Trío esperado con mi pareja y un amigo

Los días siguientes al trío inesperado con mi amigo, mi pareja algo incómoda me preguntaba qué había pasado. Yo, también algo incómodo, evadía la conversación. Luego no volvió a tocar el tema.

Retomé el contacto con mi amigo luego de un par de semanas, sin mencionar lo sucedido. Tampoco nos volvió a visitar por un tiempo.

Había pasado algo más de un mes, y mi pareja mencionó que le parecía raro que mi amigo no había vuelto a visitarnos. Le respondí que seguramente estaba muy ocupado con su trabajo.

Entonces me dijo que le invitase para pasar un fin de semana en casa, cosa que hice.

Llegó ese fin de semana; sábado después del mediodía mi amigo llegó a casa.

Charlamos de temas triviales, luego fuimos a la playa a tomar una cerveza, y regresamos a casa antes de anochecer. En ningún momento hubo señas de lo que había ocurrido aquella noche del trío.

Ya en casa, mi pareja dijo que tenía ganas de salir a tomar algo por la noche; nos pareció buena idea. Así que nos alistamos, y salimos.

Recorrimos un par de bares, tomamos unos tragos, y nos pusimos de buen ánimo.

Fuimos en mi auto, por lo que no podía tomar mucho. Entonces mi chica, que estaba bastante alegre (seguramente a causa de los tragos) propuso que volvamos a casa.

Ya en casa, preparamos unos tragos y nos sentamos en el living. Pusimos algo de música suave y continuamos charlando; en ningún momento mencionamos o insinuamos con respecto al trío. Pero la charla se ponía picante…

Llegado un momento, repentinamente mi pareja dijo que estaba cansada y que se iba a dormir. Se acercó a mí, me dio un breve beso en la boca… y luego hizo lo mismo con mi amigo. Nos miró con cara de lujuria y dijo “les espero en la habitación”, luego se retiró.

Nos miramos con mi amigo.

Quedamos hasta terminar nuestros tragos, y unos diez minutos después fuimos a la habitación.

Al entrar, mi pareja se nos acercó. Vestía nada más que un camisón transparente y debajo una tanga.

Nos abrazó y empezó a besarnos alternativamente; había puesto sus manos en nuestros cuellos y lentamente nos fue acercando a su cara, hasta que nos encontramos besándonos los tres al mismo tiempo.

Bajó las manos, soltó nuestros cinturones, nos desabrochó el pantalón, y empezó a bajarlos. Aprovechamos para quitarnos las prendas superiores, y mi amigo y yo quedamos desnudos.

Ella se arrodilló y nos lamía la verga, alternativamente. Cuando la mía empezaba a ponerse dura, se la metió en la boca, y con una mano pajeaba a mi amigo.

Ya la tenía dura, cuando mi pareja se levantó y, sin soltar la verga de mi amigo, me dio un beso de lengua, llenándome la boca de su saliva mezclada con mis jugos.

Se volvió a arrodillar, esta vez para chupársela a mi amigo mientras me pajeaba a mí. Luego se levantó para besarse con nuestro amigo.

Se arrodilló nuevamente, para chuparme la verga a mí, sentía como juntaba líquidos con su boca. Se volvió a parar, pero esta vez el beso fue con mi amigo.

Cuando vuelve a arrodillarse ya me imaginaba lo que se avecinaba… Se la chupó a mi amigo, y luego se acercó a mi boca, por entre sus labios brotaba líquido; me miró con lujuria, me tomó por el cuello, pegó su boca a la mía, separó los labios, y me llenó de jugos. Se sentía rico; me sostenía con fuerza, y no me quedó más remedio que tragarme todo.

Luego se quitó la tanga y se acostó de espaldas en la cama.

Me arrodillé cerca de su cara, ofreciéndole mi verga. Mi amigo le separó las piernas, para comerle el coño.

Un rato después cambiamos de posición con mi amigo.

Me llamó la atención que la verga de nuestro amigo no se ponía del todo dura…

Al rato de estar comiéndole el coño, mi amigo se acercó, y nos dedicamos a comérselo de forma alternativa.

