Nunca había tenido la necesidad de explotar las ganas de tocar mi cuerpo, de acariciarlo, de disfrutar de mis manos sobre él. Hoy al despertar de un sueño que se volvería un recuerdo, me insitó a ser yo mi propio primo. Sí, mi sueño intimo había pasado limites. Mi sueño se veía tan real que desearía que fuera así. Sentir las manos de Jorge vagando por todo mi cuerpo y disfrutando de ese momento tan perverso que mi mente estaba formando. Eran las 8 de la mañana. Afortunadamente era un sabado, pero no como cualquier otro. Mi sueño me decía que aún faltaba algo más. La excitación que invadía mi cuerpo no se había esfuemado del todo. Me dirigí al baño. Bajé mi pijama y mi calzoncito blanco de flores, y planté mi trasero blanco en la tasa. Me sentía aún excitada, no dejaba de pensar como las manos de Jorge acariciaban mis piernas, subiendo lentamente hacia mi zona intima, metiendo sus manos en mi short con el que según dormía. Solo con pensarlo deseaba más. Tocaban el timbre y alcancé a escuchar un «hola». No lo podía creer era Jorge. Había
llegado a visitarnos. Lo olvidaba, habiamos quedado de ir a practicar bascketbol. Ignoré eso y me centré en mí. Abrí mis piernas y observé como salía de mí ese chorro de agua. Al terminar acerqué mi mano derecha a mi vagina, cubriendola toda con mis dedos. Mis dedos estaban humedos de mis meados. Se sentia caliente, humedo y suave. Mi otra mano la metí dentro de mi blusa llevandola a mis pechos. Me recosté sobre la tasa aunque algo incomoda pero no me importo más seguir disfrutando de mis caricias. Comencé a frotarme la vagina, formando circulos sobre ella. Fuí elevando el ritmo logrando que mi clitoris se fuera endureciendo. Ahí estaba. Lo sentía. Sentía tan rico, mi corazón comensaba a aumentar el ritmo de los latidos. Estaba caliente, excitada. Todo marchaba de maravilla cuando de pronto escuchaba como la voz de Jorge se empezó a acercar abriendose la puerta al mismo tiempo. No lo creía ¡Dios! Era él. ¡Que pena!. Me había encontrado con la mano en mi vagina y la otra en mis pechos. Quedé en blanco, asustada y a la vez sin palabras.
– ¿que haces? Me preguntó sorprendido.
– ¡cierra la puerta! Grité agitada.
Al no actuar rapido, me paré aunque me viera toda desnuda y azoté la puerta quedando él y yo adentro del baño. Lo miré, no sabía que hacer. Me había encontrado masturbandome.
– oye, tranquila, me decía Jorge.
Estaba completamente espantada.
– no le digas a nadie, porfavor. Le pedía.
– ya, descuida, debí tocar antes.
– no, yo tuve la culpa, no puse seguro.
Dios quería llorar, mi voz temblaba, tenía miedo de lo que pasaba. Estabamos solos, yo desnuda y él frente a mí.
Me tomó de la mano y la beso para calmarme. ¡Dios! era la mano que tenía abajo.
– ¿que tienes? Preguntó.
– no, nada, contesté temerosamente.
Acercó su mano a su cara y la olió.
– ¿tu mano estaba…?
– si, respondí apenada y mirabdo hacia abajo.
Lo miré diciendo:
– perdón.
– ¿perdón porqué? Preguntaba Jorge.
– por esto.
– no tienes porque pedirme disculpas. Me gusta.
Lo miré directamente a los ojos. Las palabras de mi primo me hacian aceptar que me gustaba. Sin despegar los ojos de él, vi como empezó a chuparse uno de mis dedos ¡Dios Santo! Se chupaba los dedos que habian estado en mi vagina mojada de mis orines. Vi como los disfrutaba. Me excitaba y no podia negarlo ni evitarlo. Quedaba totalmente estupida.
– saben acidos, me decía.
Me tomó de la cintura empujandome lentamente hacia la tasa.
– siéntate, dijo.
Me quedé quieta y lo obedecí. Metí mi culo al hoyo de la tasa. Abrió mis piernas y plantó su lengua en mi vagina, recorriendo su lengua lentamente sobre ella. Al mismo tiempo en que solté un gemido. ¡que rico! Estaba toda abiertota para él. Su lengua no se despegaba de mis pliegues. Los lubricaba con su saliva, con su lengua. Sentía delicioso. Comia de mí. Me tragaba toda. Que excitante. Yo estaba en un río de placer insoportable. Eso no era todo, su lengua comenzó a lenguetearme más rapido, haciéndome soltar un rico y escandaloso gemido. No aguantaba. Sus manos acariciaban mis piernas, su lengua jugaba con mi clitoris de una manera muy imprecionante. ¡¡Aahh que rico!! ¡¡sigue así!! ¡¡Chupame!! le suplicaba. Abrí mis piernas y acariciaba su cabeza de lo bien que hacía.
