Siempre tuve la fantasía de explorar mi lado bisexual. Nunca había tenido la oportunidad de cumplir una fantasía que tenia en mi cabeza hacia mucho tiempo. Hasta que un día, sin buscarlo, apareció la persona indicada. Esto ocurrió hace ya un poco mas de un año. Tenía 28 años y vivía en un edificio en la zona centro de Santa Fe capital. Una tarde veo que el depto de al lado se estaba ocupando. Hacia unos meses que la pareja de ancianos se había mudado al interior de Sta Fe. Al otro día, por la tarde, al llegar de mi trabajo ya estando en mi depto, escucho que golpean la puerta. Al abrir me encuentro con una mujer de unos 45 años que se presento como Analía, mi nueva vecina, y me pregunto que como ella se quedaba en el depto por dos semanas para dejarlo en condiciones hasta que su hermana y cuñado vengan a instalarse, quería pedirme si
podía colgarse de mi conexión de cable así ella podía ver tele esos días. Obviamente le dije que si y arreglamos para al otro día y una vez que compre las cosas que le dije, lo hagamos. De Analía les cuento que era una mujer linda. Nada del otro mundo. Cuerpo normal, linda de cara, pero castaño ondulado, y un físico mantenido por gimnasia. Lolas medias y una cola que parecía estar en su lugar. Al otro día hice la instalación y ella me despidió con un agradecimiento por mi tarea. Al otro día, sábado, al medio día me golpean la puerta. Era Analía que en forma de agradecimiento por mi trabajo del día anterior, me regalaba una caja de alfajores Havanna. Todo bien hasta ahí. Pasaron un par de días y nuestra relación no pasaba mas allá de un hola y un
adiós cuando nos cruzamos en el edificio. Pero una tarde a mitad de semana, me golpean la puerta. Era Analía que se había quedado sin café y me pidió que le preste un poco. Me entrego una tacita la cual se la llene y cuando se la día, me agradeció con un beso que rozó mis labios, acompañado por una sonrisa angelical. Quedé pensando en ese beso y me dispuse a comprobar hasta donde era esa insinuación. Mas tarde ese día, le golpee la puerta a ella pidiéndole si tenia azúcar, que esta vez era yo el que nesecitaba algo. Me dio una bolsa recién abierta, me dijo que saque lo que necesite y después en otro momento se la devuelva. Nos despedimos nuevamente con agradecimiento y beso, esta vez mas pegado a los labios que la mejilla. Saque un poco de azúcar de la bolsita, me bañe a mil esperanzado que las insinuaciones se hagan realidad y volví a
devolverle la bolsita de azúcar. Esta vez al entregársela y agradecerle, me jugué a todo o nada y fui directo a sus labios, lo cual ella no trato de impedir. Fue un pico de 2 segundo, que pareció eterno, nos miramos y ahí mismo, nos confundimos en un beso largo y sensual. Entré a su depto besándola y abrazándola. Una vez que estábamos parados frente a frente me confeso que le había gustado mucho desde el primer momento que me vio. Lo mismo le dije yo. Seguimos besándonos con delicadeza y ternura, como me gusta a mi y a ella se ve que también le gustaba. Me decía que besaba muy bien. Le pregunte, susurrando a su oído, que quería hacer, que le gustaría….? A lo que ella contesto también susurrando, – No se,…. Quizás lo que te diga te caiga mal…-. Le dije que me cuente por favor. Y ella abrazándome me susurro al oído. – Me encantaría penetrarte…, que seas mía…, mi mujer,…mi nena…-. Mi corazón empezó a palpitar a mil. No podía creer que lo que estaba
dando vueltas por mi cabeza durante mucho tiempo, se estaba por cumplir. Tome coraje y con mucha vergüenza, le dije que si, que aceptaba su propuesta. Me pidió que le de una media hora para que ella se bañara y se preparara. Volví a mi depto con un entusiasmo enorme. Los minutos no se pasaban mas… era increíble. Hasta que después de 45 minutos (le di 15 más por las dudas) me presente en su depto. A todo esto, en ese interin, yo también me prepare un poco. Depile mis zonas genitales y mi cola, que igualmente no tenia nada de pelos, pero por las dudas. Quería tener una pielcita de bebe. Analía me recibió con una bata celeste que le llegaba hasta arriba de las rodillas. Me invito con una copa de vino y me dijo que me quede tranquilo y que no haga nada, que ella se ocuparía de darme una noche inolvidable. Empezamos a besarnos