Al cabo de un tiempo mi chica nos rogó que se la metiésemos. Cedí el lugar a mi amigo, y acerqué mi verga a la boca de mi chica.

La verga de nuestro amigo no estaba completamente dura, sin embargo se la metió. Estuvimos unos minutos así, hasta que mi pareja me pidió que se la meta yo.

Antes de metérsela, se me ocurrió lamerle el coño; me dio mucho morbo, y el sabor era delicioso. Mi chica se la chupaba a él.

Estuvimos un buen rato así, y mi pareja pidió estar ella arriba, así que cambiamos de posición.

Me puse de espaldas en la cama, ella se puso de cuatro para chuparme la verga, y mi amigo desde atrás le lamía el coño. Luego ella se apartó, y se sentó sobre mi verga; me cabalgaba con ganas.

Nuestro amigo se puso detrás de ella, abrazándola para masajearle las tetas. Los dos me miraban a los ojos con mucha lujuria.

Cuando no daba más, mi chica se separó y se acostó cansada. Le separé las piernas y nuevamente me dediqué a limpiarle el coño con la lengua. Nuestro amigo observaba mientras se pajeaba lentamente, pero no lograba ponérsele completamente dura.

Me puse sobre mi chica, y volví a metérsela. Ella estiró a mi amigo, para chuparle la verga.

En un momento se quitó la verga de la boca, me tomó del cuello, y me acercó a su cara para besarnos. Sin soltarme, giró la cara para volver a chupársela; mi boca quedó frente a su mejilla, muy cerca de su boca. Quitó la verga de su boca, me besó con ganas, y tomando la verga de mi amigo por la base fue acercándola a nuestras bocas. Apenas me di cuenta, estábamos los dos lamiéndole la verga. Con su mano, lentamente la fue dirigiendo hasta dejarla totalmente en mi boca; aflojó la presión en mi cuello, de manera que pude apartar levemente mi cabeza, pero sin que salga la verga de mi boca. Ella me miraba fijamente, con mucha lujuria, y le brillaban los ojos.

Unos momentos después mi amigo se apartó, se puso detrás mío, y me frotaba la verga por el culo intentando meterla. Pero no lograba que se ponga completamente dura, así que no tuvo éxito… Mientras sucedía esto, mi mujer me sostenía del cuello, me miraba, y me preguntaba con insistencia si me gustaba. Unos días después, estando solos los dos, me preguntó si me la había metido (cosa que no pasó, y desilusionó a mi chica).

Al no tener éxito, mi amigo desistió y volvió a que mi mujer se la chupe. Esta vez lo hacía ella sola, con ganas, pero sin soltarme. Yo seguía follándola, y ya no daba más.

De pronto nuestro amigo suspiró, quedó inmóvil, y le llenó la boca a mi chica de leche; ella lo apartó, y tomándome con fuerza del cuello, me acercó para comernos la boca… y la leche de nuestro amigo.

En ese momento acabé con fuerza dentro de su coño.

Cuando en su boca ya no quedaban rastros de semen, me soltó; me separé de ella, y caí rendido en la cama.

Nuestro amigo le separó las piernas, y lamió todo mi semen que brotaba de su coño. Luego acercó su boca a mi verga, y me la lamió hasta dejarla limpia.

Al acercarse para hacerlo, mi pareja levantó la cabeza para observar con atención lo que pasaba. Por momentos observaba a mi amigo, y por momentos mi cara; mientras lo hacía pude ver que se frotaba el clítoris con los dedos. En su cara solo se podía ver lujuria.

Quedamos los tres fundidos, y nos dormimos.

Al despertar al otro día, todo me parecía un sueño.

Nuestro amigo no estaba en la habitación; se había retirado al espacio que le preparábamos cuando nos visitaba.

Ese domingo lo pasamos muy alegremente, algo más cariñosos de la habitual, pero sin mencionar ninguna palabra de lo sucedido.

A media tarde de ese domingo nuestro amigo se despidió, sin preocuparnos por cuándo sería la próxima visita, como sucedía todas las veces que nos visitaba…

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