Los días siguientes al trío inesperado con mi amigo, mi pareja algo incómoda me preguntaba qué había pasado. Yo, también algo incómodo, evadía la conversación. Luego no volvió a tocar el tema.
Retomé el contacto con mi amigo luego de un par de semanas, sin mencionar lo sucedido. Tampoco nos volvió a visitar por un tiempo.
Había pasado algo más de un mes, y mi pareja mencionó que le parecía raro que mi amigo no había vuelto a visitarnos. Le respondí que seguramente estaba muy ocupado con su trabajo.