Cogida por mi profesor

Mi nombre es Ana Gabriela, aunque en la vida galante, me conocen como Livia Drusila, dicho nombre artístico, lo elegí para rendirle tributo, a la Legendaria Emperatriz Romana; Livia Drusila, quien fue una de las mujeres más importantes de dicho imperio, inteligente, cautivadora y sumamente bella, se dice que fue la mujer más hermosa de la Eterna Ciudad, verdaderamente, una Diosa. En consecuencia, decidí usar su nombre, lo cual es un honor y representa una responsabilidad. Yo soy hermosa e inteligente, digna representante, de la escuela de Livia. Soy de nacimiento guatemalteca pero mexicana por adopción, ya que llevo años viviendo en la capital de México, por negocios de mis padres, siempre estuvimos entre estos dos hermosos países. Tengo 20 años, nací el 12 de octubre, fecha simbólica por el denominado encuentro de dos mundos.

Soy de una estatura alta, mido 1, 72 cm, soy muy hermosa, tez blanca, lindas caderas, un vientre plano, y una cinturita que enloquece a los caballeros, mis largas piernas, herencia de mi madre, son un encanto, mis senos son pequeños pero lindos, tengo buen glúteo y cabello negro. Para mi fortuna herede la belleza de mi madre. Algo que también heredé o mejor dicho aprendí de mi señora madre, es saber utilizar mi belleza, sacarle el mayor provecho, adornarla, con buena vestimenta, lencería, zapatillas, accesorios de oro y plata. En consecuencia, me gusta vestir provocativamente, con mini faldas, vestidos, blusas que dejan al descubierto mi ombligo, y escotes llamativos, me fascina vestirme de colegiala y otaku, por lo tanto, no pasó desapercibida, me encanta que me miren con deseo, aunque tengo mi novio, me gusta divertirme con los caballeros, domar y que me domen sementales, y porque no decirlo también mujeres.

Algo que aprendí en la vida, es que una belleza debe ser acompañada con inteligencia, por lo que me esforzado, a estudiar, y prueba de ello, es que estudio dos licenciaturas, una presencial y otra en línea. Estudio en el Centro Universitario Metropolitano CUM – Universidad de San Carlos de Guatemala y en la Universidad Autónoma Metropolitana. Soy estudiante de Neurocirugía y Nutrición, en dichas instituciones, respectivamente. En consecuencia, al estar en el área de salud, constantemente acudo no solamente a la Universidad, sino también a hospitales, por lo que interactuó con mis maestros y también con el personal de salud.

La noche, del 1 de marzo de 2022, me alistaba para irme a dormir, cuando me llego un correo del profesor Rafael, el mensaje, decía lo siguiente; “Ana Gabriela te espero mañana jueves 2 de marzo, en el cubículo A 326, a las 20pm, para indicarte las instrucciones de tu próxima práctica, a las 20pm, es el único horario que tengo disponible espero entiendas. P.D. También para vacunarte contra el COVID. Esto último me resulto extraño porque yo tengo los refuerzos de la vacuna, pero no le di importancia. Imagine que se equivocó, pues al ser médico de profesión y docente de vocación, sabia que era el encargado de administrar dosis contra el virus, por lo que posiblemente me confundió.

El día jueves 2 de marzo, acudí a la Universidad, vestida de colegiala, mini falda color negro, un top negro que dejaba al descubierto mi lindo y plano vientre, asimismo mis hombros y brazos, mis calcetas negras, a la altura de las rodillas acompañada de unos zapatos de tacón negros, y lleve una chamarra de mezclilla color azul, por último añadí un plug anal dorado de color negro la tapa, me encantaba andar con un plug por el transporte público, y también en la escuela. Francamente me veía espectacular, estaba muy sexi mi atuendo y me percate desde porque desde que salí de mi casa el esposo de la amiga de mi mamá no pudo evitar voltear a ver. Inmediatamente, subí al metro, el cual fiel a su costumbre iba muy lleno, para mi fortuna, un caballero joven, se me arrejunto y me dio unos arrimones de verga muy ricos, y al bajar alcanzo a manosearme, lo cual me excito. Durante el día, todo transcurrió normal, vi a Darío, mi novio, tuvimos una sesión muy rica en el jardín de la facultad, de besos, caricias, arrimones y abrazos, todo muy apasionado, pero no llegamos al acto. Pues Darío, tenia que acudir a una entrevista para poder realizar su servicio social, él se despidió de mi a las 18pm, no me di cuenta y se llevó mi chamarra. Francamente ya quería irme a mi casa, pero tenia que esperar al maestro, ya que necesitaba saber las actividades de mi próxima práctica.

