He estado esperando ansiosamente la oportunidad para compartir la inolvidable experiencia que vivimos mi bella esposa Ary, Rodolfo mi amigo de toda la vida y yo, Pepe.
Somos una pareja casada hace más de 12 años y, aunque ya no somos unos jovencitos, mi esposa se mantiene en perfecta forma pues las horas en el gimnasio y la excesiva dieta propia de las mujeres, le han ayudado a mantener un cuerpo que envidiarian cualquier jovencita. Ella mide 1.65 mts, pelirroja, de unas piernas increíbles, y un culito precioso, el cual tarde más de 6 años en poder gozar. Tiene una panochita bien rica y rosadita, muy sensible, la cual le gusta mantener siempre depiladita y muy fresca. Lo único que hasta
hace un año la hacía sentir muy mal eran sus tetas, ya que aunque tiene unos pezones enormes, sus pechos apenas alcanzaban la talla 32A. Yo soy un tipo bastante regular, me mantengo en forma gracias a 1 hora diaria en el gimnasio y caminatas regulares, lo que sobresale de mi es una verga gruesa y venosa, con una cabeza del tamaño de una pelota de tenis. No es muy larga (18 CMS), pero lo grueso lo compensa con creces (eso me ha dicho más de una mujer).
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