Hacía dos meses que me habían operado de la matriz y me tocaba revisión con el ginecólogo para ver cómo seguía de la misma.
La relación con mi ginecólogo siempre había sido un poco especial, pues desde el principio me había dado cuenta que le gustaba y atraía como mujer, si bien nunca me había insinuado nada al respecto, pero eso es algo que las mujeres notamos enseguida en los hombres. A mi él me parecía un hombre interesante y tenía para mi, como sucede con todas las mujeres, pienso, el atractivo de su timidez y ello con independencia de la relación de toda mujer con su ginecólogo de por si especial al ser un hombre que conoce todas nuestras intimidades, ante el cual nos desnudamos periódicamente sometiéndonos a una exploración que es la más íntima de todas. Alguna vez había tenido la fantasía de hacer el amor con él en alguna de las visitas periódicas que le hacía.