Se dice que el cerebro es el más importante órgano sexual.
Yo diría que el hombre cuando aplaca un poco su carne, generalmente luego de los 50 años, con suerte logra entenderlo. Yo Claudia, con 32 años, tengo un cliente que pidió aprender aquello que no logra la lengua y menos un gran y orgulloso pene erecto. Estos alumnos vienen casi a cero, creyendo que todas los abundantes encuentros, como embestidas de toros fue lo mejor para su acompañante a la que pagaron y les fingió con destreza un orgasmo.
Vendedoras de efímero placer. Maduramos en la carrera y mejoramos luego de los 30. Solemos ser psicólogas del hombre, que no logra abrirse con su mujer. Si se deja, lo educamos.
Le damos eso a riesgo de perder el cliente, la sutileza sexual para conquistar a su mujer que creen frígida. No es culpa de ninguno, pero si el entiende los detalles simples y perfectos, por una actitud de control y admiración, a la imperfecta belleza de ella. Esa belleza a veces se desperdicia.
El buen alumno aprende a mejorar en estos factores:
A) Darle la seguridad de que es muy bella. En general lo son pero ahí el no logra trasmitirlo.
B) Dejarla ser, no creas que siempre es la moral mamá. Seguro la más estructurada del día a día puede soñar las fantasías qué tu no te atreves a proponerle.
C) Hazla tuya, necesita sentir tu poder.
D) Tu placer viene cuando arranca el de ella. Motivada recorrerá tu cuerpo como una montaña con altura y llanura de espasmos regalados con su lengua con misteriosos huecos que descubrirá con pasión. Si no pides ni presionas, una mujer necesitará tu fuerza para excitarse.
E) Todas mayoritariamente quieren su macho alfa y allí servil y vulnerable (el acting esperado) no habrá poro que no explote.
F) Recuerda, un poco de adulación y dejarla ser centro. Ahí ella se pondrá a tus pies y entrará a todos los terrenos vírgenes que no conociste, aunque hayas conocido mil.
G) Se inteligente y verás que la mejor puta duerme en tu cama todos los días.