A mi hermano pequeño le hicieron una fiesta de cumpleaños, llegaron todos sus amigos, amigos de la familia y varios tíos y tías, por mi parte solo invite a mi novia de ese tiempo: Mónica.
La fiesta estaba muy divertida para los niños, pero yo no paraba de ver las piernas de mi vieja, llegó con un vestidito floreado que le remarcaba sus tetas, un sujetador blanco, no traía medias y unos zapatos negros de tacón que se le veían super bien, Moni tenía en ese momento 18 años y en verdad que estaba bien rica.
Ella es delgada, blanca, cabello lacio, mide 1.65, tiene un par de tetas grandes y bien formadas, sus nalgas son normales y estaba bastante piernona, entre juego y juego, el pastel y la celebración no veía la hora de irme a coger a mi vieja, noté que uno de mis tíos se le quedaba viendo y me dijo que mi novia estaba muy guapa.
Moni me pidió ir al baño, el de la sala estaba ocupado y le pedí que pasara al de mi cuarto, Moni ya sabía a que íbamos, al cerrar la puerta de mi cuarto puse el seguro y comenzamos a fajarnos bien rico y me dijo “¡Métemela! ¡Ya métemela!”.
Rápidamente saqué los condones de mi mochila, me quité el pantalón como pude y puse a Moni de cuclillas en el piso de mi cuarto ya que había alfombra, coloqué el condón y que le meto la verga, Moni solo empezó a gemir y me dijo “¡ya era hora! ¡dame verga!”.
Yo estaba encantado pues ese día en especial, Moni se arregló y se veía riquísima, ella lo sabía y creo que eso le calentaba la pucha… Moni no se desvistió, de echo no le quité nada de ropa y estaba enculada hacia mí con todo y sus zapatos, yo le subía el vestido para que no se manchara de sus flujos y hacía de lado su calzón para poder cogérmela rico.
En la sala estaban mis tías, primas, primos, papás, hermanos y yo estaba en mi cuarto dándole verga a mi vieja como a las 4 de la tarde.
Moni empezó a gemir y se comenzó a bañar de la conchita, yo estaba extasiado y tocaron la puerta de mi cuarto, Moni dijo “no abras y sigue cogiéndome que ya me voy a venir”. Como a los dos minutos tocaron más fuerte y mi papá dijo mi nombre preguntando “¿estás ahí?”.
Yo respondí: “¡voy! ¡voy!”, pero tenía la verga dentro de Moni, ella me decía en voz baja “¡ya viene! ¡No pares! ¡No pares!”. Mi papá seguía tocando y ya se escuchaba molesto, me pregunto “pues ¿qué haces?”.
Yo gritaba “¡ya voy!” y observé como caminó mi papá para la sala por la sombra de la puerta.
Moni empezó a golpear la alfombra y me dijo “¡me estoy viniendo amor! ¿sientes?”… “¡ya termine! ¡que rico!”. Solo de ver la cara que puso me vine como a los diez segundos y la tomé bien fuerte de las nalgas para gozar a mi novia.
Al terminar rápidamente saqué mi verga y me levanté para ponerme el pantalón. Moni se levantó como pudo y pasó al baño para peinarse pues estaba toda desfajada.
Salí del cuarto para buscar a mi papá que estaba molesto conmigo y me pidió que trajera unos refrescos.
Le dije que estaba en el baño y dijo “bueno, pero no tardes ¿si?”.
Regresé a mi cuarto por Moni, ya estaba más repuesta y me dio un beso, yo todavía traía el condón puesto y me dijo que le había encantado la cogida, me preguntó si me habían regañado. Le dije que ya todo estaba arreglado y que en la noche quería cogérmela hasta que ya no pudiera, ella se rio y me dio un beso.
Salimos de mi cuarto como si nada y fuimos a la tienda. Ese día en la noche recuerdo que la llevé a su casa tarde y como no había nadie me la cogí como tres veces en su cama, con ese vestido se veía riquísima y no daban ganas más que de estar dentro de esa preciosa mujercita de 18 años. Ella sabía que llamaba la atención, pero se hacia la desentendida.