Ya más de cinco años rozando el morbo sin llegar al intercambio pleno. Cada roce suponía una sesión de sexo ese día con una excitación inusual. Ella Melisa, de 37 años, pelo castaño, no muy alta y más bien delgada. Yo con 43, también castaño, delgado y dueño de un buen pene, bastante grueso. Días y días de calentura sirviéndonos de la imaginación de lo que pudo haber sido y no fue. Fiestas liberales, playas nudistas, reuniones con amigos, algo de exhibicionismo, etc. Pero nunca un intercambio.