Pocos días después de mi inicio en el sexo con mujeres recibí la visita de Alex. Alex es una sobrina de mi marido, roza la treintena y es algo mayor que mis hijas, iba elegantemente vestida, con un precioso vestido que le llevaba un pico por encima de las rodillas y un escote palabra de honor que mostraba un poco de un
par de hermosas tetas, nada más verla me puso muy caliente, estuvimos conversando un poco, sentadas en el sofá, y cuando me dijo que se ir nos pusimos las dos de pie, en ese momento me decidí a atacar, y arrimando mis labios a los suyos nos dimos un beso muy intenso, yo en ese momento me asuste, ¿Y si había sido muy impulsiva y me había equivocado?, Por suerte sus primeras palabras fueron:
-Vaya tía parece que te gusta el sexo entre mujeres, a mí también me gusta.
Antes de que yo pudiera reaccionar mi sobrina se arrodilló ante mí y me subió el vestido, hasta llegar a mis bragas, ese día llevaba unas de color azul, al verlas dijo:
-Tía llevas unas bragas preciosas, pero te las voy a quitar.
Y en un movimiento rápido, mis bragas terminaron en el suelo, ella dejó mi coño al aire y dijo:
-Tía me encanta tu coño y voy a comérmelo.
Dejó que mi vestido tapara mi cabeza, y debajo de él su lengua comenzó a lamer mi coño, lo hacía con mucha habilidad, estuco comiéndomelo un poco, con gran habilidad, y no tardó en provocarme un gran orgasmo, cuando lo hizo se levantó como si nada, se puso muy pegadita a mí, mirándonos directamente a la cara y me bajó las hombreras del vestido dejándome en ropa interior, yo por mi parte, la bajé también el vestido dejando dos impresionantes tetas al aire. Ella se lanzó sobre mi sujetador y me lo quitó, al quedar mis tetas al aire dijo:
-Tía, tienes dos tetas impresionantes, seguro que al tío le vuelven loco,
Soy algo más alta que ella, y estimé que debía de tomar la iniciativa, me puse a su espalda y la rodeé con mis brazos, la dije:
-Estas impresionante.
Mi idea, era quitarle el vestido, se le fui bajando, cuando sus tetas estuvieron despejadas, no llevaba sujetador, con una de mis manos le sobé un pezón y le dije:
-Las tienes deliciosas, seguro que gustan a michos tíos, y a alguna tía, jajaja.
-Gracias, tía, me respondió.
Mientras yo había logrado mi objetivo de quitarle el vestido, un tanga diminuto era lo único que cubría su cuerpo, le pedí:
-Quiero quitarte ese tanga.
Ella se puso de espaldas a mí, y apoyando sus manos en el sofá, se puso en un posición parecida a cuatro patas, en ese momento yo me arrodillé ante ella y cogiendo su tanga con mis manos, se lo fui bajando poco a poco, contemplar su coño me calentó todavía más, le termine de quitar el tanga y una vez desnudas las dos ,le pedí que de espaldas a mí se pusiera a cuatro patas encima de del sofá, mientras yo lo hacía detrás de ella, e introduje uno de mis dedos dentro de su coño y comience a moverle, ella al sentirlo dijo:
-Tía, eres muy hábil con tus dedos, pero méteme otros dos más.
Seguí sus instrucciones y metí tres de mis dedos dentro de su coño, lo tenía mojadisimo, y oír el sonido de mis dedos contra su agujero y sentir su humedad, y oírla gemir me resultaban algo tremendamente excitante y morboso. Seguí moviendo mis dedos, mientras ella decía:
-Tía me vuelves loca.
Estas palabras me llevaron a aumentar la dosis, y sacando mis dedos se su coño acerqué mi boca a su culo y comencé a besárselo, mi sobrina estaba muy excitada y me dijo:
-Tía me estas llevando a la locura.
Seguí jugando con mi lengua, y me puse a lamer su coño, sus gemidos eran bestiales, en ese momento, m e decidí a jugar con ella e introduciendo de nuevo uno de mis dedos en su coño, comencé a masturbarla, y le pregunté:
-Sobrinita, cuéntale a tu tía, ¿Eres lesbiana?
-Tía me gusta hacerlo tanto con hombres como con mujeres me respondió.
-¿Y alguna vez lo habías hecho pensando en mí?, le volvía preguntar.
Si tía, eres una mujer muy deseable, me respondió, pero ahora tengo ganas de comerte el coño.
Yo tenía ganas de que lo hiciera así que me tumbé en el sofá y abrí bien mis piernas, mi sobrina también se tumbó y como si fuera una serpiente se deslizo llevando su cabeza hasta mi coño, y una vez que llegó sacó su lengua y se puso a comerme el coño, la verdad es que lo hacía divinamente, su lengua repasaba cada centímetro de mi coño dándome muchísimo placer, su tío nunca me había hecho una comida de coño así.
En ese momento me entró un deseo muy especial y le dije:
-Cariño, me muero de ganas de que hagamos un sesentainueve.
