De la fantasía a la realidad, relato de un cornudo

El relato que en este momento les cuento es una historia real, por lo cual comienzo, por describir un poco, mi referencia física y la de mi esposa,sin entrar en muchos detalles, ella en la actualidad de 38 años, de 1.65 Mts. de estatura, pelo castaño obscuro, abajo del hombro, piel tersa y clara, ojos color miel, labios pequeños, cuerpo esbelto bien formado, senos copa 36 C, una cintura estrecha, rematada en unas caderas amplias y unas nalgas paraditas y deliciosas, yo 40 años, de 1.80 Mts. de estatura, piel morena clara, esbelto y atlético ya que me mantengo en forma en ejercicio.


Nos conocimos hace 8 años y mantuvimos una relación de noviazgo de 2 años por lo que llevamos de casados 6 años, ya que es mi segundo matrimonio y ella no se caso antes por estar muy entregada a su trabajo, desde que nos conocimos mantuvimos una relación sexual activa debido nuestro estado ya adulto, consientes de nuestros actos, en realidad que eran encuentros apasionados, sin inhibiciones, gustábamos de fantasear, relatar nuestros encuentros sexuales pasados, eso nos prendía al máximo, por mi trabajo, tengo que salir fuera por periodos de hasta un mes, los cuales manejamos con video llamadas, las cuales en la mayor parte del tiempo se tornan candentes, nos compartimos fotos y videos atrevidos.

Hace más o menos un año, comencé a fantasear sobre que ella lo hacía con alguien más mientas yo no estaba en casa, al principio no me atrevía a comentárselo hasta una ocasión, sin anticipar nada le pregunte, si en algún momento de nuestra relación ella había fantaseado con hacerlo con alguien mas mientras yo no estaba en casa, después de pensarlo un momento, me confesó que sí, pero que solo era fantasía, a partir de ese comentario que me provocó un morbo excitante, cada que tenía la oportunidad se lo mencionaba, ella primero se cabreaba pero al ver mi reacción y excitación, terminaba por seguirme el juego e inventaba algunas situaciones que le venían a la mente, todo esto sin mucho detalle, pero a mí me prendían demasiado.

En un momento en el cual estábamos al borde del éxtasis, le solté la idea de que me gustaría que probara otra verga, no sé si por la excitación o por que en verdad lo deseaba me dijo que si lo haría, que le encantaría probar algo diferente, aunque ya después más relajada me confesó que le daba miedo hacerlo, pues sentía que yo lo decía por que deseaba un motivo para que yo estuviera con alguien más, por lo que yo le aclare que no era ese el caso, que en verdad me causaba morbo saber que ella disfrutaba con alguien más, que yo no tenía intención de cambiarla por nadie, le conté mi fantasía y le exprese que ella pusiera las condiciones que más le convinieran si es que aceptaba, por lo que ella dijo que lo pensaría.

Una noche en la cual yo me encontraba en el trabajo, pues tenía que quedarme hasta tarde, ella me habla por teléfono para preguntarme la hora en la que estaba considerando llegar, le comente que se había complicado el trabajo y que tardaría en llegar, que consideraba llegar pasada las 3 de la madrugada, ella un poco enfadada me dijo que no era justo, que tenía toda la tarde esperándome, que yo había prometido llegar temprano y había planeado una noche de pasión, que se encontraba sumamente excitada, ya que había estado viendo algunos videos de sexo para preparar algo distinto, yo en forma de broma le dije.
– No te preocupes, si gustas ahorita te mando a alguien para que te atienda en lo que yo llego.

– No sería mala idea, ya que tú no tienes tiempo.
– ¿En verdad, si te gustaría?
– Pues ya que tú no puedes, me conformo con lo que sea.
– ¿Dime si es verdad? Mira que aquí en la empresa hay un joven que se presume que es un semental que no perdona nada.
– Pues que esperas para mandarlo, madamas después no te vayas a arrepentir. – recuerda que si lo hago, tú no puedes, hacerlo con alguien más, esta es tu fantasía.
– Está bien amor, prepárate que en un momento más te lo mando. – El, no sabe nada, así que te recomiendo que lo esperes de forma sugestiva, si es como lo describen, el se encargara de lo demás.

