Un anal frente a las olas

Fuimos a una playa justo antes del anochecer, llevamos cervezas, y una sábana para acostarnos sobre la arena. Entonces, encontramos un pequeño espacio más o menos oculto entre unas ramas y árboles, parecía una cueva jajaja. Pero era un sitio perfecto para nuestra cogida. Así que procedimos a arreglar todo y sentarnos para admirar el paisaje mientras tomábamos una cerveza.

Veía cómo la gente que se encontraba en la playa, empezaba a irse poco a poco mientras el sol se iba ocultando. Yo aún seguía con mi vestido verde favorito: tiene un escote enorme y es cortico. También usaba un hilo chiquitito turquesa y no llevaba bra.

Todo de fácil acceso pues…

Carlos y yo disfrutamos mucho de nuestro sexo.

Pero como «amigos», nos caemos súper mal. Nos odiamos. Nunca estamos de acuerdo en nada y vivimos discutiendo nuestros puntos de vista hasta el cansancio. Pero en el momento del sexo, toda esa repulsión se me olvida, se me pasa, la ignoro.

No sé.

¿Será que me encanta su verga?

Esss que… se le pone durísima en seguida! Eso me encanta, me fascina ver una verga dura, dura y pesada.

La tiene hermosa, un poco doblada hacia el lado izquierdo pero equis, le da un toque.

El tipo es de contextura normal, no muy alto, moreno, flaco, brazos tatuados, cara de malo… Y tiene 33 años.

De repente, ya estaba oscureciendo y Carlos comenzó a agarrarme por el cuello para luego posar sus labios en el y lamerlo lentico.

—Me encanta probarte, cosita divina…

Me dijo con voz bajita y con su acento colombiano mientras me comía el cuello con sus labios.

Ufff…

—Siéntate aquí, al frente. Quiero que veas el mar mientras te toco.

Me senté frente a él, dándole la espalda y la brisa se apoderó de mis pezones. Enseguida se pusieron duros al sentir que me había bajado el vestido y había dejado mis tetas al aire para poner sus manos sobre ellas y apretarlas.

—Mmmm… qué divino! Tócame las tetas así, dale así, que rico…

Le dije entre gemidos mientras sentía su respiración en mi oído y eso me encantaba, me ponía más caliente.

Jugó con mis pezones un ratito y luego fue bajando sus manos poco a poco hasta llegar a mis nalgas.

—Levántate y ponme ese culo en la cara!

Me dijo y obedecí enseguida. Dejándole una vista VIP de mi culo y además, de la playa al frente.

—Me encanta ese culito, me lo vas a dar hoy?

—Puede ser jeje. Te lo tienes que ganar!

Comencé a mover mis nalgas mientras estaba en 4 frente a él para provocarle una erección. Luego me volteé y comencé a sentir su verga hinchada.

—Qué rica esa verga! Sácatela que me la quiero comer ya!

Me puse a su lado y comencé a ayudarlo a que se bajara sus shorts.

—Ufff papi que rico, así de dura te la pongo?

Le dije mientras acariciaba su pene lentamente, provocándolo más y más.

—Nada más con verte ese culo y la cara de perra que pones, enseguida se me para!

Y si era verdad, yo no necesitaba hacer ni un mínimo esfuerzo, solo mirarlo con deseo para que se le parara.

Llené mis labios de saliva y comencé a introducir su verga caliente en mi boca. Mmmmm… me la estaba saboreando como nunca! A los pocos instantes, pude tener la boca lo suficientemente lubricada como para metérmela completica.

—Ahhh si mamacita métete toda esa verga anda.

Rodeé su glande con mi lengua y puse mis labios alrededor y hacía pequeñas succiones en su cabeza.

—¿Te gusta como te la chupo?

—Ayyy me encanta verte chupándote esa verga!!