– estás riquisima prima, decía Jorge.
– ¿si? ¿te gusto?
– ¡me encantas! Contestó.
Ver a Jorge chupando mi vagina era algo que nunca me imagine ver, pero al hacerlo era tan pero tan excitante.
– ven, quiero probarte todo, me dice Jorge jalandome para que me parara. Al estar de pié me tomó de la cintura llevandome al lavabo. Me abrió las piernas y se hagacho detrás de mí. Su lengua recorria mis muslos, mojandolos de su saliva, probando cada centimetro de ellos. Fue subiendo hasta llegar a mi trasero. Plantó sus manos sobre él y separó mis nalgas dejandole ver mi humedo rabo. Acercó su cara a él y empezó a chuparlo. ¡Dios mío! No creía lo que estaba haciendo. De verdad quería probarme toda. Su boca probaba mi ano con desesperación. Sentia como su lengua se introducía en mi hoyo intentando entrar en mi. Que rico, que pervertido, y que asqueroso. Se levantó y me dijo al oído:
– sabes tan rico prima, estan tan buena, tan exquisita. Besame para que pruebes tu sabor.
Sus palabras me excitaban, me calentaban. Miré sus labios y los probé con desesperación. Sabían a mi, era toda una maldita puerca. De repente sus dedos comenzaron a frotar mi ano, sintiendo un masaje tan rico, envolviendome en el placer. De repente uno de sus dedos comenzó a meterse en mí. ¡Dios! Cerré los ojos para sentir como entraba con lentitud en mi agujerito humedo. Lo tenía entreabierto y tan ensalivado que no sentía molestias. Solté un rico y tranquilo gemido, Aaahhh, disfrutando del dedo de Jorge dentro de mi rabo. ¡que rico! Decía yo.
– te vez tan rica prima. Eres tan bonita que tener mi dedo en tu sabroso hoyo me excita muchisimo.
– si… A mi tambien. Le contestaba.
Me estaba volviendo loca. Jorge era tan pervertido y yo una completa asquerosa.
Besó mi hombro y poco a poco fue sacando sus dedo. Disfrutaba de una sensación inexplicable. Lo sacó por completo y lo volvió a meter tan fuerte que me hizo gemir. Aaahhh!!!!. Cerré los ojos para disfrutar de esa sensación tan rica. «Quiero más» pedía yo. En ese momento su dedo comenzó a moverse dentro de mí lentamente. Que rico. Lo volvió a sacar. Acerco el dedo a mi cara diciéndome:
– ¿apuesto a que no eres capaz de probarlo?
No me imaginé que esas palabras salieran de él, pero mi excitación no me dejaba tomar otra decisión.
Miré a Jorge y agarré su mano dejando al aire el dedo que me había metido. Abrí mi boca lentamente y chupe todo su dedo completo. ¡Dios! Succionaba, lo saboreaba, llevaba todo mi sabor a hasta mi interior. Todo el sabor de mi culo estaba en mi boca, en mi saliva. Se agachó Jorge rapidamente y empezó nuevamente a chuparme. Aaahhh!!! Que rico!!! Siiii!!! Lamelo!!! Decía yo con locura. Ver como Jorge me chupaba el ano me excitaba como nunca. Abrí más el culo. Quería que me lo comiera todo. Siii!!! Sigue así!!!! Chupalo!!! Lamelo!!! Aaahhh!!! Sentía muy rico. Dios!!! Su lengua se metía, lo sentía. Aaahhh!!! jorge!!! Sii!!! Comencé a frotar mi vagina, la excitacion me invadía y quería más.
Cogeme!!! Jorge!!! Metemelo!!! Cogeme ya!!! Meteme tu verga!!! Llename!!! Vente dentro de mi porfavor!!! Le pedía con desesperación. No aguantaba.
– ¿¿¿eso es lo que quieres??? Preguntó
– siii!!! Eso quiero!!!
Se desabrocho su pantalón con desesperación, luego su boxer hasta que brinco su gorda y larga verga. ¡¡Dios!! Que grande estaba!!! La tenía toda parada!!! Estaba excitado.
– ¿quieres esto? Me preguntaba mientraba mientras se frotaba el pene.
– sii!!! Quiero todo eso dentro de mi!!!