De manera inmediata, mande llamar a Esteban, un joven de 24 años, blanco, pelo castaño claro, alto, atlético, atractivo y le encargue que fuera a mi casa por una documentación que había dejado y la requería para poder concluir con el trabajo que realizábamos, pídele a mi esposa que te dé, el portafolio café que deje en el escritorio, no es urgente pero si es indispensable para terminar, le doy la dirección, la cual no estaba a mas de 10 mis. de la oficina, así que él salió, directo a mi casa, sin saber lo que le esperaba, 40 mis. después me llamo por teléfono para informarme que, ya estaba en mi casa pero que tardaría un poco mas ya que no

encontraban el portafolio, yo por dentro solo me reía pues en verdad que me imaginaba lo bien que estaba buscando, eso me tenia súper excitado, tanto que me costaba mucho trabajo poder concentrarme en lo que hacía, otros 40 mis. mas me llama nuevamente, para informarme que por más que buscaron no lo encontraban, justo en ese momento le dije que me disculpara, que no recordaba que si tenía el portafolio en mi poder, que ya casi terminábamos el trabajo, que regresara.

Cuando llego, se notaba contrariado, ruborizado, apenado, se quería disculpar por la tardanza, por lo que lo alenté a tranquilizarse, expresándole que la culpa era mía, ya que no me había percatado que si traía con migo la documentación.
– Espero por lo menos, te haya ofrecido algo mi esposa por el favor.
– Si, en verdad que fue muy amable su esposa, se porto muy bien.
Por fin terminamos el trabajo y salimos cada quien a su casa, al llegar a la mía, la encontré en penumbras, todas la luces apagadas, en la sala había dos copas con restos de vino, un Baby Doll negro en el piso así como un conjunto de lencería del mismo color, mi imaginación comenzó a bolar, al ver los rastros de lo que había pasado, me dirigí a la recamara, mi esposa se encontraba tendida en la cama, totalmente desnuda, con las piernas abiertas, dormitaba exhausta, en el ambiente predominaba el olor a sexo, yo estaba que no lo podía evitar más, mi erección era enorme, me desnude de forma arrebatada, por el ruido que cause, mi esposa despertó, me miro y me dijo.

– Fue maravilloso, nunca pensé disfrutar tanto el sexo como hoy. – Quede súper rosada por la verga enorme que tiene, así que solo tendrás que conformarte con escuchar lo que paso y si me obedeces te hare algo de lo que te tenía planeado para hoy.
– Si amor, como tu digas, me cumpliste y ahora me toca cumplir a mi lo prometido.
– Veo que ya estás listo, así que recuéstate, cierra los ojos y trata de imaginar lo que te cuento, mientras yo te ayudo estimulándote.
Se levanto y fue directa a la mesa de noche, saco algunas cosas de dentro y regreso a mi lado, comenzó a frotar mi cuerpo con aceite aromático, comenzando por mi pecho, abdomen hasta legar a mi miembro y testículos, era maravilloso sentir esas manos en mi, recorriendo cada centímetro, me giro para continuar con el aceite desde mi espalda, costados hasta llegar a mis nalgas, levantándome un poco la pelvis para colocar un par de almohadas, haciendo que levantara el culo, me abrió las nalgas e introdujo un dedo aceitado en mi ojete y comenzó a masajearlo, después fueron dos dedos dilatándolo, para después meterme un dispositivo vibrador, el cual puso en función.

