Terminé follándole el culo a mi suegra porque estaba necesitada y tuve que ayudarla dándole mi pene por todo su culo caliente. Tengo una suegra muy molesta y vive conmigo y mi esposa. Es demasiado mayor, pero todavía tiene un buen culo grande. Digo esto porque una vez la pillé cambiándose de ropa y hasta me emocioné al ver ese culo blanco tan grande.
Y un día, mientras caminaba por el pasillo de nuevo, atrapé a la vieja traviesa metiéndose un consolador muy grande dentro de su culo. Me volvió loco y me emocioné mucho. Juro que no podía dejar de pensar en esa escena. A pesar de ser vieja, mi suegra tiene un hermoso trasero, muy grande y aún sin arrugas. Me volví loco viendo a esa vieja burlándose del consuelo en su culo.
Entonces, al día siguiente, mi esposa fue a trabajar y le dije que estaba enfermo y que me iba a quedar en casa. Solo yo estaba realmente genial, lleno de salud y deseo por la madre de mi esposa. Fui a la habitación de mi suegra y ella estaba allí, acostada en la cama, leyendo un libro. Y yo actué, saqué mi pene y llegué golpeándola en la cara.
Le comí el culo caliente a mi suegra rabiosa
La anciana estaba muy contenta con mi pene duro abofeteándole la cara. Hasta que lo cogió y se lo metió en la boca, me hizo una mamada deliciosa. Me chupó toda la polla y la estaba chupando muy lentamente haciéndome enloquecer de placer. Realmente fue una hermosa mamada que casi me hizo correrme.
Luego la cargué en la cama y comencé a besar su boca. Ella sacó sus grandes tetas y las frotó en mi cara y luego me emocioné y comencé a penetrar el coño caliente de mi suegra. Y ella gimiendo sabroso con mi pene entrando a todo vapor dentro de su coño.
Después de mucho meterme en el coño caliente de mi suegra, llegó el momento de follarle el culo. La traviesa estaba a cuatro patas y yo estaba frente a ese culo gigante. Se frotó un poco de aceite lubricante en el culo y me pidió que empujara todo mi pene dentro de su ano. Fui con todo y penetre mis 22 centimetros de polla dentro del culo de mi suegra.
Dejé el viejo todo abierto y asado. Tuvo que inventar una excusa para mi esposa porque cojeaba. Mi esposa incluso quería llevar a mi suegra al médico. Pero ella no quería ir porque no tenía que hacerlo. Su dolor era bueno y la perra estaba loca por volver a sentir ese dolor dentro de su culo caliente. Y el otro día ella quería desesperadamente que la extrañara de nuevo para follar su culo caliente. La anciana era adicta al sexo anal.