Aún no he conocido a los padres de mi ya novia, a pesar de que vive con ellos y he visitado su casa varias veces. Me da miedo imaginar cómo reaccionarían al saber de mi existencia, pues soy atractivo, pero no de la manera convencional. Soy muy moreno, de 1.80, musculoso y atlético, con rostro guapo pero con facciones masculinas, si no cuidó mi forma de vestir cualquiera cambiaría de acera si me viera de noche… o de día. Además, como mencioné anteriormente vivimos en una ciudad muy polarizada, mis orígenes humildes son más que evidentes incluso por mi forma de hablar.
Ella es todo lo contrario; ponle sombrero y traje, cualquiera la confunde con un nomo de jardín. Cara y ojos redondos que inspiran confianza, cabello largo y ondulado. Pero sobre todo, unas tetas de infarto.