Finalmente dieron las 20pm y acudí al cubículo, que me señalo el profesor, me sorprendió un poco el por qué no me cito en su cubículo asignado. Cuando llegue sigilosamente toque a la puerta -Adelante, se escucho la voz del maestro. -Buenas noches profesor- Respondió, Buenas noches, Ana Gabriela, cierra la puerta, pasa por favor y siéntate. -el profesor Rafael, era simpático, alto, delgado, moreno y de unos 40 años aproximadamente- justo al sentarme cruce mis piernas de una manera sexi. -no tienes frio, me pregunto, vienes sin chamarra- le dije, que no, hace mucho calor, ya estamos cercanos a la primavera, y él replico, tienes razón, este calor, es muy ardiente. Comenzó a explicarme las actividades que debería llevar a cabo, y minutos más tarde me di cuenta de las constantes miradas del profesor a mi persona. Especialmente a mis piernas, no me había percatado, que al cruzarme las piernas la mini falda se subió y en consecuencia, estaba enseñando todas las piernas, muslos y sin duda las diminutas pantaletas que cubrían mi vulva. Sin duda el profesor se estaba deleitando la pupila con la parte de mi cuerpo que por lo general cubre mi vestimenta. Mi primer impulso fue querer bajar las piernas y acomodarme la minifalda, pero me contuve para que el profesor no se viera descubierto y se sonrojara para que no pensara que soy la clásica alumna “acosada» o «persignada» que se escandaliza porque le han visto la ropa interior, ya que cuando se usa ropa tan corta se está expuesta a eso y más. Así que sostuve mi pose para deleite del profesor, además de que aquella situación me estaba poniendo un tanto cachonda.

Nuestras miradas se cruzaban de vez en vez y yo intentaba poner cara de ingenuidad y al mismo tiempo de estudiante intelectual. En dos o tres ocasiones le sonreí con coquetería y el solo me miraba guardando la compostura digna del profesor, pero sus ojos me miraban como correspondiendo a mi insinuante sonrisa. Sonó su celular, y se levanto a contestar, cual fue mi sorpresa, que Rafael, ya tenia una tremenda erección que su pantalón no podía ocultar, -wow- me dije a mi misma, se ve gorda y dura como la tendrá, me preguntaba. -sin darme cuenta, ya estaba con la lujuria al máximo, y un fluido vaginal se asomaba en mi cuerpo. El profesor colgó y continuo explicando de pie, él no se había percibido de que su miembro lo había traicionado, cuando dijo, terminamos Livia, -disculpa que te haya citado a esta hora y en este cubículo pero es para que estuviéramos mas tranquilos, con una voz tierna le dije no se preocupe maestro, bueno hasta mañana, me disponía a salir, cuando me detuvo.

Ana Gabriela, espera, falta tu vacuna -yo sorprendida, le dije: Profesor, se equivoco yo ya cuento con los refuerzos, él respiro profundamente y dijo no, te falta una -estaba sumamente sorprendida- y le dije: no lo entiendo. Rafael se acercó a mí, cerro la puerta con pasador y dijo: te falta esta mamacita, y me restregó su miembro erecto en mi cuerpo -le dije, deténgase o gritare- sonrió, y grite, pero me tapo la boca. Espera hermosa, se que te gusta la verga, si tu eres tierna conmigo, yo te ayudare a que tus calificaciones sean excelentes y lo mejor te echare la mano para que encuentres trabajo en el hospital que desees, ¿Qué opinas? – me quito las manos de su boca- estaba sorprendida y excitada, -le dije muy seria, yo puedo conseguir buenas calificaciones y un trabajo sin su ayuda- el sonrió y puso su mano en muslo, que rico se ve todo esto, -la lujuria me gano- y lo mire, fue cuando el entendió, que había ganado y que tenía mi autorización para cogerme.