– Ahora sí, prepárate a escuchar lo que paso, por no estar en casa cuando debes, escucha lo cornudo que eres y como lo lograste.
– Si amor, cuéntame por favor, ya estoy que reviento y no sé cuanto más pueda aguantar y más aun con la sensación de la vibración en mi culo.
– Pues solo te digo que si terminas antes de que yo te lo diga, tendrás que aguantar algo mas, así que tu lo decides, hoy aparte de cornudo vas a sentir parte de lo que yo disfrute.
– Si amor, lo que tu digas.
Ella comenzó su relato, mientras yo sentía la vibración en mi interior y unas ganas inmensas de eyacular, con mis ojos cerrados trataba de controlarme.
Al poco rato de la llamada, vi que se estaciono un auto fuera de la casa, poco después escuche el timbre de la puerta, mi corazón comenzó a palpitar a mil, así que tome aire, me relaje un poco y me dirigí a abrir la puerta, solo traía puesto el conjunto de lencería que había comprado para sorprenderte y el Baby Doll que me imagino viste en la sala, al abrir la puerta quise hacerme la sorprendida y dije. – Amor, acaso dejaste tu llave o porque tocas, te estaba esperando. – Al ver a Esteban parado en la puerta me quede fingiendo asombro, abriendo los ojos como platos, sin saber qué hacer, pero no oculte mi cuerpo, solo me percate como me recorría con su vista de arriba abajo.

– Buenas noches, señora, me llamo Esteban, soy empleado de la oficina donde trabaja su esposo, perdón por la interrupción, su esposo me envió para recoger un portafolio que, se le quedo aquí en su casa y lo requiere, si gusta regreso en un momento por él, no quiero incomodarla.
Cuando logre articular palabra, le dije que no había necesidad, ya estaba ahí y ya me había visto, que no tenia problema en ello, que pasara, pues no era correcto dejarlo parado en la puerta.
– Espero no te moleste verme así, esperaba a mi esposo, teníamos planes para hoy como te abras dado cuenta, aunque creo que tardara en llegar, siempre es lo mismo, con sus salidas periódicas y trabajo, ya nada es igual, creo que solo son escusas.
– Pues en esta ocasión, creo que es verdad, tenemos ya rato trabajando y aun no hemos terminado, quizá no tarde mucho y puedan celebrar como se debe.

– Bueno, eso depende, si es que no se escusa con haber llegado cansado, ya se le está haciendo habito.
No dejaba de mirarme, ya con más confianza incluso se movía de un lado para otro, apreciando mi cuerpo, por lo que le dije que me acompañara al estudio para ver si el reconocía el portafolio o los papeles que buscaba, al llegar al escritorio intencionalmente me agache, dándole la espalda y mostrándole las nalgas pues el Baby Doll se me levanto y solo traía una diminuta tanguita, de reojo logre ver que se empezaba a sobar la verga sobre el pantalón, le pedí que me ayudara pues no lograba encontrar nada, se acercó a donde estaba y de forma muy discreta, me dio un roce en las nalgas, lo cual me puso ya a mil, tenía que dejar de fingir y tirarme a todo, ya estaba hay así que no lo desaprovecharía, di un paso atrás y restregué mis nalgas en el bulto que ya tenía, fue sumamente placentero, el se quedo inmóvil, me levante y gire, quedando frente a él muy cerca, lo mire a los ojos y solo pude decir.

– Si te gusta lo que ves y lo que sientes, que estas esperando, muero de ganas y quiero que tú me las quites, el pendejo de mi marido se la pierde.
– ¿Está segura? Yo con gusto le hago el favor, me tiene impresionado.
– Solo te pido un favor, háblame de tu, ahorita quiero ser tu perra, tu puta o lo que quieras.
– Está bien putita, te daré lo que quieres.
Me comenzó a besar de forma apasionada, sus manos recorrían todo mi cuerpo, me tomo por las nalgas y me levantó, lo abrace con las piernas y me llevo a la sala donde me comenzó a desnudar sin dejar de besarme, una vez que me dejo sin nada, me tumbo sobre el sillón, me abrió las piernas y pego su cara en mi ya mojada panocha, era impresionante lo bien que lo hacía, me chupaba, lamia y succionaba mi clítoris y labios vaginales, cerré los ojos y me deje llevar por la sensación, es quizá la mejor mamada que me han dado en la vida.
No logre soportan mas, lo que me contaba, la vibración en el culo y todo lo que mi mente manejaba fue demasiado, así que eyacule sin control, apretando el culo a cada descarga, sintiendo aun más la pulsación del aparato que tenia insertado, no lo pude controlar y gemí de placer, mi esposa hiso una pausa, me dio un golpe fuerte con la palma extendida en las nalgas y me comenzó a insultar.

