Me llamo Sara, tengo 25 años, y lo que ahora os contaré ocurrió hace unos años. Trataré de explicar una experiencia vivida por mí por si a alguien le puede resultar de ayuda. En nuestra vida, muchas veces hacemos cosas sin pensar y luego, cuando nos entra el miedo y el arrepentimiento no podemos dejar de pensar en lo que hemos hecho. Algo así me ocurrió a mí…
Todo comenzó un fin de semana del mes de julio de hace dos años. Ese sábado celebrábamos la despedida de soltera de Sonia, una de mis mejores amigas, la cual la conozco desde la infancia y juntas hemos compartido estudios, novios y muchas noches de fiesta loca. Al fin parecía que Sonia iba a sentar la cabeza, pero antes de eso le esperaba una última fiesta. Éramos 17 chicas de edades entre 21 y 34 años disfrazadas de enfermera camino hacia el restaurante en un autocar alquilado para la ocasión. En el trayecto brindamos con cava y con chupitos para comenzar a animar la fiesta mientras le gastábamos todo tipo de bromas a la futura novia.