Lo tome del cuello y lo bese muy tiernamente para después apasionadamente, mientras el tocaba con sus grandes manos mi suave piel, -bajo los besos a mi cuello, después a mis hombros descubiertos, y finalmente coloco su mano en mi vagina, -mira nada más que caliente e inflamada, se encuentras- muy hábilmente, metió sus dedos en mi panocha, la cual ya tenia fluidos -mamacita, mira como estas bien húmeda- poseída por la lujuria le dije: así me tienes amor- nos besábamos de pies, mientras metía sus manos por debajo de mi falda y tanga, me cargo me llevo a la mesa, quito las cosas, y empezamos a fajar y besarnos muy rico, -yo le agarraba su verga, la cual parecía iba a reventar el pantalón, me abria las piernas para acariciar mis muslos, y sumamente manosear mi panocha, me dijo: desde el primer dia de clases, me encantaste, tus atuendos son sexis y provocativos, tu cruzado de piernas, te gusta alborotar a los hombres, que rica estas.

Me dijo- sabes cuantas he acariciado mi pene, pensando en ti, ahora quiero que tu me lo hagas, se ve que te encanta- inmediatamente, le quité la playera y quedé sorprendida no pensé que su torso superior estuviera tan bien formado. Acariciaba su pecho y lentamente bajé hasta que llegué al cinturón, bajé su pantalón y debajo del bóxer había una verga dura, gruesa, prieta y grande, aproximadamente unos 18cm, aunque tenía un fuerte olor a pescado jaja, pero no me importo y sin pensarlo, comencé a darle una mamada. Chupe su pene de la base a punta, lo masturbaba mientras pasaba mi lengua por la punta de su verga circuncidada, succionaba ligeramente mientras sentía sus manos en mi cabello. Lo jalaba y comenzaba a meter más profundamente su verga en mi boca. –uufff que delicioso los haces Gaby, continua—después ingrese mi lengua en su frenillo, lo que lo hacia gemir, posteriormente, baje mi boca, agarre con fuerza sus testículos y me los metí a la boca -increíble, Ana, eres mas fantástica de lo que pensábamos- saque sus bolas de mi boca y le dije, pensamos, quienes piensan eso, a lo que respondió los maestros de la facultad, platicamos sobre tus provocativos atuendos, respondi: desgraciados y le mordí los huevos, como símbolo de enojo- senti, escurrir en mi lengua, tantita leche, por lo que Rafael, me levanto y me beso.

A continuación, él se puso de rodillas, y me subió la falda, y quedando frente a mi tanga negra, la beso, la bajo y comenzó a lengüetearme, muy rico -aaa, ay que rico, sigue maestro- comenzó a chupar y tocar el clítoris- estas deliciosa, mi amor, que rica papaya, tienes- decía esto mientras me mordía muy rico –aaaa despacio, me dolió—pero te gusto—asi siguió mamándome la vagina- que rica panocha, esta rosadita, bien depilada- que envidia de tu novio, que se la come cuando, quiere- comenzó un frenesí de lujuria, gemía muy fuerte, Así, ahhh…- era lo único entendible que salía de mi boca. Irremediablemente gemía con mucha fuerza y aumentaba mi respiración, pegaba su boca a mi vagina, la combinación de su lengua en mi coño era como mezclar placer con dolor, hasta que sentí, escurrirme tuve mi primer orgasmo -aaaa, que rico, decía, mientras me mordía los labios- que ricos son tus líquidos- agito mi concha con su mano y los llevo a mi boca para que le chupara sus dedos que estaban llenos de mis fluidos.

Me coloco al borde del escritorio, abrió mis largas y blancas, piernas, puso sus manos en mis muslos los apretó y de ahí me agarraba para cerrarlos y luego abrirlos, su miembro, hizo un pequeño movimiento hacia arriba, era lindo ver como ese pene se movía solo, inmediatamente lo coloco en mi clítoris e hizo que se rosaran, parecía un careo previo al duelo, y de un solo golpe introdujo todo su miembro -aaa que rica verga, tiene profesor- mi mini falda, se movía violentamente, al ritmo de la penetración, y él la tomaba, que rica faldita, mi vida, con ella quiero cogerte muy duro. Aquel falo poderoso me penetro y me hizo gemir, aaah así así, no la saques, empuja más aaa, gemía, mientras me besaba, nuestros labios se mordían, me agarraba de mi diminuta cintura y empujaba, y eso me hacía sentir el pene en lo más profundo de mi vagina, inmediatamente me dijo que bonitos zapatos para tenerlas de aretes, por lo que subió mis largar piernas a sus hombros y me penetraba, despacio y luego de un solo empujón me metía todo su miembro. Me dejaba caer todo el peso de su cuerpo, empujaba para metérmela más, para partirme en pedazos: ¡era delicioso! Me levantaba las piernas, me las separaba, con fuerza, hasta causarme un dolor de placer, y luego se acomodaba y me la dejaba ir, hasta el fondo, con fuerza, con saña, con mucho ardor y placer. Me sacaba su verga; la frotaba contra de mi clítoris, me la paseaba por encima de mis labios vaginales, los recorría sin meterla y luego, de repente, ¡me la clavaba de nuevo! ¡Qué verga!, ¡que rica manera de coger! ¡que rico, me estaba vacunando el profesor!