– Perro cornudo, te dije que tenías que aguantar, apenas vamos comenzando y tú ya te corriste.
– Amor, perdóname, no lo pude soportar más, pero no pares, sigue contando por favor.
– Está bien, el castigo por hacer eso, vendrá más tarde, bueno, te seguiré contando.
Subió la intensidad del vibrador y continuo. La sensación de la vibración era más intensa.
Unos minutos más de aquella rica mamada y fue donde tuve mi primer corrida, me estremecía a lo loco, me temblaban las piernas mientras lo aprisionaba mas a mi panocha palpitante, el no paraba de succionar, hasta que me desplome, fue en ese momento que se levanto, comenzó a quitarse la ropa frente a mí, yo lo admiraba, pero justo cuando se bajo el Boxer fue cuando quede impresionada, una verga, larga y gruesa, totalmente erecta, era un verdadero monstruo, mas de 20 cm. sin pensarlo dos veces me abalance sobre de ella, la tome entre mis manos, las piernas a un me temblaban pero no me importo, me arrodille y la introduje en mi boca, era enorme, no lograba meterme ni la mitad cuando ya sentía arcadas, así que lo gire y se sentó en el sillón, justo donde yo estuve un momento antes, separo las piernas y con la lengua recorrí cada

centímetro de carne que tenia a mi disposición, le acariciaba lo guevos, la masajeaba con mi mano, me la metía lo mas que podía en a boca para salivar y poder lubricar, no me quería despegar de ella, así estuve por barios minutos, mi mandíbula comenzaba a entumecerse pero yo no quería parar, me separe un poco para tomar aire, el mirándome a los ojos me aparto, se levanto, me tomo de la mano y me ayudo a levantarme también, me jalo a un costado del sillón y con una mano en mi vientre y la otra en mi espalda me doblo recargándome en el descansabrazo del sillón, me separo las piernas, acomodo la cabeza de su verga en mi panocha y sin más me ensarto toda su verga de un solo tirón, era demasiado grande, quise incorporarme pero el no me lo permitió, me forzó a seguir en esa posición, me la dejo adentro unos instantes en lo que me acostumbraba a ella, para después comenzar un bombeo pausado el cual iba acelerando poco a poco, era tan placentero que fue donde me arranco mi segundo orgasmo, al igual que el primero las piernas me

flaqueaban, pero en la postura que estaba y recargada como me tenia no había manera de zafarme, el no paraba, no podía contenerme, gritaba de placer, era tanta la humedad que había que se escuchaba tan fuerte el chapoteo de mis jugos y el golpeteo de su pelvis en mis nalgas, el seguía dándome con todo, yo no veía para cuando terminara, hasta que de pronto comenzó a sacudirse un poco, inundándome mi coño con una abundante venida. Sentía como me escurría su esperma por las piernas pues aun así seguía el mete y saca, hasta que por fin paro, se dejo caer sobre de mi un momento, se incorporo, se sentó en el sillón y me pregunto.
– ¿Te gusto lo que hicimos mi putita?
– Fue maravilloso, nunca me habían dado tanto placer, el cornudo de mi esposo aparte de tener una verga pequeña, se corre muy rápido, la mayor parte de las veces tengo que fingir el orgasmo, ponerlo a que me mame para terminar.