—Ahhh que rico valeee…

Comencé a succionarlo más fuerte y con más deseo por un rato y luego alterné mis movimientos y cantidad de succión cuando me pidió que me acostara frente a él. Me acosté y mientras yo misma me estimulaba los pezones, él se bajó hasta mi vagina y comenzó a besarla.

Por arriba así, por toda la vulva me daba besitos suaves y ricos mientras que con su dedo índice, estimulaba mi interior.

—Tienes esa cosita divina… Te la puedo comer?

—Mmm Siii…

Dije entre gemidos y al instante colocó su cara en frente de mi cosita.

Comenzó con lamidas suaves en mi clítoris para hacer que se fuera hinchando de a poquito. Lo lamía rápido y paraba, pero también introducía sus dos dedos en mi vagina.

—¿Se siente calientica?

Le dije con mi mayor cara de excitación.

—Si mi amor justo como me gusta. Jugosita. Me encanta esa cosita calientica tuya, me vuelve loco… Me gusta tomarme mi tiempo para hacerte venir y luego enterrarte mi verga bien profundo y sádico cómo te gusta!!

Ufff…

Si me gusta el sexo duro y sádico.

—Cómetela toda! Disfruta de esa cuquita es tuya. Ven déjame probarla!

Se acercó y me besó con sus labios repletos de mis fluidos vaginales…

—Ahora síguetela comiendo anda! Me encanta como me la chupas! Y recuerda que si quieres culito, tendrás que ganártelo!

Me tomó en serio y comenzó a chuparme esa cuca sin control. Ay! Pero que rico lo que me excita este tipo!

No tardó en provocarme un orgasmo con su lengua. Rapidito. Solamente me acarició el clítoris y sentí el escalofríos del orgasmo recorriendo mi cuerpo mientras la brisa del mar erizaba mis pezones y escuchaba las olas en un lugar oculto de una playa solitaria a las 9 de la noche….

—Ayyy pero que rico mira cómo me tienes.

Le agarre la mano y la introduje en mi vagina y le dije que me metiera tres dedos, que lo necesitaba. Necesitaba sentir esos tres dedos haciéndome cosquillas en mi interior.

Entonces lo empezó mover de lado a lado y yo le decía que me encantaba lo que me estaba haciendo. Me tenía demasiado caliente.

—Ya me vas a hacer venir papi, síguele dando así que quiero acabar en tu mano!

Mantuvo la frecuencia de sus movimientos y yo me dejé llevar. Acabé en su mano y solté un gemido de satisfacción increíble.

—Ahhh… Que rico! Ahora chúpame el culito si?

Me levantó las nalgas y yo podía sentir como mi cuquita estaba chorreando líquidos pero demasiado increíblemente sabroso. Entonces con su lengua me comenzó a probar el ano, lentamente. Metía solamente la puntica y con sus manos lo abría de par en par.

—Mmm que divino tienes ese culo y apretadito…

Entonces, me lo gané?

Reí y le dije que si, que si se lo había ganado y que ahora me daría un anal frente a la playa.

Pero que siguiera chupándome el culo que me encantaba!

Al ratito, me preguntó que si quería que me lo metiera así mismo en 4 y asentí. Llenó sus dedos de saliva, escupió en su pene y sin pensarlo dos veces, me la metió por detrás.

Mmmm… Qué placer!!

Iba metiéndomelo lentico al principio, para que mi huequito se abriera poco a poco. Pero ya después de un rato, le pedí que me diera más duro.

—Así es como te gusta no? Duro?

—Mmmmjuuu…

Asentí entre gemidos mientras me penetraba el culo sin contemplación.

—En donde quieres la leche mami??

—Échamela toda en el culo. Llénamelo de leche!

Y así hizo. Aumentó la fuerza de sus embestidas en mi culo y luego soltó un gemido fuerte y sentí como todo mi interior estaba repleto de su semen.

Nos quedamos en la misma posición durante unos segundos, con mi culo en 4 goteando leche y su pene adentro de mi expulsando todo su deseo en forma de semen.

Que satisfacción de verdad…

Me cogió como nunca.

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