Le conté a una amiga que el socorrista de la piscina se folló a mi mujer; esta amiga la conocí en las redes sociales, vive en otra ciudad, habíamos intimado bastante, hemos tenido sexo virtual o sexting que quizás cuente en otro momento y al decirle a mi amiga lo que había pasado me dijo que se lo tenía que contar cara a cara cuando nos viéramos.
Sexting con corridas
Lo prometido es deuda.
Nos conocimos enredando por la nube, tras unos primeros saludos donde despejamos que ninguno de los dos éramos una máquina ni había segundas intenciones, que éramos un hombre y una mujer con ganas de conocerse, conversamos casi todos los días durante medio año, me pareció que era y es una mujer
Me cogí al novio de mi prima
Creo que todos o todas, al menos la gran mayoría tenemos la clásica prima envidiosa, o de malas vibras, en otros modismos mala leche.
En mi caso si existe, quizás este tipo de comportamiento es medio comprensible cuando estamos en la niñez o adolescencia, pero cuando ya estás a mitad de los treinta y estar de mala onda con una chica de apenas esperando sus diecinueve, bueno eso deja mucho que desear de tu personalidad, autoestima o madurez.
El club de dominación
Ha pasado un año desde que me apunte a una aplicación de citas para hacer el amor. Al principio me costo dar con la tecla y pasaban semanas hasta conseguir que una chica me aceptase. Luego el procedimiento era bastante rutinario. Un par de bebidas en el bar o cena para dos, algunos cumplidos, muestras de generosidad e invitación a tomar algo en casa.
Fantasía lujuriosa de una profesora
Acabo de volver del trabajo. Desde hace más de dos años soy profe de literatura en colegios secundarios para adultos. Una paja. Sus chistes tontos, sus miradas lascivas… todo el tiempo siento que me desnudan con la mirada. Que en sus pensamientos me tocan, me muerden, me hacen cosas que me encantan. Cosas que seguramente jamás se cumplan en la realidad. Pero, por suerte, nadie puede vigilarme en mi imaginación.
La mejor amiga de mi mujer
Esa mañana estaba en el gimnasio, me llamó mi mujer y me dijo que la mamá de Melina, su mejor amiga, había fallecido. Me pude imaginé cuán consternada podía estar Melina. Fue un episodio súbito, sin preaviso; de un momento al otro, le avisaron que su madre se había descompensado y había muerto en el hospital.
Le juego al sancho con mi vecina casada
Cuando vivía en el anterior departamento (en el mismo edificio en el que también vivía muy crush Verito), conocí a una chica casada que vive en el departamento de abajo. Vive con su esposo y calculaba que ella no tenía más de 30 años de edad. Me gustaba mucho la morra; morenita, de 1.60 m, aproximadamente, cintura angosta y nalgona.