Sucedió hace unos días. El calor era extremo y tan solo el agua de la piscina y una cerveza fría conseguían aliviar la tremenda temperatura que nos azotaba. Mi novia estaba trabajando y yo, que ahora estoy en paro, me quedé en casa como de costumbre, aunque esta vez en compañía de su hermana pequeña, que justo acababa de cumplir 18 y está en su pleno esplendor corpóreo. Debido al calor decidimos ir a la piscina así que, como de costumbre, fui a la nevera a por unas cervezas frías antes de meterme en el agua. Para cuando volví a la piscina, mi cuñada ya estaba allí. Se había puesto un bañador muy ajustado, que realzaba enormemente su prieto culo y sus pequeños pechos, que en contacto con el agua habían decidido manifestarse con un endurecimiento de los pezones.