-Como tú quieras, adorada tía, me respondió.
Y se tumbó en el sofá, yo me puse encima de ella en posición invertida, de esta manera el coño de cada una quedó al alcancé de la boca de la otra, y las dos sacando nuestras lenguas, las metimos en el coño de la otra, el coño e mi sobrina sabía de una manera deliciosa, así que me puse a chupárselo con ansia, pero ella no se quedaba atrás su lengua lamia mi coño de una manera magistral, me estaba llevando a la locura total, nuestros gemidos se hicieron cada vez más intensos, creo que cada una intentaba que la otra se corriera la primera y que tuviera un orgasmo bestial.
Pero debo de reconocer que fue ella la que me llevó a tener un grandísimo orgasmo, al sentirlo sobre su boca dijo:
-Tía, Nunca había sentido una cantidad de líquido salir del coño de una mujer y llenar mi boca de esta manera.
Pero, aunque derrotada, yo quería demostrarle a mi sobrinita que sabía como volver loca de placer a una mujer, así que seguí comiendo su coño, sus gemidos me resultaban muy estimulantes y no tarde en lograr que ella se corriera en medio de un orgasmo muy intenso.
En ese momento yo me di la vuelta, me puse encima de ella, pero ahora nuestros cuerpos estaban juntos, acerqué mi boca a la suya, y besándola muy intensamente le dije:
-Cariño te adoro.
-Yo también te adoro, tía.
Tras ello nos vestimos y quedamos para pocos días después. Ese día mi sobrina llegó con un vestido azul cielo muy escotado y corto, yo la esperaba con el conjunto de lencería más sexy que tenía, nada más entrar nos besamos y cogidas de la mano la lleve a la cama que compartía con su tío.
Lo primero que hice fue quitarla el vestido, se quedó con un conjunto de lencería formado por un sujetador negro y unas bragas rojas que la daban un aspecto divino, nos pusimos de rodillas sobre la cama y nos besamos apasionadamente, después le dije:
-No sabes cómo he esperado este momento.
-Yo también tía, me respondió.
Me moría de ganas y agachándome un poco le baje las hombreras del sujetador, dejando sus pechos al descubierto, me parecieron preciosos y acercando mi lengua ellos, ella se puso a gemir y me dijo:
-Tía lo haces muy bien, te adoro.
Yo seguí chupándoselos, me encantaba hacerlo. Ella aguantó así un rato, pero decidió tomar la iniciativa y bajándome a mi el sujetador dejó también mis tetas al aire y se puso a chupármelas, sus lamidas eran deliciosas, creo que me hizo gemir como a una loca, y me tuvo así un rato, hasta que fui yo quien decidió pasar a otro nivel y me pedí:
-Mi amor, túmbate sobre la cama.
Ella obedeció y cuando lo hizo, yo le quité el tanga y sus precioso coño apareció ante mis ojos, me desnudé del todo, y después llevé mi mano hasta su coño, lo abrí un poco con mis dedos e introduje uno en su interior, después lo saqué y poniendo mi cabeza sobre su sexo comencé a chupárselo. Ella se puso a gemir, mientras decía:
-Tía me vuelves loca, me haces sentir una cosa increíble, te adoro.
Yo seguí comiéndola el coño, sus gemidos me excitaban, hasta que sentí como se corría y sus líquidos inundaron mi garganta. Ella descansó un momento para recuperarse, y después me dijo:
-Tíita ahora me toca a mí, túmbate.
Yo lo hice y ella acercó una de sus manos a mi coño mientras me decía:
-Es delicioso me encanta.
Y dicho esto introdujo su lengua dentro de mi coño, como ya sabía era muy hábil y me dio un placer increíble, yo comencé a gemir mientras decía:
-Sobrina me vuelves loca, te adoro.
Ella siguió dándome placer mientras yo apretaba su cabeza contra mí, la muy zorra consiguió que me corriera rápidamente, en ese momento ella me dijo:
-¿Qué te parece tía si nos damos gusto mutuamente?
Por supuesto que me parecía bien, ella se puso encima de mí, en situación invertida, nuestros coños se quedaron al lado de nuestras bocas, y las dos sacamos nuestras lenguas a la vez y las dirigimos a los coños de la otra y comenzamos a comérnoslos, era algo delicioso.
La muy puta consiguió que me corriera, pero yo seguí lamiendo su coño hasta que la hice correrse a ella, cuando terminamos, mi sobrina dijo:
-Tía hacerlo contigo es maravilloso, espero que lo repitamos muchas veces.
-Yo también mi amor, le respondí.
Nos fundimos en un beso apasionado, y dimos por cerrado nuestro encuentro, por esa tarde.