muy delicadamente, con dulzura. Ella acariciaba mi cuerpo y de a poco fue sacándome la ropa hasta que quede totalmente desnudo. Ella no se quitaba la bata pero se veía que no traía nada debajo. Me besaba por todo el cuerpo y me dijo que me arrodille en el sillón dándole la espalda, que me incline y apoye mis brazos en el respaldo. En ese momento sentí como ella empezó a besar mi espalda y llego a mi cola, besaba y a la vez mordía despacio mis cachetes. Con sus manos acariciada mi espalda y piernas. En un momento, con sus manos separo mis nalgas y empezó a besarme y jugar con su lengua en mi ano. Me pasaba la lengua por esa zona lo cual me excitaba enormemente. Separaba bien mis nalgas y metía su lengua en mi ano, tratando de penetrarme. Yo volaba. Acto seguido y mientras seguía jugando con su lengua, sentí como uno de sus dedos se adentraba en mi cola. Lo hacia entrar y salir despacio, lubricado por su saliva. A mi me encantaba. Una vez que mi ano se acostumbro, fueron dos los dedos y hasta tres. En todo ese tiempo, no toco mi pene, para nada. Acto seguido, me invito a su cuarto en donde note un aroma a vainilla y varias velas prendidas, creando un ambiente delicioso. Me hizo recostar en la cama boca abajo y empezó a besar mi espalda mientras
apoyaba su pelvis en mi cola. Siguió bajando hasta llegar nuevamente a mi cola. Separo mis piernas, me tomo por debajo de mi panza y me hizo poner en cuatro. En ese momento se sacó la bata. Logre verla de reojo y vi que sus pechos tenían forma de gota y sus tamaños eran medianos y su físico era normal. Lindo a la luz de las velas. Su vagina mostraba una perfecta y completa depilación. Eso me enloqueció. Al ponerme en esa posición, me apoyo con su vagina y empezó a moverse como si me estuviese penetrando. Ella empezó a gemir de placer y sus movimientos se aceleraban. Separó mis nalgas para poder apoyar su vagina ya húmeda de excitación en mi ano. Sentía su calorcito y su vagina en mi ano, lo cual me excitaba con locura. Ella no me tocaba el pene y no dejaba que yo me lo toque. Solo me preguntaba si estaba bien y si me gustaba. Yo le decía que SI!!. Ella se vino por primera vez. En ese momento me pidió que me suba a ella y separe mis nalgas con mis manos y apoye mi ano en su vagina. Comenzó con movimientos de vaivén simulando que me estaba haciendo el amor. Sentía en mi ano el rose de sus vagina húmeda y que a esa altura había incrementado su
tamaño. Estaba bien dilatada por la excitación que tenia. En voz baja me decía… – que hermosa cola que tenes mi amor – Me encantaría estar dentro tuya y hacerte el amor toda la noche- Yo mientras tanto jugaba con sus pechos acariciándolos y entreteniendo mis dedos sus ya totalmente erguidos pezones. Me pidió entonces que le haga sexo oral. Me dispuse a colocarme frente a ella, pero acomodo mi cuerpo para que nos quedemos formando un 69. Ella debajo mío. Mientras yo jugaba con mi lengua en su vagina y clítoris, ella jugaba con la suya en mi ano y a la vez me penetraba con sus dedos. Mi lengua acariciaba sus labios vaginales los cuales tenían un color rosado y estaban totalmente abiertos. Los besaba delicadamente. Con mis dedos separe bien la parte superior de los labios para dejar al descubierto su clítoris que estaba erguido en espera de que mi
lengua jugara con él . Uno de mis dedos penetro en su vagina y comencé con movimientos suaves y delicados hasta que sentí que se venia por segunda vez. Después de 5 segundos de su ultimo ahhh…me pidió que me ponga nuevamente en 4 y que no espíe. Escuche que sacaba algo de su mesita de luz. Me pidió que recueste mi cabeza dejando mi cola bien abierta y a la altura de su vagina. Sentí entonces unos besos y luego que con sus dedos, untaba mi cola con un gel lubricante. Preparó mi ano penetrándolo con un par de dedos, moviéndolos despacio y con delicadeza. En eso sentí que algo se apoyaba en el medio de mi ano, me di vuelta y con grata sorpresa ví que Analía llevaba puesto un arnés con un consolador adaptado. Me dijo que no me preocupe que no me iba a doler y si era así que le avise. Sus intentos por adentrarme eran suaves y delicados, intentado penetrar en principio la punta , hasta que de a poco mi ano fue abriéndose y recibiéndolo con amor. En un momento sentí como entro la cabeza y de a poco empezó a entrar todo. Sin darme cuenta y por que Analía me dijo, ya lo tenía todo adentro. Comenzó a hacerme el amor, despacio, con dulzura. Sentía como ese pene artificial entraba y salía de mi cola. Yo gemía de placer y ella de pasión. Me
