Nunca me imagine coger con mi compadre, todo empezó en una reunión en su casa, después de algunas horas en que había tomado a la par de mi marido, al verme un poco tomada mi compadre, se me acerco y me invito a bailar.
Este cabron aprovechaba cualquier momento para alagarme y untarme su bulto, que aún no se sentía duro, así estuvimos un buen rato, poco después de que todos se retiraron, nos quedamos los cuatro solos como lo habíamos hecho en otras ocasiones.
Empezamos a bailar, poco después mi compadre le dijo a mi esposo déjame bailar con tu esposa, este cabron insistía en untarme su bulto el que empecé a sentir como se le iba parando, aunque lo hacía discretamente, me estaba excitando.
Después de bailar un rato, mi compadre nos sirvió unas copas, y casi de inmediato me pidió que lo acompañara a la cocina usando como pretexto que lo ayudara con el hielo.
En cuanto entramos, me tomo de un brazo, me izo girar y me empezó a besar muy, muy caliente, no se como se lo consentí, creo que me puso tan caliente mientras bailábamos que no opuse ninguna resistencia.
Le dije que mi esposo y su mujer estaban en la sala y que se darían cuenta, me respondió que lo haríamos rápido y que no se darían cuenta.
Sin dejar de besarnos apasionadamente, baje mi mano para darle unos apretones a su verga sobre el pantalón que se puso aun mas dura, mientras el me tocaba los senos con mucha fuerza pero sin lastimarme.
Me hacia gozar y me excitaba tanto, que termine por entregarme a mi compadre que además es el mejor amigo de mi esposo.
Con mis dos manos baje su cremallera y le saque la verga, no era tan grande como la había imaginado, pero esta seria la segunda verga que penetrara mis entrañas.
Me agache, me la puse en la boca y mientras le daba las primeras chupadas a su verga que estaba tan parada, que sentía en mis labios como palpitaban las venas de su verga en mi boca, eso me hizo hervir.
Se la empecé a mamar más y mas duro, estaba tan caliente que me atreví a darle pequeños mordiscos a su glande y abrir su pequeña rayita para intentar meter mi lengua por ahí.
Sabia tan rico y estaba tan dura, que no me importo que se quejara un poco, sabia que estaba gozando tanto como yo.
Pocos minutos después, me levante, nos miramos a los ojos y de inmediato nos fundimos en un beso escalofriantemente caliente, nuestras lenguas no podían intercambiar mas saliva mientras se entrecruzaban.
Sentí como levanto mi falda y empezó a acariciar mis nalgas por debajo de mi pequeña tanga, tratando de tocar mi ano con sus dedos, yo esperaba que lo hiciera, eso me fascina, aunque reconozco que no estoy preparada para que una verga me penetre por el ano.
Me calentaba muchísimo al sentir su dedo intentando penetrar mi ano, sentía tan delicioso, que permite que poco a poco me acercara a la mesa que usaban como desayunador, hasta que en ella me recostó.
Me levanto las piernas, me quito la tanga aprovechando para acariciar suavemente mis piernas que me hacia estremecer, note que miraba mi vagina rasurada con cierta lujuria, se agacho y me la empezó a lamer, mientras con sus manos sostenía en alto mis piernas mientras yo las abría a mas no poder.
Sentía como su lengua jugueteaba con mi clítoris y en momentos me la penetraba, estaba decidida a gozar el momento, así que cerré mis ojos y deje que mamara mi vagina como él quisiera.
Mientras gemía y me contorsionaba de placer, sentí que iba a tener mi primer orgasmo, no podía dejar de gemir de lo rico que sentía, aunque la música estaba fuerte, era posible que se escucharan mis jadeos, pero no aguante más y le dije que me vendría.
Me quiso hacer sentir más rico, así que metió dos dedos hasta lo más profundo de mi vagina, y empezó a meterlos y sacarlos con mucha fuerza hasta que me vine.
Pero el continuo metiéndome los dedos pero aún más rápido hasta que sentí como se comió todos los jugos que me acababan de salir.
Poco a poco deje de jadear y empecé a recuperar la respiración, mientras el mientras el dulcemente limpiaba con su lengua alrededor de mi vagina, en un parpadeo, vi que su esposa esta parada cerca de la puerta observando como su marido hincado me chupaba.
No me importo, se nos quedo viendo por unos segundos y se fue, mi compadre ni cuenta se dio, pero seguro ella se dio cuenta porque no pude dejar de gemir.
Se levanto se abrió el pantalón se lo bajo junto con sus calzoncillos, se abrió la camisa sin quitársela, me acerco a la orilla de la mesa y me la empezó a penetrar.
No pude evitar expresar un gemido un poco fuerte cuando sentí como su verga se introducía en mi vagina de un golpe.