Por la intensidad y lo caliente que estábamos no usamos preservativo, Me tomo de mi rica y diminuta cintura y empujo bruscamente – aaaa… me duele… despacio, por favor… – pero el profesor no se apiadaba de mi y decía: toma zorra de mierda… Acostúmbrate, porque quiero follar contigo cada semana. Sentía horrible, como si me estuvieran desgarrando las paredes de mi interior. Cada embestida que me daba era más fuerte que la anterior. Después de unos instantes, podía sentir que algo caliente salía de mi sexo –Mira nada mas ya estas desbordando tus juguitos putita, toma putita, toma. – ay, que rico, ay sigue, aaaa… Ahh… por favor… deténgase… Me duele… Pero a él no le importaba, él seguía dándome más y más, yo trataba de quitármelo, pero era imposible. Al poco rato el dolor comenzaba a disminuir y en unos instantes yo también estaba muy excitada. -ohhh si preciosa… mmm… que rica estas… Sentía como su verga se inflaba dentro de mí y la excitación se apoderó completamente de mí y comencé a gemir cada vez más fuerte, eran los momentos de excitación que hacían que me olvidara de poner resistencia y hacían que me entregara al placer.

De pronto empecé a escuchar que el profesor comenzó a gemir también. – sí… mamiita… Siii. ohhh. Toma… toma… Ummm… Ahh… literalmente, podía sentir como su pene vibraba dentro de mí – Toma putita, eso es lo que te ganas por ser tan sexy, eres una ninfomana… Como me moría por romperte la concha rosa que tienes… Ufff, que rico se siente follarse a una alumna como tu… Ummm… Estaba inmovilizada por la tremenda cogida que me estaban dando. Su enorme y prieto miembro me provocaba dolor y literal sentía fue como si me desgarraran por dentro estuve inmóvil por unos instantes hasta que el apretando mis pezones me hizo levantar de nuevo y después volvió a sacar su pene y lo ingreso a mi vaina, esta acción la hizo unas 10 veces, así una y otra vez acelerando el ritmo cada vez más. El placer que sentía era maravilloso, gritaba como loca al sentir como entraba y salía su pene de mi vagina mientras me seguía besando mis senos y cuello con tanta pasión y amor, ¡Más, más al fondo, métemela más adentro! Era yo muy insaciable, anhelaba que nunca terminara de hacerme el amor, sentía que su verga era de fuego dentro mi vagina. Mis gemidos deben a haberse escuchado en todo el edificio, pero al ser ya las 22pm, no había alumnos ni docentes, por lo que podía gemir como perra en celo.

Enseguida, Rafael se acostó en el escritorio y me subí para montarlo en la posición de vaquera. En consecuencia, me puse encima de mi maestro y frente a él. A la primera montada me ensarte todo su miembro, ¡Aaaa… mi amor! Esta posición me otorgo el control del acto y favoreció el frote de mi clítoris con el pubis de mi profesor, mientras él me besaba ardientemente y lo alternaba con besar y morder mis pequeños senos. Posteriormente, me puse en cuclillas y mis tacones, le dieron una altura perfecta, para darme unos ricos y deliciosos sentones, dijo Rafael-quiero que coger tu ano- se levantó y desprendió el plug dorado que llevaba -en serio, que eres una tremenda puta, asi acudes a la universidad, con un tapón anal, eres increíble- y yo le di un espectáculo, mira como muevo mi plug—mi culo comenzó hacer pucheros, como si fuera mi boca con un chupón- wow sublime, dijo Rafael- Nuevamente, se volvió acostar, pero esta vez en su miembro penetro mi ano, mientras el docente estimulaba mi clítoris y los senos con las manos» ¡Aaaaa, mi amor que rica verga! Mientras él me decía, gracias, por esta cogida maravillosa, es mejor de lo que había soñado cuando me masturbaba pensando en ti. -Cuando el desgraciado dijo esto, lo cabalgue con más fuerza, pero yo también sufría y gozaba era un frenesí diabólico. Disfrutaba cabalgando encima de mi semental.

