuenta que le estoy mostrando el ano. No le puedo ver la cara pero me la imagino. Decido romper el hielo y tomarlo con humor, para que él lo tome con naturalidad.
Entonces cierro el culo de golpe y le atrapo la mano con mis nalgas.
-Te atrapé, jajajaja.
Pero él me sorprende a mí gratamente. Mientras tengo apretada su mano el apunta un dedo y me lo mete entero en el ano. Yo por la sorpresa y por un acto reflejo retiro el culo de golpe, y sale el dedo de la misma forma.
-jajaja, que asqueroso, ahora te vas a tener que lavar el dedo. Jajajaja
Atine a decirle eso y reírme, no quería avergonzarlo y menos reprimirlo y asustarlo. Nuevamente su reacción me sorprende.
-¿Por qué asco?
Me dice eso mientras se chupa el dedo como una dulce paleta.
-jajaja, estás loco.
-¿Te lo puedo chupar?
-¿Qué cosa?
-el culo.
-Pero Martín, soy tu mamá.
-Dale.
No dijo más nada, acerca su cabeza y la hunde entre mis nalgas, podía sentir la lengua acariciando mi esfínter y empujando sobre el agujero como queriendo entrar. Baje la cabeza y la apoyo sobre la almohada mientras llevo la mano derecha a la vagina, él me chupa, me toco el clítoris con frenesí hasta dejarlo duro como mis pezones. Estaba por acabar, él seguía chupando, entre suspiros y jadeos le puedo decir.
-metela en el culo.
Sacó la cabeza del culo casi al instante y después de un segundo siento la cabeza de su pene empujando en el ano. Hace un poco de fuerza pero entra de un golpe, puedo sentir su calor en mis entrañas, empieza a bombear con fuerza y rapidez. No tarda mucho en acabar, me llena con un largo chorro de leche, siento como un enema que me llena. Saca el pene y quedamos acostados uno al lado del otro sobre la cama, mirando el techo y en silencio. Al bajar la calentura no podía creer lo que habíamos hecho. Gira su cabeza y en voz baja me dice.
-tenes el culo más lindo del mundo.
-Esto tiene que quedar entre nosotros. No se puede enterar tu padre.
No me dijo más nada, ya tenía la pija dura como una piedra, me pone en cuatro sobre la cama y me la mete en el culo nuevamente, está vez no acaba rápido, entra y sale con mucha fuerza, me quería romper el culo, a mí me encantaba. No sé cuánto tiempo pasó de bombeo pero nos tuvimos que detener de golpe cuando escuchamos un ruido en la puerta de entrada a la casa, había regresado mi marido y mi hija. Me acuerdo el ruido que hizo cuando sacó de golpe la pija del culo, sonó como un sonoro pedo. Martín sale corriendo a su habitación, yo me pongo la ropa lo más rápido posible para ir a la cocina y demostrar normalidad.
No podía creer lo que acababa de hacer con mi hijo, me puse a hablar con mi marido como si nada hubiese pasado, pero mi cabeza estaba en otro lado.
-Y ¿compraron algo?
-Sí, no había mucha variedad pero pude comprar
-¿Se aburrió Martín?
-Se fue a dar una vuelta mientras compraba.
Mientras hablábamos sentía la humedad que tenía en el culo, tenía ganas de llevarme el dedo al ano y chupar los restos de leche.
El resto del día pasó como cualquier con la diferencia que cada vez que me quedaba sola con Martín me metía la mano dentro de mi calza y me metía en dedo en el culo, yo lo dejaba aunque le decía que tenga cuidado para que no se den cuenta de lo que estábamos haciendo.
Al otro día mi marido fue al trabajo y mi hija se fue con unas amigas, en casa quedo sola con mi hijo. Nos miramos y salimos corriendo a mi habitación, todavía podía sentir el calor de mi marido en la cama, me pongo en cuatro y le ofrezco el culo, me lo chupa y me ensarta, era una máquina, metía y sacaba la cabeza del pene con fuerza, me dejaba el culo dilatado y aprovechaba para meter la lengua. Acaba y quedamos tendidos y cansados, de repente rompe el silencio con una confesión.
-Ma
-Sí
-Quiero que ganes un concurso
-¿un concurso?
-Sí, el del mejor culo del colegio.
-¿estás loco?
El destino hizo que se cumpliera mi deseo sin pedírselo, me cuenta lo del concurso sin que sospeche que yo sabía, su deseo era el mismo que el mío, que mi culo gane el concurso. Primero me niego, para disimular, pero después de hablar llegamos a un acuerdo para que pueda ganar con mi culo.
-Ya sé lo que podemos hacer, me vas a sacar una foto robada en el baño, agachada de espaldas, como recogiendo algo en la ducha y con el ano bien dilatado, eso va a llamar la atención. Dale vamos y preparamos la foto así la podes subir hoy.
Eso hicimos, en el baño preparo todo y especialmente mi culo, me paso una crema en el cuerpo para que tenga un tenue brillo. Luego me mete la pija varias veces y la saca para tomar varias fotos desde la puerta entreabierta como que la foto hubiera sido tomada por asalto.
Después de la sesión de fotos fuimos a la habitación para seleccionar la que entraría al concurso, luego cogimos varias veces más.
Todo estaba hecho, ahora era tiempo de esperar.
El día terminó como cualquier otro, hasta cogí con mi marido a la noche.
Al otro día cuando despierto me encuentro con mi hijo en la cocina y me susurra al oído que era la numero uno. Por fin mi sueño se había cumplido, mi culo era el primero y era el sueño y las pajas de cientos de chicos y amigos de mi hijo. No veía la hora de ver cara a cara a la espectacular Natalie y aunque ella no lo sepa sentirme superior.
Ya era el culo más deseado de la escuela o de varias escuelas. Ya en la casa del amigo de mi marido podía ver como aumentaba las visitas y votos en la página y ver cómo me alejaba de Natalie.
Todo era un sueño, cuando podíamos quedar solos con mi hijo le regalaba el culo, era suyo.
Todo transcurrió con normalidad, me sentía observada y desnudada por la mirada de los amigos de mi hijo, eso me encantaba, hasta que un día cuando estaba sola con mi hija, viene como a contarme un secreto, había descubierto mi culo en la red y me cuenta lo que yo sabía.
Mi hija me lo contó indignada y enojada con su hermano, quería contarle todo a su padre, de lo que había hecho conmigo, de cómo me había humillado, pero yo la fui tranquilizando para transformar ese enojo en otra cosa. Primero le dije que era algo normal lo que había hecho Martín, por su edad y de poco la fui entusiasmando a que forme parte del concurso.
Cómo lo hice, cómo la hice cómplice y cómo le rompimos el culo con mi hijo será tema de otro relato.
Cuando sube el relato de cómo le rompieron el culito a tu hija