Mi esposa y yo llevamos más de 20 años juntos. Al principio éramos muy pasionales pero el paso del tiempo y la llegada de los hijos ha ido enfriando el dormitorio. Mi esposa ya no se arreglaba tanto como antes excepto los últimos meses que se había apuntado al gimnasio y se vestía más provocativa. Eso empezó a generarme dudas de su fidelidad, y aprovechando la visita del fontanero dentro de dos días decidí ponerle una prueba.
Coloqué una cámara en un lado de la pared que pudiera grabar lo que pasaba en el salón y la cocina. Justo el día que llegaría el fontanero me despedí de mi esposa antes de irme a trabajar, recordándole que a las 10 h estaría el fontanero en casa. Yo lo conocía y era un chico de unos 25 años, alto, de piel morena y algo musculado. Y conociendo a mi esposa sabía que ese tipo de hombres le atraen mucho.
Cuando volví del trabajo a casa eran las 17 h de la tarde y mi esposa no estaba en casa, me había mandado un mensaje que estaría en el gimnasio y luego vería a una amiga. Entonces decidí ver lo que había grabado la cámara. Lo primero que me sorprendió es ver a mi mujer como se había vestido sabiendo la llegada del fontanero. Llevaba una blusa que se transparenta bastante, con un generoso escote y sin sujetador. Por tanto, se le veían bastante sus pechos, cubriendo el pezón y poco más. También eligió un pantalón short de esos que cubren solamente mitad de cada nalga. De repente suena el timbre y veo que se acerca con esa ropa a abrir la puerta.
El chico le extiende la mano para saludarla pero ella se le echa encima y le clava dos besos en sus mejillas. Luego se acercan al fregadero y ella le explica el problema que hay que arreglar. Noto como ella se inclina más de la cuenta dejando sus tetas casi fuera de la blusa. El chico no pierde detalle y noto como a veces se toca su paquete. Mi esposa abre la puerta de debajo del fregadero y mete medio cuerpo dentro, dejando su culo en pompa a la vista del chico. Cuando ella sale, le explica donde está el fallo y el fontanero se mete dentro de ese hueco, tumbado boca arriba con medio cuerpo dentro.
Algo le debe preguntar a mi esposa que ella también se mete en posición de perrito dentro del cuerpo dejando sus tetas a punto de salirse de la blusa, a escasos centímetros de la cara del chico. Cuando ella sale del hueco se pone de pie sobre el cuerpo del fontanero poniendo sus piernas a cada lado del cuerpo, dejando entrever su entrepierna cuando el fontanero miraba hacia arriba. Ella abre y cierra el grifo cuando el chico se lo va diciendo, intentando descubrir el fallo a reparar. De repente veo como ella se agacha flexionando las piernas para poder hablar con él, dejando su culo apoyado sobre el paquete del chico, y así se queda un rato haciendo incluso movimientos circulares.
Debe notar que algo dentro de ese pantalón está creciendo porque no deja de hacer esos movimientos. Luego vuelve a la posición de pie y veo al chico que empieza a tocarse su polla por encima del pantalón, debe estar muy cachondo después de estar durante un rato restregándose mi esposa sobre su paquete. Aprovechando que ella está de espaldas mirando de frente al fregadero, él saca si pene y comienza a masturbarse viendo la buena panorámica que tiene del culete de mi esposa. De repente, y debido a tanta agua el fregadero se desborda y agua que cae hace resbalar a mi esposa cayendo hacia atrás sobre el cuerpo del chico.
Entonces se queda su cara a escasos centímetros del pene del chico y su culo sobre el pecho de él, muy cerca de su cara. Con la caída, el short que llevaba se mueve a un lado dejando toda su vagina a la vista del fontanero.
-Perdona pero me he resbalado, espero no haberte hecho daño- dice mi esposa.
-Tranquila estoy bien- dice el fontanero intentando guardar su pene.
Mi esposa, en un acto instintivo aparta las manos del chico y es ella la que agarra su pene diciendo: “No sabía que los fontaneros tuvieran esta herramienta”. Y mientras mi esposa masturba al chico, él aprovecha y estira las manos acariciando las nalgas de ella y empieza a jugar con sus dedos dentro de su vagina.
La excitación hace que mi esposa comience a lamer ese pene desde los huevos hasta la punta. El chico no para de meterle los dedos, teniendo dos en cada orificio lo que hace que ella mueva sus caderas para tener más placer.