Me dijo ahora quiero reventar tu culo, como una obediente alumna, me puse en la clásica posición de perrita, fue entonces que sentí su gordo y largo miembro abriendo mi estrecho ano, mientras era una sensación de dolor y gozo, al mismo tiempo, aaaa gemía y gritaba, despacio, pero el parecía entender lo contrario y me la daba duro mientras castigaba mis nalgas muévete perra, te gusta puta, esas palabras me ponían más caliente. Yo me movía empujando me contra él, esa sensación de estar bien retacada de carne me gusta, escuchar sus palabras, sus bufidos de excitación son lo máximo, empezó a nalguearme, con fuertes manotazos, me dolían y me quejaba, pero a los dos nos gusta eso, que rico me la metía y que rico me nalgueaba. me dolía mi colita, realmente ahora que me la metía y sacaba me estaba doliendo mucho y gritaba, me quejaba y eso a él lo excitaba más, me sometía, me deje caer dolorida recibiendo, aguantando sus violentos y duros embates, sus fuertes embestidos, ya no sentía el ano de lo dolorida.

Después, nos pusimos de pie, y me penetro analmente, -que rica estas, mira como tu estrecho ano, ya se hizo más grande, mi verga ya te entra sin problema, lo tienes muy bien entrenado- le respondí, si amor, le gustan, los trozos grandes de carne, al escuchar eso, el empujaba duro, y yo solamente, gemía, -zaz-zaz- sonaban mis carnes con sus carnes, mi ano con su miembro y sus grandes manos castigaban mis nalgas. Empezamos a realizar una especie de movimientos giratorios. Mis manos las coloque sobre el escritorio, inclinándome como un chivito en precipicio y de un solo golpe me la metió, pero literal sentí desgarrarme, su gordo pene, parecía atorarse en mi ano, la saliva no ayudo mucho, y penetraba duro, -aaa que rica, perra, si vieras el panorama que tengo de tu culo- mi ano sentia que se estiraba, se estaba abriendo más y más, suplicaba porque no se desgarrara, mmm que rica estas, lo saco, lo froto en mis nalgas y nuevamente metió su miembro -me encantas estoy enamorado de ti- -que lindo alcance a decir- -a todos los docentes nos encantas perra- Rafael, me castigaba con sus grandes manos mis nalgas, y con su gordo pene mi ano, hice movimientos circulares, para poder amortiguar la cogida, pero el muy cínico, me detuvo con sus manos y dijo así perra, quieta, y me saca la verga y de un solo golpe otra vez.

Minutos después, me dijo me dijo estoy por venirme, a lo que saco su miembro de mi estrecho ano, lo limpio y yo que me hinque para recibir esa descarga, recíbelos preciosa me dijo, me aliste a recibir su semen, lo agarre con la mano le daba besitos y ayude a bombear hasta la última gota -vaya que cantidad me has descargado- un poco de leche entro en mi ojo, y debo decir que arde jaja, la demás leche pegajosa y olorosa en mi carita hermosa y me los quite con mis dedos para comerme, esos ricos espermas, te encantan me dijo, le respondí si, jaja, y con una sonrisa me dijo te gusto tu vacuna contra el COVID, le dije si, y replico hoy tengo que irme ya es media noche, y mi esposa me espera, pero cada semana te puedo vacunas y recibirás mis espermatozoides en tu linda cara. A lo que respondí -claro, mi amor.

Terminamos de coger a media noche, tenía llamadas de mi madre y novio, por lo que les mande mensaje, diciendo que estaba con mi amiga Mariana, y que me iría dejar, el maestro como buen caballero me coloco mi tanga, y nos besamos muy tiernamente, y se ofreció a llevarme a mi domicilio, acepte porque ya era tarde y peligroso para tomar un taxi de servicio, por lo que, al llegar a mi casa, antes de bajarme me beso, y me dio unos aretes de regalo, prometimos seguir llevando esta relación. Que rica cogida me había otorgado el profesor Rafael, sin duda fue un sexo inolvidable sumado a que lo hicimos en la Universidad, una experiencia sublime.

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