Finalmente descubrí que mi esposa es una puta

Mi esposa Stella es una médica de 45 años, 1.75 metros de alta, cabello corto negro con algunas canas que le dan atractivo, tiene un rostro hermoso y unos labios para besar y mamar, sus tetas son medianas con sus pezones siempre erectos, unas piernas largas torneadas y un culo de campeonato, dentro de nuestro círculo todos se la quieren follar, especialmente Manuel un amigo desde antes de casarnos, seguro que se hace la paja pensando en el culo de mi mujer. Yo soy de tez trigueña, pelo negro con canas, ingeniero de 44 años, 1.8 metros de alto, cuerpo normalito pero la biología me dotó con un pene de 23 centímetros y grueso, mi esposa le fascina mamarlo.

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No me pude resistir con la vigilante del edificio

En el edificio donde trabajo hay guardias en el acceso para evitar que los trabajadores se roben material y no hace mucho cambiaron a los polis por dos chicas. Una como de unos 30 y otra más madurita, como de 45. Todos los días nos saludamos amablemente, pero no hace mucho empezamos a saludarnos de mano y sentí algo extraño, pensé que solo era mi imaginación, pero de repente sentía como si me acariciara la mano cada que la saludaba a la madurita.

Decidí poner a prueba mi teoría y un día le traje un café con pan para que desayunara y ella me dijo que cuanto me debía y obviamente le dije que nada.

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Masturbarme en el baño de hombres y ser vista

Una historia rápida, mi nombre es Helen y tengo 24 años, desde hace bastante tiempo tengo hábitos exhibicionistas y me gusta estar desnuda en diferentes lugares o ser vista.

Hace 5 días desde que escribí esto yo estaba tocándome en los baños de un centro comercial, estaba sin ropa en un cubículo del baño de mujeres y como siempre me pasa tengo ideas.

Sin haberme venido me puse la ropa y salí a ver el baño de hombres del que vi que salieron los 2 personas, sin saber si había alguien más tome a esas 2 personas como un boleto de entrada.

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Mi amigo se garchó a mi novia

Mi nombre es Marcos, tengo 22 años y hace 8 meses me fui a vivir con mi ex novia de 21 años a un departamento y digo ex novia porque ahora le anda comiendo el pito a un compañero de trabajo.

Seguramente llamar a Pablo (33 años) fue una de mis peores decisiones en la vida, si me hubiera imaginado que se calentaría al ver a una rubiecita con un par de buenas tetas nunca lo hubiera llamado para que me ayudase a subir los muebles a mi departamento, los hubiera subido yo mismo. También cabe decir que mi ex novia le siguió su jueguito erótico y yo se lo permití porque me calentaba que ella sea manoseada por él.

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El frío de la mañana se quita con sexo

Desde unos días previos, tras haber tenido un receso en la relación, Alejandra y yo nos habíamos reencontrado y las vueltas para salir a cenar y bailar, que nos llevaron a tener nuevamente sexo como antes.

Acordamos que había que compensar un poco el tiempo perdido y que era momento de regresar con todo, por lo cual, acordamos desde la noche previa que necesitábamos vernos por la mañana, con los habituales mensajes sexuales que nos enviábamos para poder conciliar el sueño, todo quedó listo para el encuentro.

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Atendí a los clientes de mi marido

Lo que les contaré aunque parezca increíble, me sucedió cuando tuve que hacer una cena para unos clientes de mi marido en mi casa, y yo tuve que atenderlos ya que él se encontraba en ese momento de viaje.

Me casé hace apenas un año y mi marido casi no para en la casa, ya que siempre está de viaje y la mayor parte del tiempo me quedo sola. Él había salido hace dos días de viaje y aunque me llamaba todas las noches, no era lo mismo que tenerlo cerca. Él me había prometido que cuando hiciera dinero esta situación cambiaría y que luego sabría como recompensarme.

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La infidelidad de mi esposa

El invierno había sido muy duro para Mónica. Había pasado una grave enfermedad y luego una honda depresión. Hacia primavera ya se encontraba mucho mejor y decidí que en verano nos merecíamos un buen homenaje y tiré la casa por la ventana para llevarla a un hotel de máximo lujo en la costa. Paisajes de ensueño, playa particular, piscina, campos de golf, de tenis, sauna, un comedor impresionante, habitaciones con todas las comodidades posibles… Una gozada. Los tres primeros días fueron inolvidables. Hicimos el amor cuantas veces podíamos y eran muchas, teníamos hambre atrasada.

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