La calentura de mi esposa es tal que se levanta y saca de nuestro mueble del salón unos preservativos y le coloca uno en su polla que mira al techo de la casa firme como un mástil. La escucho decir: “me tienes muy cachonda y te voy a montar ese pollón que tienes”. Poco a poco empieza a bajar hasta tiene completamente en su interior ese pollón. Empieza con movimientos lentos y cada vez va acelerando sus caderas. El chico juguetea con sus pechos, los chupa y le muerde los pezones a lo que ella responde gimiendo más fuerte. El chico está tumbado boca arriba viendo cómo se mueven los pechos de mi esposa hasta que grita ella: -“me corrooo que ricooo”- y para sus movimientos mientras suspira y se recupera del orgasmo.
En ese momento él se incorpora y comienza a besarla, metiendo su lengua en la boca de mi esposa. Tras esos besos, el chico la coge y la levanta, y la pone sobre la mesa del salón. Con sus manos abre sus piernas al máximo, dejando su vagina lista para continuar. Empieza a mover la punta de su polla de arriba a abajo rozando el clítoris de ella hasta que la introduce entera y mi esposa da un grito de sorpresa. Poco a poco empieza a bombear agarrando las piernas de mi esposa por los tobillos abriéndola al máximo que le permite la envergadura de sus brazos.
Entonces empieza a escupirle a mí esposa en sus pechos y en su cara diciéndole: “toma duro zorra, eres mi puta, me encanta darle pollazos a guarras como tú”. Pero mi esposa lejos de enfadarse le dice que siga diciéndole cosas y escupiéndole que le pone mucho.
Tras varios minutos en esa postura, la coge en peso y la lanza al sillón. Con sus dos manos le abre la boca a mi esposa y comienza a escupirle otra vez dentro de su boca. Ella se da la vuelta y se pone en 4 patas. Se agarra sus nalgas y las estira para que se vean bien su chocho y su ano y le dice al chico:
-“elige el agujero que más te guste y empótrame por favor”. El chico sin dudarlo se acerca y chupándose antes sus dedos los va metiendo en el culo de mi esposa. Primero entra un dedo, luego dos, luego tres y cuando ve que van entrando cuatro dedos los saca y aproxima su pollón y va apretando contra el ano de mi esposa. Al principio cuesta que entre la cabeza del pene pero gracias al preservativo logra introducir casi la totalidad y mi mujer gime de placer. Mi enfado es mayúsculo con lo que veo porque ella nunca me ha dejado hacerle sexo anal.
Cuando más lo estaba disfrutando ella, me quedo paralizado cuando veo que él saca su polla del culo de mi esposa y se quita el preservativo. Agarra fuertemente del pelo a mí esposa para que no se resista y le dice:
-“Ahora voy a sentir de verdad ese coño húmedo y estrecho, y tú vas a terminar llena de leche”.
Cuando mi esposa intenta contestarle nota como esa polla sin preservativo entra hasta el fondo y lo único que logra es decir: “¡así se siente más rico! no pares por favor pero ni se te ocurra correrte dentro”. El fontanero imprime un ritmo frenético en la penetración mientras escupe el ano de mi mujer y mete sus dedos en él. Mi esposa comienza a encadenar orgasmos hasta que nota que está a punto de correrse el fontanero. En ese instante vuelve a ponerla sobre la mesa boca arriba dejando la cabeza de ella colgando en un lateral de la mesa y su pelo casi rozando el suelo.
En ese momento la boca de mi mujer queda a la altura de su pene y el fontanero comienza a follarle la boca mientras le aprieta sus pechos. Justo cuando se va a correr deja toda su polla dentro de la boca de ella y grita: -“ahhhh me corrooo, te lleno la boca de leche zorraaa”. Y tras unos segundos saca su polla y la comisura de los labios de mi esposa se llena de semen. Ella se pone de pie y comienza a dejar salir todo el semen que va cayendo por su barbilla bañando sus pechos que se ven así brillantes con unos pezones erizados. Luego se arrodilla y termina de limpiarle su polla. Se pone en pie, empapa sus dedos del semen de sus pechos y se los introduce al chico en la boca.
Luego se besan un buen rato hasta que ella le agarra de su pollon todavía algo erecto y va caminando delante de él hacia el baño. Lo que pasa dentro del baño solo lo saben ellos porque la cámara no lo pudo grabar pero tardan más de media hora en salir. Cuando el chico se va, mi mujer aún desnuda le da un beso y le dice que puede volver cuando quiera. Yo, tras ver esas imágenes de la cámara que había puesto, estaba tan cachondo que nada más llegar mi esposa a casa la desnudé e hicimos el amor muy intenso. Nunca le comenté lo de la cámara, ni ella me comentó nada sobre el fontanero.