Mi esposa Dayana a quien amo mucho, me pidió que la acompañara a una cita médica que tenía con el ginecólogo. Una vez que llegamos al consultorio, el médico nos hizo seguir y nos estuvo preguntando entre otras cosas, si estábamos usando algún tipo de protección para evitar enfermedades venéreas, a lo cual le respondimos que sí. Una vez terminada la charla le ordenó a mi esposa que se dirigiera al cubículo contiguo dentro de su consultorio y que se quitara los calzones. Hasta ahí todo bien, pero cuando vi que el médico siguió con su mirada de reojo a mi esposa mirándole el trasero, me empezó a levantar sospecha.
Mi esposa, por ser de la costa norte de mi país, es bastante voluptuosa, pues tiene una cola muy bonita, dura y relativamente grande, pero lo mejor de todo es como la luce, pues siempre se viste con un jean descaderado que le hace ver bien puestas sus ricas nalgas, y es que esas caderas tan grandes le ayudan a verse mas provocativa.
Cuando mi esposa se dirige al cubículo contiguo del consultorio del médico, la miro y es difícil no mirarle el trasero, allí se quita el jean, el médico la sigue y le dice… “quítate la tanguita”. Las palabras del médico me empiezan a inquietar un poco, mas por el tono de su voz que por lo dicho. El ginecólogo la mira de espalda y pudo observar como ese hilo dental negro que tenia puesto, penetra entre sus nalgas y sin darse cuenta mi esposa, le está recreando el ojo al doctor, pues este no hacía otra cosa que mirarle el trasero. Cuando mi esposa queda sin ropa interior el ginecólogo le dice… “acuéstate y abre esas piernas”, mi esposa le hace caso y acto seguido me llama el doctor para decirme cual era el procedimiento que le iba a hacer, el cual consistía en hacerle un tacto vaginal y que utilizaría un aparatito para observarla mucho mejor. Después me dijo que regresara nuevamente al otro lado del consultorio.
Me dice mi esposa que una vez que me retiré, mientras empezaba a hacerle el tacto vaginal “suavemente”, el doctor le estaba preguntando que si ella había tenido relaciones sexuales con otro hombre diferente a su esposo. Una vez que el médico le había introducido el dedo en la vagina, muy sutilmente le empezó a acariciarle el clítoris dando la impresión que no lo estaba haciendo a propósito. El ginecólogo le dijo que tenia una cuca muy limpia con labios muy gruesos y fue en ese momento cuando mi esposa empezó a sentir que le estaba manoseando todo el coño y que él sabía como hacerlo discretamente. En ese momento mi esposa empezó a sentir un cosquilleo que poco a poco le generaba mas placer. Me dijo mi esposa que para no dejarse “achantar” por el ginecólogo, empezó a apretar los músculos de su vagina y a mover su pelvis despacio, pero que de un momento a otro sintió que estaba muy húmeda por dentro y por fuera y que el medico aprovechando que la tenía en una posición bastante vulnerable, le metió nuevamente su dedo pero esta vez dentro del culo generándole un corrientaso que lo único que pudo hacer fue agarrar fuertemente los bordes de la camilla y cerrar sus ojos. El ginecólogo ante semejante reacción aprovechó ese instante y sintió mi esposa que el dedo mas grande se lo alcanzo a meter también el ginecólogo en su coño. Lo único que pudo hacer ella en su posición fue susurrarle al doctor que ya no quería que le siguiera dando dedo porque yo me iba a dar cuenta. Pero el doctor no le hizo caso y ella dentro de su agite y arrechera levando un poco su cuerpo y le apartó las manos de su cuca. El ginecólogo bastante emocionado, trato con sus manos de apretarle el culo a mi esposa pero ella no lo dejó. Mi esposa con su carácter y sabiendo que lo tenía dominado le dijo al médico que lo único que él podía hacer era mirar y desear. El ginecólogo se quedó sentado en su silla y para hacerlo sufrir un poco, mi esposa se puso de espaldas al doctor y dejó caer su tanga al suelo para recogerla lentamente y mostrarle absolutamente todo su coño y gran culo, dejándolo inmóvil.
Ya en casa y entrada la noche, mi esposa me comentó su experiencia con el ginecólogo, diciéndome que no me contó lo sucedido en la clínica para evitar problemas. Lo cierto es que mas de uno ha deseado mi mujer por su porte y ese gran culo que tiene, me alegra que ella haya confiado en mi para comentarme sus cosas y quiero seguir confiando en ella. Te amo mi amor. Mao!