Soy una mujer casada y disfruto del sexo con mi marido, pero como que necesito sentir otra verga cada tanto, así que siempre estoy dispuesta a conocer a alguien que pudiera hacerme el favor y hoy le tocó a don Gómez el albañil que vino a arreglarme el baño con su sobrino de ayudante.
Me levanté temprano aunque mi marido ya había ido a trabajar y le abrí mi casa a don Gómez, él es un señor como de 50 años, pelado, petizo con una panza de cervecero quien vino acompañado de su sobrino como ayudante un muchacho alto de aproximadamente 38 años y de contextura normal yo estaba con una remerita de algodón sin corpiño color blanco que debido a su transparencia dejaba notar mis pezones enormes y una pollerita de jean sin ropa interior.