Me subió la blusa y el brasier para dejar expuestos mis senos y empezó a hacerme el mete saca, mientras lamia y apretaba mis senos, por momentos me mordía los pezones y los jalaba con tal habilidad que no me lastimaba, yo estaba verdaderamente me encendía.
Le pedí que me dejara montarlo, el accedió, se recostó sobre la mesa y lo monte, mientras me la clavaba una y otra ves, mi compadre no dejaba de acariciar mis senos y mirarme a la cara con la expresión de alguien que también estaba gozando.
Le dije, ya me voy a volver a venir, él me dijo vente sabroso ricura, goza mi verga lo mas que puedas, se me hizo muy vanidoso de su parte, pero no pude evitar brincar con mas fuerza hasta que termine.
Mi compadre me dijo, ahora me toca a mi, así que me recostó abrió mis piernas, se agarró su verga y puso su cabecita apenas tocando los labios de me vagina y con un movimiento brusco me penetro sacándome nuevamente un gemido lleno de excitación.
Empezó a hacerme el mete y saca, yo movía mis caderas lo mas que podía para hacerlo gozar como él me había permitido gozar.
Nuestros cuerpos ya estaban sudorosos y nuestras respiraciones francamente excitadas y ya sin ningún recato y sin importarnos si nos escuchaban o no.
Empecé a sentir su glande que se introducía cada ves con mas fuerza, síntoma inequívoco que estaba a punto de terminar, le pedí aun con mi respiración entrecortada por el jadeo y el placer que sentía, que terminara en mi boca.
Se separo sacando su deliciosa verga de mis entrañas, me hinque de inmediato se la tome con una mano, me la puse en la boca y se la empecé a jalar y a mamar, era exquisitito el sabor de la mescla de sus jugos y los míos.
Se la seguí jalando y chupando estaba durísima, sentía como arqueaba su cuerpo mientras mantenía su manos en mi cabeza y metía sus dedos entre mi cabello, como si con eso fuera a impedir que me sacara su deliciosa verga de boca.
De repente su respiración exaltada cambio por un gemido largo, empezó a llenar mi boca con su leche ardiente, era tan fuerte su venida que no me la pude comer toda y se me escurrió un poco que cayó en mi blusa y mis senos desnudos.
Se la seguí chupando mientras miraba a sus ojos intentando descubrir, si había gozado el momento como yo.
Después de limpiarle la verga y sus huevos lentamente con mi lengua, me levanto de los codos y nos fundimos en un beso ardiente y de agradecimiento por el monumento vivido.
Nos separamos y ambos nos acomodamos la ropa para poder ir a la sala con nuestras respectivas parejas, cuando salimos no los vimos, a los dos nos extraño, entre el ruido de la música, se alcanzaba a escuchar jadeos y choque de cuerpos que cogían.
Mi compadre intento subir las escaleras para ir a su recamara, pero se detuvo y se regreso conmigo, mientras me serbia una copa me dijo, creo que se están vengando de nosotros y se rio.
Después de algunos minutos bajo mi esposo y mi comadre acomodándose la ropa, pero el desgraciado de mi marido traía el zíper abierto y cara de haber gozado.
Todos tomamos una copa más en medio de una charla casi obligada, poco después nos despedimos y nos retiramos a la casa.
Durante el traslado en el automóvil no dijimos ni una palabra, cuando llegamos y estábamos a punto de entrar, le dije, para la próxima quiero ver como te coges a la perra de mi comadre, y él me dijo y tú por lo menos límpiate el semen que escurre en tu blusa.
Me vi el pecho y con mucha pena limpie efectivamente el semen que traía en la blusa, pero estaba tan molesta que le mostré como me lamí los dedos con los que me lo limpie ese semen.
Entramos a casa y luego a nuestra recamara, yo aún estaba caliente y más por haberle mostrado como me comía el semen de otro, así que bote mis zapatos, lo abrace por atrás, baje mis manos y toque su verga sobre el pantalón hasta que se la pare mientras besaba su cuello.
Le baje el pantalón y el calzón y se la empecé a mamar, y le dije aun te sabe a vagina de esa perra, pero si quieres vente en mi boca, pero prefiero que me llenes la vagina de tu leche.
Me recosté, él se puso encima de mí y me empezó el mete y saca con su verga, hasta que termino, los dos estábamos tan exhaustos nos quedamos dormidos con la ropa que traíamos.
No hemos tocado el tema de lo sucedido aquella noche, y aunque he hablado con mi compadre y mi comadre, creo que ellos también decidieron olvidar lo ocurrido.
Pero mis sueños eróticos se han incrementado, y deseo ver como coge mi marido, mientras a mí me mete la verga otro hombre, ojala se me haga realidad.