Verle su verga bien herecta me excitaba muchisimo más.
– espera. Dije.
Giré mi cuerpo de tal manera que quedara frente a él. Me inqué con rapides y me llevé toda su vergota a mi boca. Que rica!!! Decía. Al hacerlo Jorge explotó en un gran gemido. Mi boca lo mastrubaba. Plantó sus manos sobre mi cabeza y me acercaba de forma que su gran verga se introducia más. La saqué y estaba llena de saliva. Se veía más rica. Me la metí y lo complací con ganas. Dios!! Su punta me llegaba hasta la garganta. Chocaba en mi campana. De verdad que la tenia larga y me gustaba. La sensación de chuparsela, de tenerla en mi boca me excitaba. Abrí por completo mi boca y saqué la lengua para que entrara su grande y rica verga. ¡Dios! Me llenaba toda la boca su cacho de carne. Me estaba ahogando, mis ojos comenzaron a llorar pero aún así no me la sacaba. Jorge empezó a tener sexo con mi boca. Su punta chocaba en mi paladar. Me gustaba. Sonaba el charco de saliva en mi boca y se me escurria por el mentón. Lo saqué, vi su pene lleno de mucosidad y saliva. Brillaba. La volví a meter como una puta desesperada. Volví a hacer lo mismo. Saque toda mi lengua y entraba más su pene. Me mantuve así, dejando que mis lagrimas lavaran mis mejillas. Mi respiracion disminuía. No lo podía creer!! Tenía tantas ganas de chuparselo, de mamarselo. No aguntaba!!! Estaba ahogandome otra vez, mi saliva se salía de mi boca. Jorge sacó un poco su pene y lo volvió a introducir rapidamente, lo hacia varias veces, se mastrubaba con mi boca. Lo hacía tan rico. Cada vez que lo hacía sentía como si quisiera vomitar. Eructaba, lloraba, mi boca y mi mentón estaban bañados de saliva. Era la cosa más rica que había hecho. Me paré y le mostré mi culo a mi primo diciendole: cogeme. Violame si quieres. Soy toda tuya. Aprovechame. Sus ojos vagaban por todo mi cuerpo. Tomó su enorme verga y me la untaba en mi ano y en mi vagina. Sentía caliente, suave y mojado.
– mirate prima, estás bien buena.
– si… ¿Te gusto? Cogeme. Meteme toda tu vergota.
– Si, eso quiero, y eso haré.
Al terminar esas palabras sentí como una larga cosa suave y dura entraba en mi vagina. Aaahhh!!!! Gemí tan rico. Dios mio su verga estaba dentro de mi.
Siii!!! Que rico!!! Mi primo comenzó un ritmo lento y a la vez rapido que me hacia morir de placer. Siiiii!!! Asii!!! Cogeme!!! Aaahhh!!! Metemela toda!!! Llename!!!! Decía como loca.
Mientras él me cogia bien rico, empecé a meterme mi dedo en mi rabo, con desesperación. Aaahhh!!! Que rico!!! Siii!!! Eso prima metete los dedos. Eres una puerca bien hecha. Las palabras de mi primo me excitaban. Me gustaba todo esto. Sentir su pene en mi vagina y mis dedos en mi rabo. Saqué mis dedos y los olí. Dios!!! Que rico!!! Huelen tan bien. Mi culo olía tan rico. Era toda una cerda. El aroma de mi culo me estaba gustando. Chupé mis dedos y los metí a mi rabo mientras jorge me penetraba con ganas. Saque mis dedos y me lo chupé probandome todo mi rico sabor a ano. Aaahhh!!!! Siii!!! Cogeme!!! Llename de tu verga!!! De tu semen!!! Quiero sentirlo dentro de mi!!!! Aaahhh!!!! Estaba que moría. Jorge me cogia más rapido. Yo disfrutaba de su cogida. De repente senti como se estaba viniendo ¡¡Aaahhh!!! ¡¡Ssiiii!!!! Gemia con ganas. Sentia como estaba siendo bañada por dentro. Que rico. Su semen estaba calientito. Me sacó se verga. Estaba agotado. Vi su pene y estaba bañado de su semen. Lo tomé y se lo mame denuevo succionando todo su liquido blanco. Que deliciosos!!! Me tragaba su semen, su leche. Soy toda una puerca, jorge, decia. Metí dos dedos a mi vagina y vi como salian llenos de semen. Solo verlos se me antojaban. Los chupe por completo, sabían muy ricos. Acidos. Fue la mejor cogida de mi vida. Fui chupada de mi ano y de mi vagina. Fue tan rico todo lo que Jorge me hizo.