Pocos días después, otra de las sobrinas de mi marido me llamó, se llama Silvia, tenía una fiesta que para ella era muy importante y quería que le ayudara a maquillarse, llegó vestida con una blusa blanca y unos pantalones muy ajustados, me pareció una joven sexy, mi transformación sexual que mirara a todas las mujeres incluidas las más cercanas a mí de una manera muy diferente, la animé a quitarse los pantalones para estar más cómoda, cuando lo hizo descubrí que debajo llevaba unas bragas oscuras, deliciosas. Yo me había puesto un vestido de color beis, por encima de las rodillas y un escote palabra de honor. Nos fuimos al cuarto de baño y la senté en una silla
Le ayudé a maquillarse, y pasamos un rato hablando, yo no podía dejar de mirar sus pechos de tamaño mediano, solo ocultos por su camiseta blanca, se notaba mucho que no llevaba sujetador, cuando terminamos, y ella se puso de pie, en ese momento no pude contenerme, llevé mi boca hasta la suya y la besé de una manera apasionada, para mi sorpresa ella me devolvió el beso, y me dijo:
-Tía besas muy bien.
Para mi sorpresa, me bajó la parte superior del vestido, yo tampoco llevaba sujetador, jajaja, y mis tetas quedaron al aire, ella me dijo:
-Tía me encantan tus tetas.
Llevó una de sus manos a uno de mis pezones y se puso a acariciármelo, mientras llevaba a este su boca y se puso a chupármelo, me encantó como lo hacía, después con su otra mano fue subiendo mi vestido, hasta llegar a la altura de mis bragas, las apartó un poco y accedió a mi coño, y se puso a acariciármelo, dejo de chuparme la tetas y fui yo quien llevé mi mano hacia uno de sus pezones y me puse a alaciárselo por encima de la blusa. Después le subí la blusa dejando al aire sus tetas, me parecieron bellísimas, después me pise detrás de ella y cogiéndole el tanga se lo fui bajando poco a poco, hasta quitárselo, me impresionó su trasero y se lo acaricié, y fue en ese momento cuando ella me dijo:
-Tía estas resultando ser una niña muy mala.
Me empujó hacía una de las paredes del baño, donde había un espejo y agarrándome del cuello, añadió:
-Tu sobrina te va a castigar.
Me quitó las bragas dejando mi coño al aire, después se agachó, y abriendo su boca, sacó su lengua y la introdujo dentro de mi coño. Se la notaba que tenía una gran experiencia sabía que centímetro de mi coño debía de lamer para provocarme u placer muy intenso, yo me sentía loca de gusto, y apretaba su cabeza contra mi coño, en estas circunstancias no tardó en provocarme un orgasmo muy intenso.
En ese momento fui yo quien le dijo:
-Cariño, ahora le toca a tu tía darte placer.
La hice apoyarse contra el borde de la bañera y luego sentarse sobre ella, yo me arrodillé, abrí bien sus piernas y si coño quedó al alcancé de mi boca, introduje mi lengua en su interior, me encantó su sabor, así que pasé mi lengua y recorrí todo su interior, me encantaba tener a esa jovencita a mi merced.
Sus gemidos eran muy intensos, mientras decía cosas, como:
-Tía eres maravillosa.
Verla de esta manera hacía que mi excitación aumentara, pero sus gemidos se fueron intensificando hasta que sentí como se corría y sus líquidos inundaron mi boca, tras ello ella dijo:
-Tía te adoro.
Yo en se momento dejé de comerle el coño, ella se tumbó en el suelo y me propuso:
-¿Tía nos damos cariño nuevamente la una a la otra?
La hice una señal de que si, ella se puso a mi lado en posición invertida, llevé mi lengua hasta su coño, mientras ella hacia lo mismo con el mía, sentir como una lengua exploraba mi coño, mientras yo con la mía saboreaba el suyo, me pareció algo muy delicioso, definitivamente adoraba a esa chica. La comí el coño de una manera muy apasionada, poco a poco fui sintiendo como sus gemidos aumentaban de intensidad hasta que sentí como se corría.
Me decidí por un cambio de postura la hice abrir bien sus piernas, puse una de ellas encima de las mías y me coloqué de manera que nuestros coños se rozaron, y moví mi coño para que el roce entre nosotras fuera más intenso, ella al sentirlo dijo:
-Tía te adoro, me estás haciendo muy feliz.
-Y tú a mí, mi amor, le respondí.
Y seguí con los rozamientos, las dos estábamos experimentando una sensación increíble, esta vez era yo la que no podía más y solté todo mi liquido sobre el coño de mi sobrina mientras también soltaba un gemido impresionante.
Tras ello cesé la rozadura, descansamos un momento tumbadas en el suelo, pero creo que las dos queríamos más, nos sentamos y nos besamos, nuevamente, ella me dijo:
-Adorada tía, contigo lo estoy pasando mejor que en cualquier fiesta
Yo era la última que se había corrido, así que me correspondía tomar la iniciativa, le dije:
-Mi niña te adoro.
Me lancé sobre sus tetas y me puse a chupárselas, ella se puso muy caliente yo introduje uno de mis dedos dentro de su coño y comencé a moverle, sus gemidos se fueron haciendo cada vez más intensos, hasta que se corrió.
Después nos pusimos a vestirnos y fue en ese momento cuando mi sobrina me preguntó:
-¿Lo haces también con la prima Samanta?