– Qué bien que te está gustando ya que aun no termino con tigo, solo deja le llamo a tu cornudo para avisarle que tardare mas en llegar.
Fue en el momento que te llamo, mientras yo fui por unas copas y una botella de vino, las serví y brindamos por los cuernos que te estábamos poniendo, después de la llamada comenzamos a platicar, fue donde me sincere con él y le conté parte de lo que en realidad paso.
– Desde hace tiempo mi esposo estaba con la fantasía de que otro hombre me cogiera, no lo habíamos llevado a la práctica, hoy le llame pues en verdad le tenía preparada una sorpresa, fue cuando me dijo que tenía trabajo y que saldría tarde, me moleste con él y en forma de broma el me dijo que mandaría a alguien a hacer lo que él no podía en el momento, le dije que sí, que lo hiciera, es por eso que te envió a ti, según él dice que tienes fama de picaflor, todo un semental y ya lo comprobé.
– Son solo rumores, solo me defiendo un poco al coger, en verdad que suerte tuve de ser yo el elegido, en verdad estas riquísima, ahora que ya me probaste, espero se repita más seguido, bueno como te dije aun no termino, solo estoy tomando un aire.

– Qué bien, pues aun no se me pasa el coraje con el cornudo, tengo que desquitarme de lo que me hizo, mira que dejarme sola cuando estaba tan caliente, aunque también debo de reconocer que valió la pena, pues te mando a ti.
Tomamos la copa, se levanto, me tomo en brazos y me llevo cargando a la habitación, me recostó aquí en tu cama y comenzó nuevamente a besarme. Ahora un poco mas amoroso y delicado, conforme nuestros cuerpos rosaban al contacto, sentí como su enorme verga se empezaba a poner dura, la tome en mis mano y me fui directamente a mamársela, quería que creciera en mi boca, el se dejo llevar, después me jalo, me puso boca abajo y me coloco un par de almohadas en el vientre, para que levantara el culo, me abrió las piernas y las nalgas y pego su boca en mi ano, metía poco a poco su lengua en mi apretado hoyo, le dije que en la mesa

de noche había lubricante, lo saco tomo un poco y me comenzó a dilatar mi ano, metió un dedo, después dos, me dolía un poco, pero él con mucha calma y paciencia seguía sin forzar la penetración, una vez bien dilatado ni agujero, se levanto, se lubrico su verga, la acomodo en la entrada de mi culo y presiono despacio, era enorme, aunque dilatado mi ano, no lograba entrar, el sin prisa metía y sacaba la puntita, presionando cada vez un poco más, sin dejar de acariciarme y decirme que me relajara y controlara mi respiración, siguió intentando y de repente sentí como entro la cabeza de esa preciosa verga, por fin lo había logrado, la mantuvo inmóvil por un momento, mi ano se acostumbro al diámetro de ella, una vez hecho, empujo suave, sin prisa, centímetro a centímetro, la sensación era maravillosa, sentí su pelvis chocando con mis nalgas, fue cuando entendí que ya la tenía toda adentro, una vez más se detuvo unos instantes, para después retroceder hasta antes de que saliera la cabeza, metiéndola una vez más, cada vez con un poco mas de presión, me comencé a masajear el clítoris al rimo de sus embestidas, en poco momento ya estaba una vez más en un tremendo orgasmo y el siguió bombeando hasta que termino inundándome también mi culo de su semen, ya que disminuyo la erección la saco con mucho cuidado y me dejo tendida en la cama, se fue al lavabo, se limpio, se vistió y se fue, ya tenía que regresar.

– Ahora sí, viene tu castigo por córrete sin mi permiso, tu también tienes que sentir el rigor de una verga en el culo.
Me abrió las nalgas, me saco el vibrador del ano, me lubrico un poco y me clavo un pene de plástico, me dijo, no es tan grande, como la verga de Esteban pero de algo servirá, mi ano ya estaba dilatado así que no le fue difícil metérmelo, me bombeo durísimo hasta hacerme venir una vez más, me lo dejo adentro, me giro y una vez boca arriba, se monto en mi cara para que le diera lengua y probara los restos que aun quedaban del semen de Esteban, era delicioso, terminada la limpieza de vagina y ano, me saco el pene plástico, me lo dio a chupar, se dio vuelta y se durmió. Yo hice lo mismo.

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