preguntaba. – Te gusta mi amor? – Te gusta que te coja así, mi vida, mi nenita?- Yo le decía que si, que no pare. Dentro mió era todo una mezcla de locura, pasión excitación, deseo, TODO. Empezó a moverse mas rápido y a hacerme preguntas como… queres mas, queres que te coja toda?. – Si Si, le decía, cojeme así mi amor -. Hasta que en un momento ella acabo por tercera vez. A todo esto yo quería acabar y le preguntaba cuando me tocaba a mi. Espera, me decía. Saco su miembro plástico dentro mió y me invito a subirme a ella. Lo cual hice. Ella sujeto firme el consolador, dispuse mi ano para recibirlo, y de una entro todo. Subia y bajaba como cabalgando sobre ella. Ella me pidió que le bese los pechos y muerda despacio sus duros pezones. Después de un rato de esa posición, me dijo que me recostar boca arriba, coloco una almohada debajo mío y dispuso mis piernas en sus hombros. Me penetro y empezó a moverse y a decirme cosas como. – Así me gusta mi amor, mi putita, que goces-… Te gusta…? Queres que siga?- Eso me volvía loco. Yo le pedía por favor que me masturbara para poder acabar. No daba más… – Espera un ratito mas por favor mi amor – me decía. En eso, se saco el arnés y saco del armario un consolador de dos puntas. Ella se metió una y me metió la otra
a mí. Estábamos los dos en posición perrito con nuestras colas enfrentadas. Empezamos a movernos y sentir como a los dos nos penetrada tan hermoso juguete. Ella se vino una vez mas y yo que quería venirme. En ese momento, nos dimos vuelta y en la misma posición anterior, yo con mis piernas en sus hombros, me penetro con una punta del doble consolador y ella se penetro con la otra y con su mano movía el juguete para penetrarnos a ambos. Yo no daba mas, le pedía por favor que me haga acabar, necesitaba explotar de pasión y poder descarga ese ansia de poder terminar. Ella se veía muy excitada y con ganas de seguir. Ya hacia como una hora o dos, ya había perdido el tiempo que estábamos disfrutando los dos de tan hermoso momento. Pero comprendió que mi necesidad era tal que me dijo que ahora me tocaba a mi acabar. Volvió a colocarse el arnés, me penetro, se puso un poco de gel lubricante en su mano y mientras me penetraba, me empezó a masturbar muuuuuuuuyyyyyy suavemente. Mi pene erecto estaba a punto de estallar. La sensación de cómo me masturbaba y a la vez me penetraba, era única. No quería que ese momento acabe, pero la naturaleza física pudo mas y en cuestión de unos pocos minutos de tal disfrute, mi pene estallo y acabe en sus manos.
Una vez que ya había terminado, sin sacarme el consolador, se inclino para besarme y siguió moviéndose hasta que ella y por cuarta vez acabo también. Nos quedamos recostados un rato comentando lo lindo y espectacular que lo estábamos pasando. Ella me decía que yo era muy dulce y que le encantaría repetir una noche como esa. Le dije que si, que por favor lo hagamos nuevamente antes de que ella se fuera, lo cual era en unos 2 o 3 días, pero con la condición que la próxima vez yo también la penetre con el arnés. Nos levantamos, nos bañamos los dos juntos, tomamos unas copas de vino, me fui a mi casa quedando de vernos a los dos días, uno antes que ella se fuera. Y fue así como esa noche la recuerdo con gran emoción porque fue una o la mejor experiencia de mi vida. Como les comente a los dos días volvimos a encontrarnos y a
realizar todo lo que les conté anteriormente y claro, que yo la penetre con el arnés. Analía volvio a Venado Tuerto, estuvimos en contacto vía mail, contándonos de todo hasta que de a poco la relación se fue apagando. Yo me puse de novio y dejamos de mandarnos mail tan seguidos. Pero nuca la voy a olvidar a Analía quien no solo cumplió mi fantasía sino que además fue espectacular. Disculpen si fue muy largo mi relato, pero me encanta contarlo con lujo de detalles. Espero que les haya gustado y si hay alguna mujer que le guste penetrar a un hombre, con delicadeza y un toque de dulzura, por favor escríbanme. Muchas gracias a las que les guste este relato. Besos. Damian. [email protected]