A los cuarenta y pico he conocido varios matrimonios que desean cumplir sus fantasías, Los swingers no era lo mío pero el trío siempre me gustó.
Yo quería hacer un trío, es más conocia una compañera del laburo que me encantaba, era divorciada sin hijos y se anotaba en todas.
Se me ocurrió plantearlo a Inés, mi mujer, Ella al principio se ofendió porque es muy celosa, No queria una mujer en la cama y tuve que explicarle que no había pensado en ninguna en especial, Pasó el tiempo y una noche estábamos boludeando en la cama en bolas, y de pronto Inés me empezó a tocar y besar.
Trajo el tema en ese momento y me hablaba con voz sexy. – sabes mi amor que me enteré que Darío se divorció, y debe estar muy triste, Mientras tanto me besaba el pecho y su mano se extendía hacia mi miembro. Darío su ex novio pero yo empezaba a calentarme.
– ¿qué te parece si lo invitamos a casa y hacemos un trío con él?
La empecé a besar y tocarle las lolas, sus pezones pedían a gritos una chupada.
Ella me siguió hablando – Gordo, me parece que no es tan mala idea, te pusiste re cachondo…estás muy caliente…
Me subí sobre Inés y cogimos con ganas. Ella estuvo muy sensual esa noche.
Pasaron los días y volvió con el tema. Le dije que Darío corría con ventaja, era su ex novio y no habrá ninguna aventura, sería un re encuentro consentido. , y siempre tuve la idea que se seguían viendo. Ella correría con ventaja en ese trío, No habría nada nuevo, sino un reencuentro. Inés, me escuchaba atentamente y me dijo, que solo sería sexo. ELla estaría tranquila con la elección y yo tendría mi sueño cumplido. NO quería traer un extraño ni un pendejo del gimnasio que yo iba, Esos si que se anotaban en cualquiera, y mi mujer tenía dos que no paraban de tirarle onda.
Lo pensamos un poco y decidimos traer a Darío a cenar. Ella se ocupó de decirle como era todo. Inés se puso un blusa con un escote feroz y una pollerita que muy corta
– No podes estar más regalada, le dije. Ella se reía y se acomodaba las lolas
Hice unas provoletas a la parrilla y no tuve que esperar demasiado, a la segunda copa del exquisito Malbec que trajo Darío,, mi mujer lo estaba abrazando.
Después de la cena,y los chistes,prendí un cigarro y enseguida Inés puso música y sacó a bailar lentos a Darío. EL me miró y yo le guiñé el ojo cómplice.
Bailaron, se abrazaron y enseguida Inés le comíó la boca de un beso.
Las manos de Darío bajaron a la cola de mi mujer y sus dedos pasaron por debajo de la pollera para entrar a la raja del culito parado de Inés. Ella no paraba de tocarlo y besarlo, como si fuera un pendeja y él pasó a abrirle la blusa. En ese momento,mi pija estaba al palo, no podía creer la excitación que me producía ver que se apretaban a mi mujer, ..! Darío ya le había sacado la blusa y ambos estaban listos para coger. Yo estaba curiosamente encantado . Ella le sacó la camisa y pude ver el cuerpo trabajado de Darío, me quedé mirandolo y mi vista bajó al bulto, y de pronto ella me sorprendió mirando a su ex. Me sonrio y empezó a acariciar la espalda ancha de Darío, mientras me miraba sonriendo.
Inés me dijo – ¿viste que lindo está mi ex?
Yo largaba muy excitado el humo del cigarro y mi otra mano entraba a tocarme la pija. Ella se río, lo besó largamente a Darío y le tocó el bulto mientras me miraba fijo a los ojos,
Luego se alejó un segundo de él, vino hacía mi y me susurró – si queres ver más, venite a la pieza.
Se llevó a Darío de la mano a nuestra habitación, ella estaba desnuda y el solo tenía medias y calzoncillo. Pude ver su cuerpo trabajado
Se lo llevó a Dario al dormitorio: Empecé a sentir gemidos y besos.
Mi excitación hizo que tomara otro whisky. Inés gemía a gritos – mas fuerte..
Decidí ir a verlos.
Mi mujer estaba en cuatro. Darío le tenia las nalgas y su pija entraba y salía por el ano de Inés, que gemía de placer. Miré a Darío y vi su culo perfecto y el ritmo de su cogida. Inés se dió cuenta que lo estaba mirando, sonriendo me dijo – vos querías esto mi amor…. ¿te gusta lo que ves? Me sonreía con complicidad
Me senté en el sillón donde estaba la almohada y me empecé a pajear. Darío me miró y se rió,mientras tomó las lolas de mi mujer y la embestía con fuerza.
Unos minutos más tarde, la dió vuelta, la besaba y ella lo abrazaba como una tenaza con las piernas ,la cintura, Darío le acabó adentro, mientras ella parecía extraer leche de sus bolas . Mientras el acababa, se besaban todo el tiempo..
Yo acabé con él y me fui al baño.
Ambos estaban abrazados y se rieron .
Mi fantasía estaba cumplida. A las noches siguientes, Inés me preguntó dos cosas: si estaba excitado con Darío y si podíamos repetir. Le contesté la segunda, luego que me dejes traer una mina a casa.
Ella me dijo – A Darío no te lo presto ni un segundo, es mi macho, y a la mina …te la voy a presentar yo, mi amor.