Me había escrito un correo, me había dicho su edad y me mandara unas fotos de su cuerpo. Era una mujer madura. ¡Y cómo estaba! Sus piernas era largas, su culo pequeño y redondo y sus tetas eran unas tetazas.
Me preguntó si tenía Telegram, le dije que no, pero que lo iba a bajar. Por Telegram me mandó fotos en la que estaba en ropa interior en poses atrevidas y en las que se le veía la cara y era guapa. Jugamos, y después de correrse no supe de ella hasta una semana después, me llegó un mensaje por Telegram, que decía: